| La sociedad ha cambiado. Es menos autoritaria y rígida, pero también más relativista, egoísta y hedonista. En el siglo XXI se trata, pues, de poner las cosas en su sitio, señalando más claramente lo que está bien y lo que no, exigiendo y ofreciendo, y otorgando mayor capacidad a los responsables de los centros para mediar y, en su caso, corregir o sancionar las actitudes y comportamientos contrarios a la convivencia y a los valores democráticos. |