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Los Centros Integrados de FP: visión de la asociación FPEmpresa

Artículo de opinión

  • 29/03/2023
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Luis García Domínguez. Presidente de la Asociación de Centros de Formación Profesional FPEmpresa
La Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la FP preveía la creación de un nuevo modelo de centro llamado Centro Integrado de FP, CIFP, cuya naturaleza indicaba la voluntad de impartir toda la oferta, tanto la procedente de empleo como la del sistema educativo. Estos centros se habían creado para sustituir el modelo de centro LOGSE, que en un principio estaba pensado para impartir una oferta mixta, tanto de FP como de Secundaria, y que, en muchos casos, había desenfocado la naturaleza profesional de los mismos.
 
Los CIFP iban a convertirse en los tractores de integración de ambas ofertas y en el ejemplo de que el sistema debe ser único. Asimismo, estos centros tenían otros objetivos como: ser tractores de las familias profesionales ofertadas en su entorno; dar cabida a otros profesionales del sector que no fuesen docentes; ser centros de formación de profesores; y ofertar formación a la carta para empresas u organizaciones empresariales sectoriales.
 
Sin embargo, esta idea nunca se llevó a cabo dada la disparidad tan amplia entre las comunidades autónomas, aunque sí se crearon los Centros Integrados de FP y una reglamentación específica para ellos. En resumen, podemos decir que no se quiso, o no se pudo, desarrollar en ningún territorio, ya que nunca hubo voluntad de gestionar los recursos de manera unificada. En la mayoría de los casos, los ministerios de Empleo y Educación entendían que sus objetivos eran distintos, lo que produjo que la creación y el desarrollo de los Centros Integrados fuera ínfima, si tenemos en cuenta el total de centros.
 
Desde el nacimiento de FPEmpresa, hemos abogado por el uso eficiente de los recursos y por visibilizar que los centros específicos y especializados enfocan mejor las necesidades de formación de un territorio. Estos centros pueden desarrollar iniciativas más ajustadas a lo que se necesita en cada momento. Por consiguiente, apostamos por escuelas que sean específicas de FP, que, en la medida de lo posible, estén especializadas en sectores o en territorios y que puedan ser integradas e impartir de manera fluida toda la oferta ligada a ese sector o territorio de referencia.
 
Esta visión tiene que ver con estar más cerca de los ciudadanos y más próximos a las necesidades de los sectores productivos. Estos centros tienen que ser ágiles y flexibles, ayudar rápidamente a un sector o a un grupo de población, conectar con la actualidad y el cambio de los diferentes sectores productivos. Por ello, estas instituciones educativas necesitan una estructura y reglamentación específica, requieren autonomía y que todos los actores estén involucrados en la estructura del centro: administraciones educativas y de trabajo, agentes sociales y empresas del sector formativo junto con profesionales y docentes del sistema.
 
Ahora, la nueva Ley de FP intenta dar un nuevo impulso a la idea de los Centros Integrados abogando por dotar de una norma específica a los CIFP y a los centros específicos de FP. Es decir, aquellos centros que solo oferten Formación Profesional y no tengan enseñanzas medias serán dotados con el mismo consejo social que ya tienen los CIFP, donde podrán estar representados todos los actores del sistema y podrán acceder a impartir todo tipo de oferta. Además, estas instituciones podrán ser actores de la orientación profesional del territorio, acreditadores y evaluadores de competencias profesionales y agentes innovadores para mejorar la estructura productiva del territorio.
 
Consideramos que es una buena idea que los nuevos CIFP y los centros específicos de FP tengan esa naturaleza "integrada" y esperamos que esta configuración mejore la capacidad de gestionar la oferta, la orientación y la innovación en FP de manera más eficaz. También, sabemos que para los Centros Integrados es más fácil ser un centro de referencia para las empresas y los profesionales del sector y, así, dar respuesta a las necesidades de estos.
 
Quizás, el único inconveniente sería si, otra vez, los recursos y el marco normativo de autonomía de los centros fuera limitado y quedasen encorsetados sin poder agilizar la formación que se requiriera. Otra amenaza sería que las administraciones siguieran dividiendo la oferta de FP entre centros especializados en oferta de FP del sistema educativo y otros en oferta de empleo.
 
En conclusión, desde FPEmpresa creemos que tanto los CIFP como los Centros Específicos, independientemente de los recursos y su capacidad de autonomía, tienen más capacidad para ser ágiles y enfocarse en la realidad productiva que un centro con oferta mixta. Este último, debe dedicar su estrategia y esfuerzos a dos tareas que en realidad difieren en los medios y en el objetivo.
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