Se busca una nueva configuración integral, compacta, flexible y acumulable del sistema de FP, abarcando los grados A, B, C, D y E, así como otros relacionados con la evaluación. Se pretende evitar las realidades paralelas y poco comunicadas entre el sistema educativo y el sistema laboral, facilitando un único sistema para las acreditaciones, las certificaciones y los títulos de FP.
Se ha diseñado una concepción dual para todo el sistema, contemplando un nuevo marco de relación entre los centros de formación y las empresas. Se avanzará hacia un sistema único de Formación Profesional Dual, aunque con dos modalidades: una que guardará similitudes con el modelo anterior de prácticas, aumentando en un 5% el total de horas de estancia en empresas, y pasando de llevarse a cabo de manera continua en el último año a una alternancia que incluirá periodos mínimos en el primer y segundo curso.
Se establecen nuevas regulaciones para el profesorado, el personal formador y los expertos, con el objetivo de mantenerse más cerca de los cambios productivos y tecnológicos. También se busca actualizar y optimizar el procedimiento de acreditación de competencias adquiridas mediante la experiencia laboral y otras vías no formales de formación, como una forma de conectarse con el sistema y de facilitar y visibilizar las capacidades adquiridas fuera del sistema de formación.
Se destaca la importancia del crucial papel de la orientación profesional, mencionándose por primera vez una estrategia de orientación general para el sistema. Todo esto tiene como objetivo hacer el sistema más eficaz, ajustado a las necesidades de los ciudadanos y empresas, así como a los profundos cambios sociales y tecnológicos y los desafíos a los que nos enfrentamos.
Todo lo anterior son objetivos en los que existe un consenso general, a pesar de las reticencias que suelen surgir ante cualquier cambio. No obstante, es necesario señalar algunos de los desafíos para la implementación de la nueva FP Dual, tanto en su modalidad general como intensiva, derivados de la "dualización" de todo el sistema.
Los retos a los que se enfrenta el nuevo modelo de FP Dual
El nuevo modelo de Formación Profesional se enfrenta a varios desafíos, entre ellos la capacidad para involucrar a un mayor número de empresas, con más horas y una mayor responsabilidad en la formación. Por cierto, en relación con la ampliación de horas para la nueva estructura Dual, será necesario incrementar el número de estudiantes, que en los últimos años ha elevado las matrículas totales en ciclos formativos superando el millón de estudiantes, lo que evidentemente tensa la disponibilidad de puestos formativos. Quiero destacar aquí que en las últimas semanas hemos observado en algunas comunidades autónomas cómo sectores profesionales enteros luchan por conseguir puestos formativos de calidad, en algunos casos insuficientes. Esto denota la necesidad de reforzar los mecanismos de colaboración entre las empresas y los centros de FP.Es evidente que necesitaremos recursos que nos permitan establecer puentes más duraderos entre los centros y las empresas, y también es necesario tener en cuenta que construir y mantener estos nuevos puentes requerirá horas de trabajo. La fortaleza radica en que no partimos de cero, sino de la experiencia acumulada en los últimos 25 años en el desarrollo de las prácticas obligatorias de Formación en Centros de Trabajo (FCT), así como en la experiencia de implementación de los 17 modelos de FP Dual Intensiva, aún vigentes y desarrollados en los últimos 10 años. Todo esto nos proporcionará conocimiento, recursos y una verdadera palanca con la cual impulsarnos, pero sin olvidar que, si queremos llevar el sistema a las cifras de matrícula necesarias, no será suficiente con el bagaje adquirido.
La nueva FP Dual General representa, para los estudiantes, un valor añadido significativo. Sabemos que será un elemento clave para comunicarlo a los futuros estudiantes, ya que deben estar conscientes de que el contacto con la realidad productiva se incrementará hasta un 25% del tiempo total de formación. Esto significa que la inmersión en la realidad laboral se intensificará tanto en horas como en la posibilidad de tener contacto con la empresa tanto en el primer como en el segundo curso. Esta alternancia debería ser determinante para dar más sentido, si cabe, a la formación que recibe el estudiante en el centro y facilitar su transición hacia el mercado laboral.
En el caso de la FP Dual Intensiva, el valor a comunicar a los futuros alumnos es que, al mismo tiempo que se estudia, se percibe una compensación económica. En muchos casos, este incentivo es crucial para motivar a los estudiantes a continuar con sus estudios y facilita la búsqueda de empleo. Además, la formación dual estará más ajustada a las necesidades reales e inmediatas del sector productivo correspondiente.
Entre los principales desafíos para implementar el modelo Dual en la FP, nos enfrentamos a la dificultad de lograr una participación suficiente de las empresas. Sabemos que aquellas compañías en sectores con una carencia alucinante de mano de obra cualificada se volcarán en el modelo, ya que su productividad y crecimiento están en juego. Sin embargo, en sectores donde es más fácil encontrar personas cualificadas, es menos probable que estas empresas quieran corresponsabilizarse ofreciendo puestos formativos en un modelo que requiere una implicación más profunda. Por lo tanto, se necesita un plan de información para empresas que aún no han considerado la FP como un sistema que puede mejorar su capacidad de crecimiento y productividad.
Somos conscientes de que muchas empresas, hasta ahora, solo han considerado titulados universitarios para la captación de técnicos y técnicos superiores. Por otro lado, reconocemos que el aumento en la cantidad y calidad de la implicación de las empresas requiere estrategias adicionales de motivación, especialmente en el caso de empresas tipo pymes, que, debido a su tamaño y flujo de trabajo, se enfrentan a obstáculos complejos.
Una eficaz manera de incentivar a las empresas que aún no han tomado una decisión o consideran difícil ofrecer puestos formativos, especialmente en la nueva FP Dual general, sería establecer un régimen fiscal o de ayudas transitorio que premie su colaboración. En realidad, sabemos que esta motivación les permitirá conocer un sistema hasta ahora desconocido o distante, el cual beneficia a todas las partes: ayuda a formar a los estudiantes, permite a las empresas detectar talento de manera prematura y genera un flujo constante de conocimiento desde los centros de FP y los estudiantes hacia las empresas, y viceversa. Esto contribuye a una mejora y actualización constante.
Finalmente, quiero destacar que uno de los retos principales a los que nos enfrentamos como sociedad es lograr una orientación profesional adecuada. Para ello, es crucial definir mecanismos que faciliten esta orientación no solo a los estudiantes, sino también a las familias, personas trabajadoras, desempleadas y empresas. Es necesario que, a partir de la estrategia de orientación anunciada, se proporcionen los medios y recursos imprescindibles para coordinar la acción orientadora, acercando las vastas posibilidades que pueden surgir a partir de esta nueva FP.
Desde los centros de FP, en caso de contar con los recursos suficientes, continuaremos trabajando para que todos los agentes tengan un referente cercano y claro sobre dónde dirigirse para recibir información y ayuda en la búsqueda de su itinerario de cualificación. De hecho, ante este desafío, la Asociación de Centros de Formación Profesional FPEmpresa, que presido, organizará en Sevilla los días 24 y 25 de abril el 10º Congreso de FP, que lleva por título Conoce. Decide. Actúa. El desafío de la orientación para la FP. En este evento, buscamos crear un espacio de reflexión y un punto de encuentro entre todas las partes involucradas en la tarea de orientar.