El mercado laboral y la sociedad son tan cambiantes que ya no podemos decir que vamos a tener una profesión o un trabajo para toda la vida. Por ello, desde los ámbitos de la educación y del trabajo se insiste desde hace tiempo en la necesidad de fomentar el aprendizaje permanente a cualquier edad para evitar quedar excluido no sólo del mercado laboral sino también socialmente.
La formación a lo largo de la vida es la mejor manera de dar respuesta a este cambio social y laboral, y debe entenderse como un proceso continuo que comienza en la etapa infantil y continúa en la edad adulta, proceso que incluye todo el espectro del aprendizaje formal, no formal e informal.
A fin de que la sociedad pueda hacer frente con éxito al impacto que supone la evolución constante del mercado de trabajo, es imprescindible la corresponsabilidad de las empresas en la formación de sus trabajadores y la coordinación con el sector de la enseñanza.
En este contexto se encuentra CECAP, Confederación Española de Empresas de Formación, con una red de aproximadamente 1.000 centros asociados situados en todo el territorio nacional, que lleva años apostando por la formación permanente de las personas. Por ello se llevan a cabo diferentes iniciativas de formación continua, tanto para trabajadores ocupados como desempleados, en todo tipo de materias y a través de diferentes metodologías de impartición, desarrollando de manera eficaz y con dedicación, el objetivo de la "formación a lo largo de la vida".
Los horarios de trabajo y la carga de responsabilidades familiares hacen que las personas no se formen todo lo que les gustaría para mejorar tanto personal como profesionalmente.
Además, algunas personas piensan, para mí de forma equivocada, que teniendo una profesión o un trabajo ya no es necesario seguir aprendiendo. Esto es claramente erróneo, dado que una persona que mantiene su competencia profesional actualizada y tiene interés en las acciones formativas que pueden complementar su perfil profesional, es claro que tendrá una mayor proyección profesional y en un futuro más facilidad de encontrar un nuevo empleo en caso de quedar desempleada.
Otros factores que pueden influir de forma negativa en el aprendizaje permanente son los hábitos de trabajo tradicional, la edad o la mentalidad, sobre todo si hablamos de formación en competencias digitales. ¿Por qué un niño de 5 años maneja de manera intuitiva aparatos electrónicos y personas adultas que no han crecido en un mundo tan digitalizado les cuesta tanto ponerse al día en estos aspectos? Esto pone en relevancia una tarea pendiente para una parte de la sociedad que hay que abordar ante la necesidad de actualizarse en un mundo cada vez más digitalizado.
Asimismo, adaptar las actividades formativas a las necesidades individuales, mejoraría la calidad de la formación y aumentaría el deseo de las personas por seguir formándose.
En cuanto a la falta de tiempo, el sistema de formación en el ámbito laboral puede plantear acciones formativas en el marco de la empresa, de manera que la totalidad del tiempo de formación o parte de él pueda desarrollase dentro de la jornada de trabajo.
Además, en los últimos tiempos las nuevas tecnologías han modificado la forma de impartir formación, facilitando su realización a través de aulas virtuales, plataformas de teleformación y otras herramientas tecnológicas que hacen más fácil formarse, ahorrando tiempo principalmente y también costes al alumno/a participante.
Las materias que principalmente se desarrollan en formación continua son las transversales como idiomas, prevención de riesgos laborales, aspectos medioambientales e informática; pero también se han priorizado de manera significativa aquellas acciones formativas relacionadas con competencias tecnológicas y digitales dada la gran demanda de actualización en este ámbito.
Como acciones formativas específicas para las empresas hay que destacar que nuestro sistema actual de formación en el ámbito laboral permite desarrollar formación de acuerdo con aquellas necesidades detectadas por las mismas, ya sean de actualización y reciclaje o de aspectos novedosos que se implanten en el centro de trabajo, a través de la formación programada.
Otras iniciativas de formación que están vigentes, a través de convocatorias dirigidas tanto a trabajadores ocupados como desempleados, les permitirán formarse en competencias digitales, energías renovables, sector turístico, en el ámbito rural, competencias vinculadas al catálogo nacional de cualificaciones profesionales, o a certificados de profesionalidad, ya sean impartidos de manera completa o modular.
Además, si tenemos en cuenta los colectivos vulnerables a los que algunas de estas iniciativas van dirigidas, hay que señalar que los jóvenes, mujeres, o desempleados de larga duración, serían prioritarios en el acceso a esta formación, resaltándose una vez más la relevancia que tiene la formación como herramienta esencial en la búsqueda de empleo o en la mejora en el mismo.
Por último, en este momento de necesidad de formación para responder a una perspectiva de futuro cada vez más cambiante, destacan los conceptos de reskilling y upskilling, basados en la necesidad del reciclaje formativo; así como el procedimiento de acreditación de competencias profesionales adquiridas a través de vías no formales o informales de aprendizaje, enmarcado en una estrategia de fomento del aprendizaje a lo largo de la vida.
La formación a lo largo de la vida es la mejor manera de dar respuesta a este cambio social y laboral, y debe entenderse como un proceso continuo que comienza en la etapa infantil y continúa en la edad adulta, proceso que incluye todo el espectro del aprendizaje formal, no formal e informal.
A fin de que la sociedad pueda hacer frente con éxito al impacto que supone la evolución constante del mercado de trabajo, es imprescindible la corresponsabilidad de las empresas en la formación de sus trabajadores y la coordinación con el sector de la enseñanza.
En este contexto se encuentra CECAP, Confederación Española de Empresas de Formación, con una red de aproximadamente 1.000 centros asociados situados en todo el territorio nacional, que lleva años apostando por la formación permanente de las personas. Por ello se llevan a cabo diferentes iniciativas de formación continua, tanto para trabajadores ocupados como desempleados, en todo tipo de materias y a través de diferentes metodologías de impartición, desarrollando de manera eficaz y con dedicación, el objetivo de la "formación a lo largo de la vida".
¿Qué factores dificultan o impiden que las personas se formen continuamente?
En nuestro país, la mayoría de las personas adultas están convencidas de que el aprendizaje a lo largo de la vida es importante. Pero la realidad también nos muestra que en España las personas no participan en la formación continua debido a la falta de tiempo.Los horarios de trabajo y la carga de responsabilidades familiares hacen que las personas no se formen todo lo que les gustaría para mejorar tanto personal como profesionalmente.
Además, algunas personas piensan, para mí de forma equivocada, que teniendo una profesión o un trabajo ya no es necesario seguir aprendiendo. Esto es claramente erróneo, dado que una persona que mantiene su competencia profesional actualizada y tiene interés en las acciones formativas que pueden complementar su perfil profesional, es claro que tendrá una mayor proyección profesional y en un futuro más facilidad de encontrar un nuevo empleo en caso de quedar desempleada.
Otros factores que pueden influir de forma negativa en el aprendizaje permanente son los hábitos de trabajo tradicional, la edad o la mentalidad, sobre todo si hablamos de formación en competencias digitales. ¿Por qué un niño de 5 años maneja de manera intuitiva aparatos electrónicos y personas adultas que no han crecido en un mundo tan digitalizado les cuesta tanto ponerse al día en estos aspectos? Esto pone en relevancia una tarea pendiente para una parte de la sociedad que hay que abordar ante la necesidad de actualizarse en un mundo cada vez más digitalizado.
"La conciliación, la flexibilidad horaria y disponer de un tiempo laboral destinado al aprendizaje pueden ser claves para que las personas se sientan motivadas a formarse".
¿Qué hacer para que más personas apuesten por formarse permanentemente?
La conciliación, la flexibilidad horaria y disponer de un tiempo laboral destinado al aprendizaje pueden ser claves para que las personas se sientan motivadas a formarse.Asimismo, adaptar las actividades formativas a las necesidades individuales, mejoraría la calidad de la formación y aumentaría el deseo de las personas por seguir formándose.
En cuanto a la falta de tiempo, el sistema de formación en el ámbito laboral puede plantear acciones formativas en el marco de la empresa, de manera que la totalidad del tiempo de formación o parte de él pueda desarrollase dentro de la jornada de trabajo.
Además, en los últimos tiempos las nuevas tecnologías han modificado la forma de impartir formación, facilitando su realización a través de aulas virtuales, plataformas de teleformación y otras herramientas tecnológicas que hacen más fácil formarse, ahorrando tiempo principalmente y también costes al alumno/a participante.
Las opciones formativas que facilitan que las personas se formen
Teniendo en cuenta que la formación es un beneficio social, tanto para trabajadores como para empresas, son varias las opciones formativas enfocadas en la formación permanente.Las materias que principalmente se desarrollan en formación continua son las transversales como idiomas, prevención de riesgos laborales, aspectos medioambientales e informática; pero también se han priorizado de manera significativa aquellas acciones formativas relacionadas con competencias tecnológicas y digitales dada la gran demanda de actualización en este ámbito.
Como acciones formativas específicas para las empresas hay que destacar que nuestro sistema actual de formación en el ámbito laboral permite desarrollar formación de acuerdo con aquellas necesidades detectadas por las mismas, ya sean de actualización y reciclaje o de aspectos novedosos que se implanten en el centro de trabajo, a través de la formación programada.
Otras iniciativas de formación que están vigentes, a través de convocatorias dirigidas tanto a trabajadores ocupados como desempleados, les permitirán formarse en competencias digitales, energías renovables, sector turístico, en el ámbito rural, competencias vinculadas al catálogo nacional de cualificaciones profesionales, o a certificados de profesionalidad, ya sean impartidos de manera completa o modular.
Además, si tenemos en cuenta los colectivos vulnerables a los que algunas de estas iniciativas van dirigidas, hay que señalar que los jóvenes, mujeres, o desempleados de larga duración, serían prioritarios en el acceso a esta formación, resaltándose una vez más la relevancia que tiene la formación como herramienta esencial en la búsqueda de empleo o en la mejora en el mismo.
Por último, en este momento de necesidad de formación para responder a una perspectiva de futuro cada vez más cambiante, destacan los conceptos de reskilling y upskilling, basados en la necesidad del reciclaje formativo; así como el procedimiento de acreditación de competencias profesionales adquiridas a través de vías no formales o informales de aprendizaje, enmarcado en una estrategia de fomento del aprendizaje a lo largo de la vida.