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Evaluar la orientación a corto, mediano y largo plazo es fundamental para mejorarla

Artículo de opinión

  • 01/03/2022
  • Tiempo de lectura 4 mins

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Mariana Riera. Psicóloga y orientadora profesional (Illes Balears)
Evaluar la orientación académica y profesional para su mejora significa valorar los planes y programas que se implementan en los distintos marcos educativos con ese fin, procurando medir el alcance, impacto y beneficios de estos en el público al cual se aplica. Dichos beneficios esperamos que sucedan a corto, mediano y largo plazo. Especialmente si consideramos que una orientación adecuada aborda las incertidumbres personales e informa sobre la diversidad de propuestas de formación que hay disponibles en el mercado, siendo propuestas educativas/formativas que se extienden de meses a años y dotan de habilidades e instrumentos para que, en el futuro, los usuarios se inserten y asienten en el mercado laboral, e incluso sean capaces de transitar e implementar procesos innovadores y creativos, generando nuevos proyectos.
 
Dicha orientación intenta favorecer la elección libre y consciente de los estudiantes, acompañándolos para un buen desarrollo humano, que impacte de manera favorable en su vida y por tanto en la sociedad en su conjunto.
 
Por tanto, la medición de los resultados y del impacto de los programas de orientación debe ser abordado no solo en la elección inmediata de los usuarios, sino en el devenir y los resultados que vayan logrando los orientados a lo largo de su trayectoria académica y profesional. Por ejemplo, si encontramos mayor motivación en estas personas, si hay menor deserción estudiantil y/o laboral, menor ausentismo, y si, en definitiva, encontramos a seres humanos más realizados y satisfechos con sus logros, lo cual impactara proporcionalmente en la economía, sanidad y evolución de nuestra sociedad.
 
Por tanto, el papel de la evaluación es fundamental para continuar ajustando y mejorando de forma continua los planes y modelos de orientación académica y profesional en la educación formal, así como a los distintos involucrados que cumplen de por sí roles importantes para la correcta implantación de estas: orientadores, profesorado y familias.
 
De la evaluación y de la mejora continua de los planes surgirán aquellos aspectos a fortalecer en los procesos para ofrecer una mejor orientación para los usuarios.
 

Lo que nos enseña el informe de la OCDE

El informe reciente de la OCDE, How Young People Explore, Experience and Think About Their Futures: A New Look at Effective Career Guidance?,   ratifica la importancia de atender y acompañar a nuestros jóvenes en este trayecto multifactorial como es el de la orientación laboral, apelando a un rol protagónico y activo por parte de estos y haciendo devenir consciente sus intereses y aspiraciones, valorando sus capacidades y asumiendo la posibilidad de desarrollar nuevas habilidades con el fin de transitar un camino laboral más pleno, auto consciente y comprometido.
 
Las experiencias laborales tempranas, la interacción social, la asunción de compromisos en relación con el cumplimiento de horarios, tareas y objetivos fortalecen a los jóvenes de cara a desarrollar mayor autonomía y proactividad, además de poder configurar experiencias orientativas hacia futuras elecciones respecto a estudios terciarios como a puestos de trabajo.
 
A nivel nacional es importante implementar procesos de orientación laboral grupales e individuales que establezcan las bases para un camino pleno y empoderado por parte de los jóvenes para su formación y elección de empleos.
 
Sin embargo, se trata de un camino temprano que implica formar desde muy pequeños a personas más seguras de sí mismas, y con funciones adaptativas y flexibles ante las circunstancias externas, ofreciéndoles un camino saludable, de auto afirmación. Dichos aspectos, dependen mayormente de la familia y de los centros educativos en donde los niños y jóvenes se forman, ambas instituciones sociales moldean con sus ejemplos, con la trasmisión de valores individuales y sociales hacia quienes forjarán el futuro de nuestra sociedad.
 
Del análisis de la OCDE se desprende que sería conveniente derivar recursos a las instituciones educativas y de empleo, estatales y privadas, en pro de facilitar el acceso a dichos procesos orientativos e informativos que aborden de manera particular y grupal cada caso y sus circunstancias. Si bien, la orientación personalizada implica una puesta en marcha de mayores dispositivos y de recursos, podría iniciarse con el abordaje de procesos y pautas grupales y, eventualmente, realizar acompañamientos más individuales a los jóvenes que se detecten con mayores dificultades e inseguridades de cara al proceso de orientación. Consideremos siempre que, al tratar con seres humanos, no encontramos una experiencia que se repita a otra.
 
La orientación académica y profesional procura fomentar el autoconocimiento de cara a elecciones profesionales, a la toma de decisiones con consciencia y responsabilidad, con la mayor información como sea posible.
 
Tal como coteja el informe de la OCDE y otras investigaciones, las personas que reciben apoyo para la orientación académica y profesional establecen con mayor facilidad sus objetivos e identifican como alcanzarlos, ya sea de formación, de empleo o ambos, a la vez que logran mayor estabilidad emocional y reconocimiento de sí mismos.
 
Por su parte, la Asociación de Orientadores de Palencia revela que aquellas personas que han recibido este tipo de acompañamiento experimentan mayor satisfacción en su día a día laboral, disminuyendo el abandono prematuro de los estudios académicos y puestos de trabajo. Asimismo, se observan en aquellos que recibieron asesoría mayor determinación, y capacidad reflexiva sobre sus propias fortalezas y oportunidades de mejora, así como una actitud activa y sostenida sobre su futuro académico y/o profesional. En otro orden logran asumir con mayor conciencia la ventaja de disponer de cierto plan de acción para la consecución de sus objetivos. En suma, las personas orientadas académica y laboralmente establecen con mayor facilidad conexión con su/s propósitos vocacionales/educativos/laborales.  
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