Hemeroteca

La realidad es que la orientación académica y profesional no tiene la importancia que se merece en las políticas públicas locales, autonómicas y centrales. Sin una buena orientación difícilmente conquistaremos la sociedad y la economía del conocimiento.

Tenemos un sistema educativo que no permite a los jóvenes desarrollar todo su potencial, con la excusa de la equidad. Demos valor al esfuerzo, premiemos la excelencia y valoremos la calidad. Dediquemos, además, el presupuesto que haga falta a ayudar a los que más lo necesiten sin que ello reste capacidad de coexistencia de una oferta educativa pública y privada.

Una de las mejores acciones políticas en materia de inmigración pasa por ser muy exigente en la política de distribución de la población inmigrante por todo el país y todo tipo de instituciones educativas -públicas y privadas- y aulas. Seguramente, para ello deberán hacerse políticas de apoyo a la movilidad (transporte, comedor, etc.) y de conciliación de la vida familiar y laboral.

La propuesta de reforma de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) que ha presentado el Ministerio de Educación otorga mayor autonomía a la Universidades y Comunidades Autónomas, en la línea Zapatero, para que ellas puedan escoger su modelo de elección del alumnado, profesorado y sus órganos de gobierno -Rector incluido-.

El día que ganar las oposiciones deje de ser el primer reto de los docentes, para ser sólo una más de las etapas de una carrera profesional esencial para nuestra sociedad, las cosas serán distintas. La educación mejorará.

Orientación, comprensión y motivación son roles que la universidad debe jugar con estudiantes de secundaria y alumnado de primer curso. Las universidades se deben implicar al máximo en la orientación académica y profesional de sus futuros "usuarios”. Si las universidades no comprenden las necesidades de sus futuros alumnos, si no les ayudan a superar sus miedos iniciales, van a seguir perdiendo estudiantes y mostrando una de las más altas cifras de fracaso escolar universitario en la OCDE.

El esfuerzo educativo debe ser de todos, pero son las familias las que deben asumir su rol central. La calidad y la variedad nutritiva en un centro es responsabilidad primera de sus gestores. El cumplimiento de las normas en los centros debe recaer entre los profesores y maestros. A los padres les corresponde ser consecuentes con los valores y hábitos alimentarios que se han transmitido en el centro.

El nuevo Estatuto de Catalunya, no supone grandes cambios en el ámbito educativo. Destaca el artículo 21 en el que se incorporan los derechos y deberes que garantizan una educación pública y laica, de calidad y en condiciones de igualdad, la gratuidad en todas las etapas obligatorias, el derecho a la formación profesional y permanente, a las ayudas públicas, el derecho a la participación de alumnado y familias y el derecho a la elección de centro y la posibilidad de la formación religiosa.

La formación on-line llega a las grandes instituciones, pero no lo suficiente a las personas, que, con su esfuerzo, tiempo y dinero, apuestan por mejorar su carrera profesional en un entorno de PYMES que, no apuesta por la formación continua y, menos, por el e-learning. El e-learning no puede crecer sólo a costa de los que no tienen tiempo. Debe apostar por unos contenidos y una metodología de aprendizaje que sólo la alternativa on-line pueda aportar.

Un nuevo informe de la OCDE, pone el dedo en la llaga: España no se esfuerza suficientemente en Educación y las distancias entre países desarrollados se agravan: porcentaje de gasto respecto al PIB, proporción de diplomados en bachillerato, formación continua, fracaso escolar, sueldo de los universitarios.

Los másters y postgrados representan, para universidades y centros de educación superior, un fundamento básico para su supervivencia, no sólo por los ingresos adicionales y libres de cualquier financiación pública que representan, sino también por el complemento económico que significan para los docentes.

Debemos vigilar que no aparezca algún iluminado influyente y, del mismo modo que tenemos el Año del Libro o el Siglo de las Luces, nos proponga, solemnemente, que se proclame el mes de septiembre como el Mes de la Educación, ara favorecer la sensibilidad, los presupuestos y el interés mediático por el sector educativo.

La credibilidad de la publicación nos ha facilitado muchísimo el trabajo. Más de 700 articulistas han participado en nuestras monografías. Más de 100 expertos entrevistados nos han dado su opinión on-line. A todos ellos, muchas gracias.

Un joven con determinados valores en su mochila, caminará por la vida de forma distinta del que no los tiene. Las rutas y los accidentes orográficos, además, serán distintos en cada caso. Pero lo que es seguro es que una mochila con lo indispensable permite capear mejor las noches en la intemperie, sortear los cambios de temperatura y divisar mejor el horizonte.

La dimensión educadora del verano tiene que plantearse de una forma más subliminal e indirecta que siguiendo unas pautas rígidas y unos objetivos a corto plazo. Pero tiene que existir. Y a la larga habrá valido la pena.