Enric Renau. Editor
Si hacemos un balance de lo que recibimos de la actividad educativa y lo que pagamos en forma de impuestos y de forma directa, no creo que nadie, con un mínimo de sentido común pueda quejarse ni dudar, por un segundo, de que vale la pena invertir más en educación. Además, este gasto educativo significa, probablemente, la mejor inversión en equidad, igualdad de oportunidades e integración sociocultural que podamos hacer. ¿Se les ocurre una mejor forma de dedicar nuestros recursos públicos?
15/09/2008