Antonio Abril es, desde 2017, el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas. En este organismo, que aglutina los consejos sociales de universidades públicas y los patronatos de las privadas de España, se fomenta el vínculo entre la sociedad y la universidad.
Abril también es presidente del Consello Social la Universidade da Coruña (UDC) y vicepresidente de la Fundación de la misma universidad. Además, es miembro del Patronato de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD), de la Comisión Universidad-Empresa de la Cámara de Comercio de España y Patrono de la Fundación GADEA por la Ciencia y la Empresa.
Abril es licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y ejerció como abogado del Estado en los 5 años posteriores al finalizar sus estudios. Desde 1989 a 2021, ocupó el cargo de secretario general y del Consejo de Administración de Inditex.
1. Estudiar un ciclo de FP en la universidad ya es posible desde que se lanzó la Estrategia Universidad 2015 por parte del entonces Ministerio de Ciencias e Innovación ¿Cuáles son los principales motivos por los que algunas universidades han optado por ofrecer ciclos de FP como parte de su oferta formativa?
Tal y como recoge el Informe Radiografía de la Formación Dual Universitaria en España, que acabamos de publicar junto con la Fundación Bertelsmann y la Universidad de Mondragón, el crecimiento de la Formación Profesional (FP), sobre todo de la FP superior, demuestra el auge continuado de los ciclos formativos de grado superior y la consolidación de la Formación Profesional como buena opción formativa.
En España es evidente el desajuste entre la oferta y demanda laboral. Cada vez son más numerosas las voces que demandan un mayor diálogo entre la universidad y el mundo sociolaboral para alinear más estrechamente la oferta educativa universitaria y las necesidades del tejido productivo. España sigue siendo el país que registra una mayor tasa de sobrecualificación en Europa: el 35,9% de los ocupados de 20 a 64 años con educación superior desempeñaba tareas de cualificación baja mientras que en la Unión Europea (UE)-27 la cifra era del 22,2% en 2022.
Las universidades por tanto tienen el potencial y la responsabilidad de ofrecer programas de Formación Profesional (FP), ya que cuentan con los recursos y capacidades necesarias para responder a las demandas del mercado laboral actual.
La nueva Ley de Formación Profesional, cuyo objetivo es fortalecer los vínculos entre la educación y el empleo, subraya la importancia de que los centros universitarios se involucren en la FP para facilitar trayectos formativos integrados.
La colaboración entre universidades y empresas es otro factor clave que refuerza la capacidad de las universidades para ofrecer programas de FP centrados en la práctica profesional. A través de la formación dual, que combina enseñanza académica con prácticas en empresas, los estudiantes adquieren una experiencia laboral significativa mientras cursan sus estudios. Esto no solo mejora su empleabilidad, sino que también asegura que las empresas cuenten con profesionales capacitados para afrontar los retos actuales de la economía.
Este enfoque educativo, que ha ganado terreno en algunas universidades privadas y públicas en España, ofrece una alternativa eficaz y atractiva a la formación tradicional, conectando directamente el aprendizaje con las demandas del mercado. En este contexto, la integración de la FP en las universidades no debe verse como una competencia directa con los centros de formación profesional, sino como un complemento necesario para cubrir las crecientes demandas de una economía en constante transformación.
Además, la presencia de ciclos formativos en la universidad contribuye a romper las barreras entre la FP y la educación superior, haciendo posible una mayor permeabilidad entre ambos sistemas, lo que ofrece a los estudiantes una formación continua que les permita adaptarse rápidamente a los cambios en la economía y en sus carreras profesionales.
2. ¿Qué papel desempeña la Conferencia de Consejos Sociales (CCS) en la promoción de la integración de los ciclos formativos de FP en las universidades? ¿Realiza acciones concretas con este fin?
La CCS desempeña un papel importante al promover la colaboración entre las universidades, empresas y otros actores sociales. Su objetivo es garantizar una alineación eficiente entre las necesidades del mercado y la oferta formativa, impulsando la implantación de la FP dual en las universidades. La CCS apoya esta integración al participar activamente en la gobernanza del proceso y promover que los ciclos de FP se adapten a las demandas laborales emergentes.
Precisamente acabamos de publicar junto a la Fundación Bertelsmann y la Universidad de Mondragón, la primera Radiografía de la Formación Dual Universitaria en España.
Abril también es presidente del Consello Social la Universidade da Coruña (UDC) y vicepresidente de la Fundación de la misma universidad. Además, es miembro del Patronato de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD), de la Comisión Universidad-Empresa de la Cámara de Comercio de España y Patrono de la Fundación GADEA por la Ciencia y la Empresa.
Abril es licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y ejerció como abogado del Estado en los 5 años posteriores al finalizar sus estudios. Desde 1989 a 2021, ocupó el cargo de secretario general y del Consejo de Administración de Inditex.
1. Estudiar un ciclo de FP en la universidad ya es posible desde que se lanzó la Estrategia Universidad 2015 por parte del entonces Ministerio de Ciencias e Innovación ¿Cuáles son los principales motivos por los que algunas universidades han optado por ofrecer ciclos de FP como parte de su oferta formativa?
Tal y como recoge el Informe Radiografía de la Formación Dual Universitaria en España, que acabamos de publicar junto con la Fundación Bertelsmann y la Universidad de Mondragón, el crecimiento de la Formación Profesional (FP), sobre todo de la FP superior, demuestra el auge continuado de los ciclos formativos de grado superior y la consolidación de la Formación Profesional como buena opción formativa.
En España es evidente el desajuste entre la oferta y demanda laboral. Cada vez son más numerosas las voces que demandan un mayor diálogo entre la universidad y el mundo sociolaboral para alinear más estrechamente la oferta educativa universitaria y las necesidades del tejido productivo. España sigue siendo el país que registra una mayor tasa de sobrecualificación en Europa: el 35,9% de los ocupados de 20 a 64 años con educación superior desempeñaba tareas de cualificación baja mientras que en la Unión Europea (UE)-27 la cifra era del 22,2% en 2022.
Las universidades por tanto tienen el potencial y la responsabilidad de ofrecer programas de Formación Profesional (FP), ya que cuentan con los recursos y capacidades necesarias para responder a las demandas del mercado laboral actual.
La nueva Ley de Formación Profesional, cuyo objetivo es fortalecer los vínculos entre la educación y el empleo, subraya la importancia de que los centros universitarios se involucren en la FP para facilitar trayectos formativos integrados.
La colaboración entre universidades y empresas es otro factor clave que refuerza la capacidad de las universidades para ofrecer programas de FP centrados en la práctica profesional. A través de la formación dual, que combina enseñanza académica con prácticas en empresas, los estudiantes adquieren una experiencia laboral significativa mientras cursan sus estudios. Esto no solo mejora su empleabilidad, sino que también asegura que las empresas cuenten con profesionales capacitados para afrontar los retos actuales de la economía.
Este enfoque educativo, que ha ganado terreno en algunas universidades privadas y públicas en España, ofrece una alternativa eficaz y atractiva a la formación tradicional, conectando directamente el aprendizaje con las demandas del mercado. En este contexto, la integración de la FP en las universidades no debe verse como una competencia directa con los centros de formación profesional, sino como un complemento necesario para cubrir las crecientes demandas de una economía en constante transformación.
Además, la presencia de ciclos formativos en la universidad contribuye a romper las barreras entre la FP y la educación superior, haciendo posible una mayor permeabilidad entre ambos sistemas, lo que ofrece a los estudiantes una formación continua que les permita adaptarse rápidamente a los cambios en la economía y en sus carreras profesionales.
2. ¿Qué papel desempeña la Conferencia de Consejos Sociales (CCS) en la promoción de la integración de los ciclos formativos de FP en las universidades? ¿Realiza acciones concretas con este fin?
La CCS desempeña un papel importante al promover la colaboración entre las universidades, empresas y otros actores sociales. Su objetivo es garantizar una alineación eficiente entre las necesidades del mercado y la oferta formativa, impulsando la implantación de la FP dual en las universidades. La CCS apoya esta integración al participar activamente en la gobernanza del proceso y promover que los ciclos de FP se adapten a las demandas laborales emergentes.
Precisamente acabamos de publicar junto a la Fundación Bertelsmann y la Universidad de Mondragón, la primera Radiografía de la Formación Dual Universitaria en España.
"Cada vez son más numerosas las voces que demandan un mayor diálogo entre la universidad y el mundo sociolaboral".
3. ¿Con qué fórmulas organizativas cuentan las universidades que ofrecen ciclos de FP para poder impartirlos?
Las universidades que ofrecen ciclos de FP suelen suscribir convenios de colaboración con entidades externas, principalmente empresas, o crean sus propias fundaciones. Estas alianzas permiten que los estudiantes reciban tanto formación teórica en la universidad como formación práctica en las empresas, lo que es clave para la modalidad dual. Cada estudiante tiene asignado un tutor tanto de la universidad como de la empresa, garantizando un seguimiento coordinado del proceso formativo.
Además, hay que destacar que muchos de los estudiantes que cursan una FP son alumnos que ya tienen una carrera universitaria y buscan una mayor empleabilidad o cambiar de sector profesional, y, por otro lado, hay muchos estudiantes que quieren hacer FP sin renunciar a la posibilidad de matricularse después en una carrera, un posgrado o un doctorado.
En este punto, la universidad puede facilitar estas pasarelas para la formación continua, ofreciendo una bidireccionalidad en la convalidación de créditos que puede ayudar mucho a este tipo de perfiles.
4. ¿Cuáles son los principales retos de las universidades al integrar la FP en su oferta formativa?
Entre los principales desafíos se encuentran:
- La necesidad de establecer mecanismos de gobernanza eficaces que incluyan a actores clave del ámbito empresarial y universitario
- Evitar la confusión entre la formación dual y las prácticas profesionales.
- Asegurar una formación de calidad tanto en el ámbito académico como en el empresarial.
5. ¿Cómo se involucran los Consejos Sociales en la toma de decisiones sobre la oferta formativa de FP en las universidades públicas y privadas?
Los Consejos Sociales están involucrados en la toma de decisiones al ser un puente entre la universidad, la sociedad y el sector empresarial y participan en la definición de la oferta formativa de cada centro. Además, contribuyen a asegurar que los ciclos formativos sean pertinentes para el mercado laboral, participando en las decisiones estratégicas sobre la expansión y actualización de los programas.
"Muchos de los estudiantes que cursan una FP son alumnos que ya tienen una carrera universitaria y buscan una mayor empleabilidad".
6. ¿Existen diferencias para el alumnado que decide cursar un ciclo de FP en la universidad respecto a aquellos que lo cursan en otro centro educativo (institutos, centros exclusivos de FP, centros integrados de FP…)?
Cursar un ciclo de FP en una universidad puede ofrecer ciertas ventajas en comparación con otros centros, como institutos o centros de FP exclusivos. Estas diferencias incluyen:
- Un mayor acceso a recursos y servicios universitarios, como bibliotecas, laboratorios y actividades extraacadémicas,
- La posibilidad de participar en redes académicas y de investigación.
- Además, la FP impartida en universidades suele estar más orientada hacia la innovación y el emprendimiento, con una estrecha conexión con la formación dual y proyectos empresariales.
7. ¿Cómo prevé que la integración de la FP en las universidades evolucionará en los próximos años en términos de oferta académica, modalidades de enseñanza, demanda, etc.?
En los próximos años, se espera que la integración de la FP en las universidades evolucione positivamente, con un aumento en la oferta de ciclos formativos duales y una mayor colaboración con el sector empresarial. Es probable que se consoliden más programas con modalidades más flexibles que incluyan enseñanza híbrida y online. Además, se prevé que la demanda de estos programas crezca a medida que el mercado laboral demande perfiles con competencias técnicas especializadas, especialmente en sectores como la digitalización y la sostenibilidad.
