- Cuando las plazas existentes en una titulación son inferiores a la demanda observada en la preinscripción
- Cuando plazas aprobadas de una titulación se quedan sin ocupar en el proceso de preinscripción. Igual que pasa en los estudios universitarios, en el caso de la Formación Profesional (FP) también se dan casos de plazas sin ocupar y titulaciones desbordadas de demanda, que tienen tendencias fijas y otras que varían, y que se estabiliza en gran parte, una vez que la asignación de segundas y terceras opciones señaladas en la preinscripción se llevan a cabo.
El potencial alumnado de FP se crea unas preferencias respecto a los estudios que quiere realizar a través de diferentes variables como pueden ser, por ejemplo, una vocación, atracción por un sector de actividad, influencia de los medios de comunicación, experiencias vivenciales, influencia familiar o expectativa salarial/condiciones de trabajo.
El desconocimiento de ciertas profesiones y sectores también es un factor en la toma de decisiones sobre qué titulación a estudiar, ya que no se puede escoger o priorizar aquello que se desconoce, aunque en el mercado laboral sea muy valorado. Esta última preinscripción por ejemplo (curso 2021-2022) ha habido un desbordamiento inusual de la demanda de estudios vinculados al sector sanitario dada a la exposición y relevancia de este tipo de profesiones en la gestión de la crisis generada por la COVID19, pero también, entre las primeras posiciones se sitúan familias profesionales como Imagen y Sonido o Informática y Telecomunicaciones, habituales en lo que respecta en desborde de la oferta en relación con la demanda.
La elección de los estudios a cursar se encuentra condicionada por una batería de elementos difíciles de cuantificar sin un estudio territorializado a conciencia de estos en los que en algunos casos se podrá incidir desde las diversas instituciones del ámbito formativo/educativo y en otros, no tanto.
El desajuste entre oferta y demanda de plazas por parte del alumnado, en un sistema bien planificado, no genera necesariamente problemas de empleabilidad, ya que se supone que la oferta de FP de un territorio tiene en cuenta y monitoriza las necesidades de su tejido productivo, modificando y actualizando la oferta de plazas atendiendo a este criterio junto con otros. Lo que sí puede generar son situaciones de abandono por parte de los estudiantes que, no habiendo sido situado en sus primeras preferencias, se han visto dirigidos a opciones menos atractivas para ellos y que les generan menos interés y/o motivación. Esta seria una de las consecuencias más negativas de que un sistema con fuertes diferencias entre el tipo de titulaciones que ofrece y las expectativas y preferencias del potencial alumnado.
¿Qué pueden hacer las administraciones para que la oferta formativa de FP crezca acorde a las necesidades de las empresas?
Mucho trabajo de prospectiva, territorializado y sectorizado, elaborado estrechamente con el tejido productivo y, de manera urgente, generar mecanismos más ágiles y menos costosos de flexibilización, actualización y generación de oferta formativa. Estos son los rasgos comunes de los países contemplados como de los mejores modelos en términos de FP, como por ejemplo Alemania, Suiza o Dinamarca.
Por su actividad y labor diaria, la empresa y sus agrupaciones, como asociaciones profesionales o gremios, conocen de manera concreta y específica qué perfiles profesionales necesitan y con qué competencias duras y blandas a contemplar. Hay que establecer mecanismos de escucha constante de estas necesidades e incluso para consensuar contenidos formativos, pero también es igualmente necesario que estos mecanismos sean ágiles para trasladar estas necesidades al sistema formativo de FP, ya sea inicial, continua u ocupacional. Generar una demora excesiva entre la identificación de una necesidad formativa y su implementación conlleva muchas veces que cuando ésta se implementa, lo haga ya de manera desfasada, especialmente entre aquellas titulaciones con un componente tecnológico elevado.
En muchas de estas líneas de actuación ya están trabajando las administraciones competentes en gestión y planificación de la oferta formativa en sus respectivos territorios, pero no es una tarea fácil de articular con los medios y entorno normativo y sistémico con el que muchas veces cuentan.
Por otro lado, a la necesidad de identificar perfiles y competencias y establecer mecanismos ágiles de implementación de oferta formativa, hay que sumar un elemento que a menudo la retrasa o dificulta, que es el coste de inversión que algunas titulaciones conllevan. Por ejemplo, no tiene el mismo coste para la administración implementar un grupo de comercio internacional que, por ejemplo, un grupo de aviónica, impresión 3D o uno de mecatrónica, ya que el coste de los talleres, maquinaria, herramientas y complementos es muy distinto, así como la disponibilidad de docentes. Por ello, las administraciones competentes de planificación de la oferta formativa deben estar dotadas de más recursos para poder implementar formación de elevado coste, pero estratégica en el tejido productivo y, en consecuencia, con elevada inserción.
Estas recomendaciones han de encajar también en el equilibrio que muchos de los programadores de oferta formativa deben garantizar entre titulaciones que generan empleabilidad y otras que no la generan tanto, pero que dan respuesta a las necesidades, exceptivas y preferencias del potencial alumnado de FP, las cuales no se pueden dejar de contemplar únicamente por su comparativamente menor potencial empleador.
¿Qué acciones pueden realizar los centros formativos para que la oferta de FP se incremente en función de las necesidades de las empresas?
Los centros formativos cuentan con una posición privilegiada que muchos aprovechan, como es la relación con empresas que genera la Formación en Centros de Trabajo (FCT) y la generación de itinerarios de FP Dual, entre otros mecanismos, que permiten identificar tendencias y necesidades. Los centros, que recordemos que no tienen competencias en planificación de oferta formativa, a menudo proponen cambios en la oferta formativa de su centro o de sistema que pueden contribuir a mejorar el encaje entre sistema formativo y productivo, pero también pueden generar itinerarios de FP Dual muy acorde a las necesidades de las empresas.
¿Qué papel debería tener la orientación para contribuir a la reducción del desajuste existente entre la oferta y la demanda de los ciclos de FP?
A través de la experiencia adquirida por parte de la Fundació BCN Formació Professional en términos de orientación académica y profesional podemos afirmar que este es un proceso que idealmente tiene que encontrarse transversalizado tanto en el sistema académico/formativo en su conjunto, como en muchos aspectos de la sociedad.
Parece lógico que no sea suficiente una o dos sesiones de orientación de una o dos horas a chicos y chicas de 16 o 18 años para que tomen una decisión sobre su futuro con el fundamento y conocimiento deseado. Sabemos de la dificultad de atracción de talento femenino por parte de las titulaciones STEAM, y este es un problema que no hemos podido resolver con campañas y acciones asiladas y generación de material informativo para la orientación.
Nos hemos dado cuenta, por ejemplo, a partir de este caso, pero también de muchos otros, que este tipo de campañas necesita tiempo, empezar desde mucho antes a orientar y que es necesario que se involucren en ella otros espacios de la sociedad como pueden ser los medios de comunicación, la empresa, y generar acompañamiento de las familias e instituciones en muchos de los procesos.
Por otro lado, los centros formativos, de Primaria o Secundaria, tienen un gran papel en el tipo de orientación académica y profesional que desarrollan, pues deben conocer y contemplar en sus orientaciones todos los itinerarios posibles. No es una cuestión de accesibilidad a la información, ya que hoy en día ésta se encuentra accesible y completa desde diversos espacios y formatos, sino de generación de interés continuado y sostenido y visualizar posibles vocaciones, los diversos sectores, así como actualizar de manera activa la imagen de muchos sectores estratégicos que se encuentra anquilosada en el pasado o todavía bastante desconocida.
Puede que un plan nacional/territorial o generación de estrategia compartida a largo plazo involucrando a todos los actores con un papel importante sea una vía de acción como lo puede ser también la innovación en el formato de la orientación, actualmente muy basada en una transmisión de información unidireccional donde el papel del potencial alumnado es más bien pasivo.