Empieza el curso estudiando un máster o posgrado

Nadie pone en duda que la formación continua es fundamental para mejorar las perspectivas laborales y favorecer el desarrollo de la carrera profesional. Para Roberto Luna - Arocas. Presidente de AEDIPE, la formación continua es vital hoy en día solo que en mi opinión requiere que nos reinventemos en el tipo de formación que requiere la empresa. Desde su punto de vista, es necesario que los centros diseñen modelos formativos más competitivos, con mayor retorno a la empresa y mucho más integrados en los planes estratégicos y de desarrollo de las organizaciones. Necesitamos que esta formación, este entrenamiento se integre de modo específico a cada empresa.

Por eso, algunas de las competencias que deberían potenciar los estudiantes de máster son el perfil internacional (y no sólo el dominio de idiomas, sino la predisposición a viajar, el network internacional, etc.), el dominio del mundo 2.0 y las denominadas soft skills (comunicación, liderazgo, coaching…). Además, los futuros directivos/as que elijan un MBA deben saber sobre sostenibilidad, conciliación de la vida laboral y familiar, entre otros aspectos, por eso, los centros de formación superior han introducido cambios en los planes de estudios de sus MBA, programas executive dirigidos a profesionales con experiencia y en los másters y posgrados.

Además de tener en cuenta los aspectos citados, ¿qué características debe tener un buen máster? ¿En qué debemos fijarnos en el momento de tomar la decisión? la movilidad internacional es un factor a valorar cuando se elige un máster. Montserrat Oliveras, orientadora y directora de Educaweb, opina que la movilidad internacional es un tema especialmente relevante en el momento de la especialización. Si el programa ofrece esta oportunidad, sin duda merece una atención especial. Puede encontrarse en formatos muy distintos pero, en cualquier caso, es un elemento diferenciador a la hora de elegir y, además, abre un montón de posibilidades al estudiante: descubrir un contexto diferente, experimentar grados de exigencia distintos, utilizar metodologías nuevas, ampliar la red de contactos, realizar prácticas en entornos no familiares...

Pero, por supuesto, no es el único factor a tener en cuenta a la hora de elegir la formación de posgrado. Es necesario valorar el "momento profesional" y el "momento personal" porque la apuesta por esta formación requiere una inversión de tiempo y de dinero. La decisión requiere una reflexión serena y es fruto de un proceso multifactorial en el que hay que evaluar aspectos como los motivos para elegir un máster, la información existente sobre los cursos y los centros, el proceso de admisión, el perfil de alumnado y el networking. Tener en cuenta todas las opciones y compararlas antes de decantarse son acciones imprescindibles.