Chicos y chicas de 10 a 22 años con TDAH y trastornos asociados que están en situación de exclusión social o en riesgo de padecerla.
En el total del programa se pueden llegar a beneficiar más de 200 jóvenes.
Se estima que entre el 3% y el 7% de los menores de 18 años sufren TDAH, y muchos de los adolescentes con TDAH viven sin diagnóstico y tratamiento porque sus padres y profesores confunden esta conducta, rebeldía e impulsividad como propios de la edad.
Existen numerosos casos de adolescentes con TDAH y que no han recibido una buena intervención terapéutica. Por consecuencia, causan continuos disgustos a la familia, que les dan constantes reproches, de manera que les provocan un profundo malestar y les cuesta mucho hacer las cosas como los demás.
La mayoría de ellos sufren problemas de autocontrol que les conllevan dificultades a la hora de programar el trabajo, de organizarse y de mantener la atención en clase. Todo esto provoca inseguridad, baja autoestima, problemas de rendimiento escolar y, en muchos casos, tener que repetir algún curso o episodios reiterados de expulsión de los centros donde se escolarizan. Estas dificultades no son debidas a una mala educación, sino al TDAH que presentan, que es una disfunción neuropsicológica que requiere un diagnóstico y un tratamiento adecuados, para que el adolescente pueda acceder y sacar el máximo provecho de su potencial.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el alto fracaso escolar que presentan los alumnos con TDAH. Si nos fijamos en las estadísticas observaremos que:
El 90% de los alumnos no realizan suficiente trabajo escolar.
El 90% de los alumnos rinden por debajo de las posibilidades.
El 20% de los alumnos tienen dificultades de lectura.
El 60% de los alumnos tienen graves dificultades de escritura.
El 30% de los alumnos abandonan la escuela.
El 50% de los alumnos repiten como mínimo un curso, el 35% nunca acaban los estudios de bachillerato, y el 11% son expulsados.
Ante esta realidad, un factor de riesgo especialmente significativo, en la adolescencia y sobre todo en estos alumnos que presentan TDAH, es el hecho de no tener claro un proyecto de vida y de estudios, así como la realización de actividades académicas no motivadoras ni complacientes para el joven. Así pues, consideramos la orientación profesional y académica como un elemento protector, con el fin de evitar el fracaso escolar y fomentar la inserción social y profesional del adolescente con TDAH.
Es importante conocer las características de los adolescentes con TDAH para plantear una intervención adecuada a sus necesidades y a las especificidades del trastorno en esta edad, durante sus quince años de experiencia, la entidad ha observado el gran vacío que existe en cuanto a intervenciones dentro de esta etapa vital, tan trascendente e importante para una proyección hacia la vida adulta. Además, existe una demanda importante por parte de los jóvenes, así como de las familias afectadas y de los profesionales implicados, que requiere información, asesoramiento y acompañamiento en la orientación profesional.
Se llevará a cabo por medio de:
Grupos de habilidades socioemocionales. Tienen el objetivo de proporcionar estrategias o técnicas que les permitan mejorar el control de las emociones, sus relaciones sociales y la autoestima.
Con esta finalidad proponemos un trabajo conjunto con padres y maestros que incluye:
- Sesiones semanales a niños y adolescentes.
- Escuela de padres: sesiones mensuales dirigidas a asesorar y ofrecer estrategias para trabajar en casa.
- Formación y asesoramiento a maestros que incluyen estrategias de intervención en el aula.
Coaching académico. Servicio individualizado de orientación profesional y académica dirigido al joven con TDAH y a su familia.
Esta intervención tiene los siguientes objetivos:
- Orientar a los adolescentes y a la familia en busca de factores de prevención que ayuden a gestionar los diferentes momentos de esta etapa.
- Guiar y acompañar al adolescente y a la familia, desde el conocimiento y la comprensión del TDAH, en todo el proceso de orientación académica y profesional.
La actividad está dirigida e impartida por profesionales del equipo de la entidad, formados específicamente en TDAH en estas etapas y con una amplia experiencia en actividades de grupo.
En total participarán en el proyecto un director y coordinador (psicopedagogo), cinco psicólogos y tres estudiantes en prácticas.
Los recursos materiales necesarios están relacionados con la infraestructura, la sede de la entidad y el material educativo para las actividades y las sesiones.
La evaluación será continua y se llevará a cabo entre todo el equipo de profesionales implicados en el proyecto, se realizará una evaluación global del programa (metodología, procesos, temporalización, etc.), y otra a nivel individual de los casos atendidos.