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Para que la pizza se prepare adecuadamente, hace falta un buen chef. Un maestro artesano especializado en salsa bolognesa que dirija toda la operación culinaria. Un/a cocinero/a –la política- y sus pinches –los rectores- que sepan picar finamente la cebolla –hacer los ajustes a los planes de estudio- y el ajo –la economía-. Sofreír en un poco de aceite –la diplomacia- hasta que empiece a tomar color y, en ese momento, añadir la carne -estudiantes y profesores-. Enric Renau. Editor | ||||||||||||||||||||||||||
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