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Educación para la paz vs. cultura de paz

Artículo de opinión

  • 27/04/2022
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Elsa Clara Corbella. Doctora en Ciencias de la Educación y miembro de la asociación Mesa Redonda Panamericana (Argentina)

Un camino que nos puede conducir por la senda de la convivencia pacífica, con otro estilo de relaciones y otras formas de resolver nuestros conflictos, es una educación que permita construir cultura de paz. ¿Por qué?
 
La cultura de paz, es un proceso continuo que busca un cambio en la actitud y el comportamiento, una evolución que, aunque lenta, trascienda y llegue al corazón de una sociedad. Es la construcción permanente de: justicia social; de relaciones equitativas; de equilibrio con el cosmos, la naturaleza y la comunidad. Involucra la búsqueda continua de la erradicación de la violencia en sus diferentes manifestaciones, la promoción y la acción de los derechos humanos y ciudadanos, el desarrollo de las habilidades sociales, el diálogo intra e intercultural, la comunicación no violenta, la resolución, gestión y transformación de conflictos, y la reconciliación.
 
En este contexto, la educación para la paz nace fundamentalmente, durante el siglo XX, a partir de los movimientos de renovación pedagógica y de no-violencia de inicios y mitad de siglo, otro referente importante en su desarrollo, son las Naciones Unidas y la UNESCO.
 
Por ello, es necesario considerar el concepto de educación desde la perspectiva de Pablo Friere, en sus palabras: "Educación que lo coloque en diálogo constante con el otro, que predisponga a constantes revisiones, a análisis críticos de sus "descubrimientos", a una cierta rebeldía, en el sentido más humano de la expresión; que lo identifique, en fin, con métodos y procesos científicos" (Freire 2009, p.85).
 
Plantea una educación auténticamente humanista con un educando con actitudes críticas, donde su pensar y accionar sean propios, que busque la solidaridad en su proceso empático con los otros, que eviten la violencia a través de encuentros dialogales, con personas que incitan a la reflexión.
 
Es que comprende un concepto holístico, integra una educa­ción caracterizada por un proceso dinámico y permanente –que pretende crear las bases de una nueva cultura– y las prácticas basadas en un aprender a pensar y actuar de otra manera, para contribuir así, a crear un desarrollo equilibrado y armónico de las personas y las sociedades.
 
Esta conciencia holística posibilita una conciencia cósmica y ecológica, que en el nivel educativo se traduce en la superación del viejo paradigma, organizado en la fragmentación de la ciencia y del conocimiento. Lo cual generó que la educación fuera considerada, como la enseñanza dirigida al desarrollo de la capacidad intelectual y sensible.
 
Esta nueva visión de la educación engloba, dentro del concepto amplio de cultura, la construcción de una cultura de paz. Esta nueva concepción de educación entiende que la función educativa no tiene como único objetivo la escuela, sino, que su responsabilidad recae en todos los elementos del entramado social y demuestra, que cada circunstancia de experiencia en la vida de las personas constituye una oportunidad para aprender a lo largo de toda la vida.
 

"La educación para la paz debe ser asumida desde una perspectiva holística y sistémica, en la que todo está vinculado y conectado"
 

Cultura de paz: medir la calidad de la educación

Hoy, la cultura de paz plantea la redefinición de políticas educativas desde el paradigma de una concepción amplia de la educación inclusiva, constituye así, un criterio para medir la calidad de los sistemas educativos contemporáneos.
 
No existe hoy, educación de calidad si no está articulada al objetivo de conseguir una educación para todos en igualdad, responsabilidad, equidad y solidaridad, es decir que busque la participación integral de los alumnos y educadores y que enseñe actitudes y com­portamientos de aceptación, respeto como instrumentos que permitan construir una sociedad cada vez más justa, igualitaria, solidaria y pacífica.
 
La educación para la paz implica el desarrollo de valores, actitudes y comportamientos que fortalezcan la integralidad de las personas, para ser capaces de resolver sus problemas a través del diálogo, de la búsqueda de acuerdos que respeten los derechos de todos, es decir, de aquellos que son parte del conflicto o que se vean afectados por él.
 
La construcción de la educación para la paz exige centrar los esfuerzos para lograr la calidad que:
 
  • Fomente la igualdad y promue­va la inclusión social de todos.
  • Mejore la comprensión de las situaciones de exclusión, violencia mediante la elaboración de estrategias didácticas y normas integradas, junto a la eliminación de los obstáculos que impidan la participación protagónica de todos los estudiantes.
  • Una estrategia, entre cuyas líneas de acción prioritarias, se encuentre la realización de buenas prácticas de educación, mediante estrategias didácticas específicas para la Construcción de la Paz, en cada espacio áulico de todos los niveles educativos.
  • Que sean permanentes la enseñanza de los valores, como contenidos transversales y contenidos curriculares en todas las áreas y disciplinas, de todos los niveles educativos.
 
Porque la educación tiene la finalidad de contribuir a desarrollar en las personas, aquellas capacidades que se consideran necesarias para su desenvolvimiento como ciudadanos, con derechos, deberes y responsabilidades. Capacidades que tienen que ver no sólo con los conocimientos que aportan las diversas asignaturas o disciplinas curriculares, sino también con otras temáticas comprendidas en los contenidos transversales, basada en los valores, de gran trascendencia en la época actual y sobre las cuales nuestra realidad social reclama con urgencia, la atención prioritaria.
 
Las buenas prácticas de educación sólo serán posibles si existe un cambio en el proceso pedagógico que asuma que el aula es el espacio donde se reconoce, en su individualidad, a todos aquellos que participan en ella, como sujetos de derecho y que es, además, el escenario idóneo que facilita a los alumnos –a través de la acción de  los docentes-, el desa­rrollo de sus capacidades.
 
Es en el aula el lugar fundamental e ideal en el que se darán las herramientas para la construcción de una convivencia pacífica, a través del desarrollo de capacidades integrales que doten al alumnado, de instrumentos para enfrentar conflictos a partir del diálogo, la comunicación, la mediación, el acuerdo, el disenso y el respeto.
 
Para concluir, podemos referirnos que la educación para la paz debe ser asumida desde una perspectiva holística y sistémica en la que todo está vinculado y conectado; por ello, Toh, Swee-Hin  (1-3 May, 2006)  propone entenderla desde los principios de Los Seis Pétalos de la Educación para la Paz, que se centran en:
 
1. Educar para vivir con justicia y compasión.
2. Educar para promover los Derechos Humanos y las responsabilidades.
3. Educar para construir el respeto cultural, la reconciliación y la solidaridad.
4. Educar para vivir en armonía con la Tierra.
5. Educar para cultivar la paz interior.
6. Educar para desmantelar la cultura de la guerra.
 
Esta metáfora de los seis pétalos busca comprender la interconexión y el enfoque sistémico de la educación para la paz. De acuerdo con su autor, para alcanzar una cultura de paz es clave educar para la compasión; lo cual no es posible sin educar para alcanzar la paz interna, la solidaridad, la responsabilidad, o la justicia; como tampoco se puede alcanzar la justicia, sin educar antes en los Derechos Humanos, las responsabilidades y el respeto.
 
También Gabriel García Márquez, no aproxima su concepto, sobre esta temática:
"Ya es hora de entender que este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata, sino con una Educación para la Paz [...]. Una educación inconforme y reflexiva que nos incite a descubrir quiénes somos, en una sociedad que se parezca más a la que merecemos". (Gabriel García Márquez, 1998)
 

Bibliografía


María Paula Prada Ramírez, Coordinadora de Pedagogía para la Paz y asesora en Construcción de Paz Territorial y otros. (2017)  ¿Qué es educar y formar para la paz y cómo hacerlo? Educación y Pedagogía para la Paz Material para la práctica. Colombia. ARKO Consult S.A.S.

Erika Tatiana Jiménez Aceros. (2020) La educación para la paz. Una reflexión sobre el concepto educación en Paulo Freire y de los estudios de paz. Analysis. Claves de Pensamiento Contemporáneo, 2020, Antropología socio-cultural de Iberoamérica. Estudios de caso, 26 (5), pp.1-22. ffhal-03041566f

Quesada, Marlén (s.f.). Esperanza y conciencia para la educación la apertura de espacios para una participación crítica. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/ freire/ugalde.pdf

Toh, Swee-Hin.  (2006) Education For Sustainable Development & The Weaving Of A Culture Of Peace: Complementarities And Synergies. resented at the UNESCO Expert Meeting on Education for Sustainable Development (ESD): Reorienting Education to Address Sustainability, 1-3 May, 2006, Kanchanaburi, Thailand.
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