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¿Qué es un Trabajador social residencial?
Los trabajadores sociales residenciales proporcionar apoyo práctico y emocional a los residentes de centros de cuidado. Pueden trabajar con niños o adultos. Están empleados por autoridades locales, organizaciones benéficas y empresas privadas.
Funciones de un Trabajador social residencial
En la medida de lo posible, los trabajadores residenciales sociales ayudan a las personas a mantener su mayor grado independencia, en cuanto a su privacidad y su dignidad. Trabajan con niños y adultos (incluyendo a adultos que tienen discapacidades físicas, dificultades de aprendizaje, problemas de salud mental y ancianos).
Los trabajadores sociales ofrecen a los residentes un apoyo práctico, por ejemplo, ayudándoles a solicitar las prestaciones de la seguridad social, a planificar sus presupuestos, a pagar las cuentas y a mantener el contacto con familiares y amigos.
Los trabajadores sociales residenciales también organizar servicios de apoyo a la comunidad. Según las necesidades, habilidades y experiencias del grupo con el que trabajen, estos servicios pueden incluir consejería, sesiones de terapia de grupo, asesoramiento jurídico o tratamiento para dejar la dependencia al alcohol o a las drogas.
Los trabajadores sociales residenciales también pueden planificar y gestionar actividades de grupo, para ayudar a los residentes a relacionarse entre sí y a mantener o desarrollar sus habilidades sociales.
A veces, los trabajadores sociales residenciales ayudan a las personas a pasar de la atención residencial a una vida completamente independiente en comunidad. Por ejemplo, un trabajador social puede ayudar a un niño a encontrar unos padres de acogida o unos padres adoptivos.
Los trabajadores sociales residenciales son parte de un equipo que trabaja junto con médicos, psicólogos, enfermeras, personal asistencial, consejeros y oficiales de libertad condicional.
La mayoría de los trabajadores sociales residenciales trabajan en equipo, en turnos, para proporcionar un servicio de atención de 24 horas. En algunos casos, viven en el propio centro asistencial donde trabajan.
Los trabajadores sociales ofrecen a los residentes un apoyo práctico, por ejemplo, ayudándoles a solicitar las prestaciones de la seguridad social, a planificar sus presupuestos, a pagar las cuentas y a mantener el contacto con familiares y amigos.
Los trabajadores sociales residenciales también organizar servicios de apoyo a la comunidad. Según las necesidades, habilidades y experiencias del grupo con el que trabajen, estos servicios pueden incluir consejería, sesiones de terapia de grupo, asesoramiento jurídico o tratamiento para dejar la dependencia al alcohol o a las drogas.
Los trabajadores sociales residenciales también pueden planificar y gestionar actividades de grupo, para ayudar a los residentes a relacionarse entre sí y a mantener o desarrollar sus habilidades sociales.
A veces, los trabajadores sociales residenciales ayudan a las personas a pasar de la atención residencial a una vida completamente independiente en comunidad. Por ejemplo, un trabajador social puede ayudar a un niño a encontrar unos padres de acogida o unos padres adoptivos.
Los trabajadores sociales residenciales son parte de un equipo que trabaja junto con médicos, psicólogos, enfermeras, personal asistencial, consejeros y oficiales de libertad condicional.
La mayoría de los trabajadores sociales residenciales trabajan en equipo, en turnos, para proporcionar un servicio de atención de 24 horas. En algunos casos, viven en el propio centro asistencial donde trabajan.
Perfil profesional de un Trabajador social residencial
Para ser trabajador social residencial se necesita:
- Capacidad de escuchar y empatía cuando sea necesario.
- Hacer las preguntas correctas para conocer mejor las necesidades de los clientes.
- Ganarse la confianza de gente de todos los orígenes.
- Ser flexible y adaptable.
- Evaluar las necesidades y circunstancias de cada caso.
- Comunicarse de forma clara, tanto oralmente como por escrito.
- Capacidad de recopilar, analizar y entender la información.
- Ayudar a los residentes a mantener o a desarrollar su independencia.
- Ser observador, comprender situaciones complejas e identificar problemas.
- No juzgar a la gente y no imponer soluciones.
- Actuar con rapidez y con calma.
- Trabajar los conflictos con sensibilidad y llegar a soluciones efectivas.
- Trabajar bien bajo presión.
- Tener una actitud positiva cuando se enfrentan con dificultades.
- Tomar decisiones que a veces pueden resultar difíciles.
- Fuertes habilidades de negociación.
- Buenas habilidades de trabajo en equipo, ya que deberá trabajar en estrecha colaboración con otros profesionales.
- Resistencia, y capacidad de poner distancia con los problemas tratados en el trabajo.
- La capacidad de gestionar y dar prioridad a su propia carga de trabajo.
- Habilidades de TIC, que son necesarias para redactar informes.
- Conocimiento y comprensión de los recursos locales disponibles para ayudar a las personas con las que trabaja.
- Estar abierto a las sugerencias de cómo mejorar el servicio que proporciona.
- La capacidad de hacer frente a las demandas emocionales e intelectuales del trabajo.
Competencias y habilidades de un Trabajador social residencial
- Actitud positiva.
- Actúa según la información recibida.
- Actúa según sus propias observaciones.
- Actualiza registros.
- Amable.
- Aptitudes para gestionar el tiempo.
- Aptitudes para la escucha.
- Aptitudes para la planificación.
- Aptitudes para negociar.
- Aptitudes para redactar informes.
- Ayuda a personas a llevar una vida independiente tras haber permanecido en una residencia.
- Bien organizado.
- Capacidad para ganarse la confianza de los demás.
- Capacidad para gestionar carga de trabajo.
- Capacidad para tener en cuenta y entender cómo se sienten las demás personas.
- Capacidad para trabajar en equipo.
- Capacidades organizativas.
- Capaz de identificar problemas.
- Capaz de interpretar situaciones.
- Capaz de mantener la calma bajo presión.
- Capaz de plantear preguntas con claridad.
- Capaz de plantear preguntas de manera objetiva.
- Capaz de tomar la iniciativa.
- Capaz de tratar con personas agresivas.
- Capaz de tratar con personas difíciles o demandantes.
- Capaz de valorar a las personas y analizar la información que dan.
- Comprometido.
- Conocimiento de los recursos locales.
- Decisivo.
- Destrezas en informática.
- Dispuesto a trabajar con varios tipos de personas.
- Educado.
- Enfoque flexible.
- Enfoque práctico.
- Entregado.
- Está al día de la legislación relevante.
- Flexible.
- Habilidad para gestionar conflictos.
- Habilidad para resolver problemas.
- Habilidad para reunir datos.
- Habilidades comunicativas.
- Habilidades para la administración.
- Habilidades sociales.
- Lidia con conflictos.
- Lleva un registro sobre hechos observados e incidentes.
- Lleva varios casos.
- No es sentencioso.
- Objetivo.
- Observador.
- Organiza el servicio de ayuda que recibirán los usuarios.
- Paciente.
- Perseverante.
- Persistente.
- Planifica y dirige actividades de grupo.
- Proporciona asesoramiento.
- Proporciona ayuda.
- Rapidez de reflejos.
- Realiza turnos laborales.
- Redacta informes.
- Resistente.
- Respeto por la confidencialidad del usuario del servicio.
- Responsable.
- Resuelto.
- Reúne información.
- Se enfrenta a situaciones difíciles.
- Sentido del humor.
- Tolerante.
- Trabaja con niños.
- Trabaja con personas con disminuciones físicas.
- Trabaja con personas con disminuciones psíquicas.
- Trabaja con personas mayores.
- Trabaja en equipo.
- Trabaja en horas fuera del horario habitual.
- Trabaja estrechamente con otros profesionales.
- Valora necesidades.
- Valora situaciones.
Estudios para ser Trabajador social residencial
A continuación se relacionan algunos de los estudios que permiten ejercer esta profesión. Hay que tener en cuenta que, dependiendo del ámbito de especialización, es posible que se tenga que complementar la formación con otros
cursos
más específicos del sector. La formación continua es un aspecto clave para la mejora profesional.