El informe internacional Trends of lifelong learning in Higher Education publicado por la UNESCO el año 2023 se focaliza en estrategias para la promoción de la formación a lo largo de la vida en el seno de las instituciones de educación superior.
Lo primero que debemos clarificar es qué entendemos en nuestro entorno por educación superior. En el año 2013 irrumpieron en el sistema educativo los ciclos formativos de grado superior de Formación Profesional. Esto implicó que en España la educación superior abarque, además de los estudios universitarios, esta tipología de estudios profesionales. Actualmente tenemos abierto un debate sobre dónde y cómo desarrollar y ubicar esta formación. Un debate que consideramos debería abordarse de forma positiva buscando sinergias y puntos de encuentro y colaboración.
El marco normativo actual prevé que la Formacion Profesional (FP) se imparta en los centros de FP. La realidad es que las universidades privadas, y algunas universidades públicas vía sus fundaciones/centros adscritos, han incorporado ya estos estudios a su oferta de actividades.
Nos encontramos ante un momento con cambios de gran impacto en la sociedad a nivel demográfico, económico y tecnológico. La evolución temporal de las cifras de alumnado matriculado nos da una idea de los cambios que se están produciendo a nivel normativo y social.
En la FP de grado superior, en la última década la matriculación se ha incrementado en un 72,2%, mientras que en los estudios universitarios se ha reducido en un 7,1%. También en la última década el alumnado de 18 a 24 años ha disminuido en un 23,7%. Y en los próximos 15 años las/los estudiantes menores de 23 años disminuirán en un 20%.
Este es el mapa al que se enfrenta la educación superior tanto en los grados universitarios como en los de Formación Profesional. Una "revolución educativa", compartida por la FP y la Universidad. Un nuevo marco donde los cambios normativos que afectan a ambas sitúan a las personas en el centro y a lo largo de la vida, y esto implica pensar en las personas más allá de la institución que imparta la formación.
En este planteamiento el sistema educativo no es lineal, sino que es un sistema de entradas y salidas que implica aprender a pensar en competencias más allá de las titulaciones.
FP y Universidad: 3 formas de relacionarse
La Ley Orgánica de Formación Profesional (LOFP) recoge distintas formas de relación entre la FP y la Universidad:- Reconocimiento mutuo de créditos para itinerarios formativos en ambos sentidos.
- Generación de entornos integrados de trabajo entre las diferentes enseñanzas de educación superior para generar y transferir conocimiento e innovación.
- Reconocimiento y convalidación de créditos entre los cursos de especialización (Másteres de Formación Profesional), y grados universitarios.
En la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) se habla de establecer fórmulas de transferencia y conexión entre la FP superior y la Universidad para la actualización laboral y personal del conjunto de la población. También de los accesos a la Universidad desde la FP.
Colaboraciones entre la FP y la Universidad
Más allá del marco de colaboración que potencia este marco legal, la Formación Profesional y la Universidad pueden impulsar colaboraciones en diversas áreas y retos del sistema formativo aprovechando el recorrido de cada opción. Algunas propuestas serían las siguientes:
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Colaboración en la dualización
La Universidad está empezando a dar sus primeros pasos en el sentido de generar cierta capacidad de dualización de su alumnado. Existen algunas iniciativas relevantes, como por ejemplo la de la Universitat de Lleida, pero actualmente podemos afirmar que es una línea de trabajo que aún tiene mucho recorrido por delante.
Por su lado la FP lleva trabajando la dualización desde el año 2012 y actualmente se encuentra en un momento de priorización en el sistema. El recorrido, camino y canales abiertos en este proceso generan un gran activo para la universidad en la línea de una dualización del sistema universitario.
La FP lleva más de una década trabajando para dualizarse con empresas, asociaciones, agentes sociales, clústeres, grandes infraestructuras o administraciones. Este recorrido puede generar sólidas páraselas de dualización para la Universidad.
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Afrontar retos comunes de manera conjunta
Algunos de los retos que se plantean en el entorno de la FP y la Universidad son compartidos. Uno de estos retos en común es el de la baja participación de la mujer en las titulaciones denominadas SETAM (Ciencia, tecnología, ingeniera, matemáticas…), generando así una brecha de género a futuro en el mercado de trabajo. Unir esfuerzos y compartir hoja de ruta en este tipo de retos abriría nuevas perspectivas e incrementaría el potencial de intervención del sistema formativo en este ámbito y otros.
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Abordar sectores de manera conjunta
Una de las casuísticas concretas que experimentan los sectores es tener que mantener contactos con diferentes interlocutores para abordar los mismos ítems, como puede ser la dificultad para identificar talento, la no existencia de oferta formativa para nuevos perfiles profesionales o establecer dinámicas de colaboración en términos de formación.
En este sentido la FP y la Universidad podrían trabajar más coordinados para establecer un único canal de interacción con sectores estratégicos. Este canal podría emplearse para asuntos de importancia como, por ejemplo:
- Dualización de alumnado de ambos sistemas. Compartiendo iniciativas, interlocutores, empresas o tutores.
- Detección de nuevos perfiles profesionales o actualizaciones a generar dentro del sistema de formación superior
- Abordar clústeres de manera conjunta para desarrollar proyectos de innovación o emprendimiento.
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Definir una trazabilidad de perfiles profesionales y nuevo talento en un sector
En los últimos años se ha detectado una rápida aparición de perfiles profesionales, especialmente vinculados a la digitalización/tecnología, a los que el sistema formativo no llega con la intensidad y velocidad que los diferentes sectores reclaman.
Desde la perspectiva de un trabajo colaborativo entre FP y Universidad se puede trabajar este reto a través la definición de perfiles profesionales conjuntos, itinerarios compartidos, actualizaciones hibridaciones… Así como la definición conjunta de medidas flexibilizadoras de la oferta formativa en un entorno, el digital, en el que un mismo perfil se puede abordar desde diferentes niveles e itinerarios formativos.
A modo de conclusión
La Universidad y la FP deberían ser capaces de dotar al mercado laboral de los perfiles más necesarios, preparados y actualizados. Deberían consensuar una visión común que les permitiera desarrollar una estrategia y planificación más conjunta. Sin este marco común va a ser muy difícil que no sigan apareciendo muchas iniciativas individuales (no todas igualmente "serias"). Y también perdemos la oportunidad de desplegar un sistema centrado en las personas, que sume lo mejor, lo de más valor añadido específico de cada sistema para fomentar una colaboración que comporte una mejor y más completa formación para generar una ocupación de calidad a lo largo de la vida.