El envejecimiento de la población activa en España afecta negativamente a la inserción laboral de los jóvenes, frenando su acceso al mercado de trabajo, según el análisis El impacto del envejecimiento poblacional en los flujos de entrada y salida en el mercado de trabajo español, publicado por el Banco de España (BE).
Este fenómeno, que se ha acelerado en las últimas décadas, ha contribuido a reducir el dinamismo del mercado laboral dificultando el acceso a este de los más jóvenes y planteando importantes retos para el futuro del empleo en el país, alerta el BE.
Los jóvenes tienen cada vez menos presencia en el mercado de trabajo
Según el Banco de España, la población trabajadora joven ha disminuido notablemente en las últimas décadas, con un descenso en el grupo de menores de 35 años, que ha pasado de representar el 46,3% en 2005 al 28,6% en 2022.
Por el contrario, la población activa de más de 45 años ha ido incrementando su fuerza laboral, hasta suponer el 45% de las personas empleadas en 2022 (en 2005 representaban el 26,4%).
"La población española se encuentra inmersa en un acusado proceso de envejecimiento que se intensificará en las próximas décadas, y que podría tener un impacto muy significativo sobre el funcionamiento del mercado de trabajo en nuestro país", explica el análisis del BE.
Por ejemplo, los trabajadores mayores de 55 años han crecido un 146% en los últimos 20 años, y superan por primera vez los 5 millones de personas en España, según un comunicado de la Fundación Adecco.
Los trabajadores sénior cambian menos de empleo
Este envejecimiento de la población activa está afectado al dinamismo de los llamados flujos laborales. El Banco de España ha tenido en cuenta los siguientes para este análisis:- Flujo de entrada al empleo: personas que no estaban activas o desempleadas y entran de nuevo al mercado laboral.
- Flujo de salida del empleo: personas que estaban trabajando y dejan su empleo.
- Flujo de un empleo a otro: personas que cambian de trabajo (sin pasar por el desempleo).
Cuanto más mayores son los trabajadores, menor es el dinamismo de estos flujos laborales, puesto que los empleados séniors tienden a mantener su empleo por más tiempo, argumenta el BE.
Por ejemplo, menos del 2% de los trabajadores de más de 55 años cambia de un empleo a otro, mientras que este porcentaje se sitúa en el 6% para los jóvenes de menos de 35 años.
En cuanto a los flujos de entrada y salida al empleo también siguen el mismo patrón, y es que los menores de 35 años son los que presentan una mayor movilidad de entrada al empleo (12%) y de salida (9%), mientras que en los trabajadores de más de 55 años los porcentajes se sitúan en torno al 5% en ambos indicadores.
El futuro del empleo con una fuerza laboral cada vez más sénior
El envejecimiento de la población trabajadora en España se acentuará en las próximas décadas "según todas las proyecciones disponibles", alerta el BE, lo que conllevará a reducir aún más el dinamismo de los flujos laborales del mercado de trabajo."El grado de dinamismo de estos flujos laborales es importante, entre otros factores, porque puede condicionar los procesos de reasignación del empleo entre ocupaciones, empresas y sectores. Todo ello, en un contexto en el que, previsiblemente, los cambios tecnológicos en curso, así como la transición ecológica, van a provocar o a hacer necesaria una profunda reasignación sectorial y ocupacional del empleo en los próximos años", detalla el BE.
Castilla y León y Asturias, donde la fuerza laboral está más envejecida
En el lado contrario se sitúan Baleares (18,3%), Murcia (19,1%) y Andalucía (19,6%). "En cualquier caso, en todas las regiones la proporción de fuerza laboral sénior va en aumento", sostiene la consultora de recursos humanos.
Concretando un poco más por provincias, Ávila (28,9%), Teruel (28,2%) y Zamora (27,8%) lideran el ranking con el mayor porcentaje de trabajadores sénior, mientras que Almería (16,8%), Lleida (16,9%) y Guadalajara (17,8%), son las que menos tienen.
