Sílvia Amblàs es desde 2008 directora de D'EP Institut, una consultora que realiza proyectos de investigación social aplicada y que cuenta, además, con un área de proyectos educativos y de orientación con experiencia tanto a nivel nacional y europeo. Amblàs es licenciada en Sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona, licenciada en Ciencias del Trabajo y en Investigación y Técnicas de Mercado por la Universitat Oberta de Catalunya, y PMD (Programme for Management Development) por ESADE.
Entre los proyectos de investigación relacionados con la orientación en los que ha participado destacan el Estudio sobre el impacto de la orientación profesional de jóvenes en el desarrollo de competencias para el acceso y la transformación del mercado laboral (proyecto Recercaixa) y la realización de la diagnosis y la definición de la estrategia de la orientación en Barcelona (Barcelona Orienta), para el Instituto Municipal de Educación de Barcelona, entre otros. También ha sido coautora del capítulo La orientación, un reto de país, incluido en Reptes de l'educació a Catalunya. Anuari 2018, de la Fundació Jaume Bofill, una publicación de referencia en educación que por primera vez aborda a la orientación como reto de país.
Desde el área de estudios que dirige Amblàs, los proyectos europeos han estado presentes desde sus inicios y se han liderado varias iniciativas: Guiding Cities, en el que se ha desarrollado e implementado el concepto de ciudades orientadoras; Keyway, un proyecto destinado a medir el impacto de la orientación, y Jobland, un proyecto para promover la orientación académica y profesional desde la educación Primaria.
¿Por qué es importante tener evidencias sobre la efectividad de las acciones y programas de orientación?
Diría que hay tres razones clave para entender la importancia de disponer de evidencias sobre la efectividad de las acciones y programas de orientación:
¿De qué forma se pueden mejorar los sistemas de evaluación de los programas de orientación en centros educativos y de formación?
En base a las recomendaciones de distintos organismos europeos (Consejo de Europa, CEDEFOP…) algunas propuestas que contribuirían a mejorar los sistemas de evaluación de los programas de orientación serian:
¿Qué ventajas supone para la mejora de la orientación académica y profesional realizar o analizar estudios longitudinales sobre la efectividad de los programas de orientación, como el que ha publicado recientemente la OCDE?
Los resultados de los programas de orientación deberían observarse a largo plazo, por ello es crucial contar con estudios longitudinales que aporten información desde una perspectiva temporal amplia. En esta línea, el informe How youth explore, experience and think about their future: A new look at effective career guidance, publicado recientemente por la OCDE, nos aportan dos aspectos sumamente importantes:
¿Conoce otras evidencias que demuestren que las personas que reciben orientación académica y profesional mejoran su pronóstico profesional?
Destacaría el informe que publicó a finales de 2018 la Fundación Jaume Bofill titulado ¿Qué impacto tienen en los alumnos los programas de orientación y asesoramiento?, una revisión de evidencias basada en ocho metaanálisis.
En este informe se identificaba un impacto positivo elevado de los programas de orientación respecto:
¿Qué podemos aprender y aplicar de las evidencias sobre el impacto de la orientación?
Las lecciones que nos aporta la evidencia son múltiples y de distinto calado. Para poner algunos ejemplos de lo que hemos aprendido de las evidencias sobre el impacto de la orientación:
En este sentido, aún hay un amplio campo a recorrer en nuestro país para dotar de mayor importancia a la orientación durante la Educación Primaria y así potenciar las habilidades y capacidades del alumnado desde las etapas más tempranas.
¿Cómo llevar a la práctica las evidencias que arrojan las investigaciones en torno a la educación y la orientación académica y profesional?
Este es un reto en mayúsculas para el ámbito de la educación en general y el de la orientación en particular.
La respuesta no es simple ni única, pero puede ser útil para el sector educativo fijarse en cómo y qué está funcionado en otros ámbitos a la hora de abordar la práctica basada en la evidencia. Por ejemplo, es habitual promover la constitución de grupos de trabajo para valorar el impacto potencial de implementar la evidencia, desarrollar pruebas piloto, implementarlas y evaluarlas, compartir los resultados con los diferentes grupos de interés.
Entre los proyectos de investigación relacionados con la orientación en los que ha participado destacan el Estudio sobre el impacto de la orientación profesional de jóvenes en el desarrollo de competencias para el acceso y la transformación del mercado laboral (proyecto Recercaixa) y la realización de la diagnosis y la definición de la estrategia de la orientación en Barcelona (Barcelona Orienta), para el Instituto Municipal de Educación de Barcelona, entre otros. También ha sido coautora del capítulo La orientación, un reto de país, incluido en Reptes de l'educació a Catalunya. Anuari 2018, de la Fundació Jaume Bofill, una publicación de referencia en educación que por primera vez aborda a la orientación como reto de país.
Desde el área de estudios que dirige Amblàs, los proyectos europeos han estado presentes desde sus inicios y se han liderado varias iniciativas: Guiding Cities, en el que se ha desarrollado e implementado el concepto de ciudades orientadoras; Keyway, un proyecto destinado a medir el impacto de la orientación, y Jobland, un proyecto para promover la orientación académica y profesional desde la educación Primaria.
¿Por qué es importante tener evidencias sobre la efectividad de las acciones y programas de orientación?
Diría que hay tres razones clave para entender la importancia de disponer de evidencias sobre la efectividad de las acciones y programas de orientación:
- Europa nos dice que la orientación es un bien público que debería ser de acceso universal.
- Como (futura) política pública, la evaluación y la generación de evidencias es fundamental para aportar un marco útil de intervención y análisis de los procesos de planificación y diseño de los programas y servicios, así como de su ejecución y desarrollo.
- La generación de evidencias debería incidir directamente en la calidad de la planificación, el nivel de cumplimiento, el aprendizaje continuo, el rendimiento de cuentas a los agentes implicados y la comunicación de forma transparente. Y también debe permitir asegurar que se invierten los recursos en aquellas acciones o programas que han demostrado su eficacia.
¿De qué forma se pueden mejorar los sistemas de evaluación de los programas de orientación en centros educativos y de formación?
En base a las recomendaciones de distintos organismos europeos (Consejo de Europa, CEDEFOP…) algunas propuestas que contribuirían a mejorar los sistemas de evaluación de los programas de orientación serian:
- Incorporar, de forma sistemática, en los planes y programas de orientación la definición de los objetivos y los efectos/impactos esperados. Para ello se podría elaborar una propuesta de indicadores mínimos a evaluar en su despliegue. El proyecto europeo Keyway ofrece, por ejemplo, una propuesta de 44 indicadores que pueden contribuir a medir el impacto de los servicios de orientación.
- Evaluar de forma sistemática los planes y programas piloto. En este sentido, la administración puede ser un importante agente de cambio a la hora de incorporar la evaluación desde el diseño en los programas y servicios de orientación.
- Promover mecanismos para mejorar la conexión entre investigación y práctica orientadora (cooperación, publicación, participación en proyectos de evaluación, transferencia...).
- Ofrecer formación específica en los centros educativos y de formación sobre evaluación (análisis de investigación, metodologías, aplicación...), así como establecer herramientas de autoevaluación que permitan asociar determinadas acciones a determinados resultados y recoger información longitudinalmente.
¿Qué ventajas supone para la mejora de la orientación académica y profesional realizar o analizar estudios longitudinales sobre la efectividad de los programas de orientación, como el que ha publicado recientemente la OCDE?
Los resultados de los programas de orientación deberían observarse a largo plazo, por ello es crucial contar con estudios longitudinales que aporten información desde una perspectiva temporal amplia. En esta línea, el informe How youth explore, experience and think about their future: A new look at effective career guidance, publicado recientemente por la OCDE, nos aportan dos aspectos sumamente importantes:
- Reafirman, en base a evidencias, que la orientación es útil y que tiene impacto (mayor satisfacción laboral, profesional o vital…).
- Y, a la vez, estas mismas evidencias sobre el impacto de la orientación nos aportan conocimiento para mejorar, desde la administración y también desde los centros, tanto el diseño como la implementación de los programas y servicios de orientación.
"Los resultados de los programas de orientación deberían observarse a largo plazo, por ello es crucial contar con estudios longitudinales que aporten información desde una perspectiva temporal amplia".
¿Conoce otras evidencias que demuestren que las personas que reciben orientación académica y profesional mejoran su pronóstico profesional?
Destacaría el informe que publicó a finales de 2018 la Fundación Jaume Bofill titulado ¿Qué impacto tienen en los alumnos los programas de orientación y asesoramiento?, una revisión de evidencias basada en ocho metaanálisis.
En este informe se identificaba un impacto positivo elevado de los programas de orientación respecto:
- Actitudes hacia el aprendizaje y compromiso escolar (asistencia, comportamiento en el aula, disciplina).
- Habilidades educativas (escritura, resolución de problemas...).
- Empoderamiento (conocimiento de los diferentes itinerarios, satisfacción/seguridad con la decisión tomada).
- Autoestima y seguridad en uno mismo.
¿Qué podemos aprender y aplicar de las evidencias sobre el impacto de la orientación?
Las lecciones que nos aporta la evidencia son múltiples y de distinto calado. Para poner algunos ejemplos de lo que hemos aprendido de las evidencias sobre el impacto de la orientación:
- Diversificar las actividades que se ofrecen al alumnado parece ser la forma más efectiva de maximizar el impacto de la acción orientadora. Por eso puede ser una buena estrategia poner a disposición del alumnado, de forma permanente, herramientas y contenidos que favorezcan el acceso, consulta y demanda de información (centro de recursos físico o virtual, diversificación de canales para realizar consultas, intervención grupal e individual...).
- La orientación no se desarrolla aisladamente, el contexto tiene un peso relevante. Hay que ofrecer espacios dirigidos a las familias que les aporten herramientas para acompañar a sus hijos e hijas en la construcción de su itinerario académico, profesional y personal.
- Garantizar la formación, tanto de los referentes como de los que realizan el grueso de tareas de orientación. En este sentido, los tutores/as tienen un papel clave (generalista de la orientación) a la hora de identificar necesidades orientadoras específicas (orientador especialista).
- Y, por último, quizás destacaría cómo la evidencia pone de manifiesto la importancia de la detección precoz y del apoyo al alumnado en riesgo de abandono, entendiendo que la orientación tiene un papel clave en relación con la educación inclusiva y la equidad del sistema educativo.
En este sentido, aún hay un amplio campo a recorrer en nuestro país para dotar de mayor importancia a la orientación durante la Educación Primaria y así potenciar las habilidades y capacidades del alumnado desde las etapas más tempranas.
¿Cómo llevar a la práctica las evidencias que arrojan las investigaciones en torno a la educación y la orientación académica y profesional?
Este es un reto en mayúsculas para el ámbito de la educación en general y el de la orientación en particular.
La respuesta no es simple ni única, pero puede ser útil para el sector educativo fijarse en cómo y qué está funcionado en otros ámbitos a la hora de abordar la práctica basada en la evidencia. Por ejemplo, es habitual promover la constitución de grupos de trabajo para valorar el impacto potencial de implementar la evidencia, desarrollar pruebas piloto, implementarlas y evaluarlas, compartir los resultados con los diferentes grupos de interés.