La 9ª edición de la Mención Enric Renau i Permanyer a la investigación aplicada en educación, formación y trabajo ha recaído en el proyecto europeo CHIEF, Cultural Heritage and Identities of Europe 's Future (Herencia cultural e identidades del futuro de Europa), realizado por el equipo de investigación de la Universitat Pompeu Fabra junto con otras 8 universidades extranjeras.
El principal objetivo de la iniciativa es facilitar el diálogo intercultural en Europa a través de una comprensión de la alfabetización cultural de los jóvenes. De hecho, la pregunta central del proyecto es: ¿cómo impactan las experiencias de los jóvenes y su comprensión del patrimonio cultural europeo en sus identidades culturales y su capacidad para participar en la sociedad?
Para responder esta cuestión y otras relacionadas con el tema, se han llevado a cabo investigaciones que utilizan métodos cuantitativos y cualitativos en nueve países de dentro y fuera de la Unión Europea.
Si quieres más información sobre el proyecto, puedes acceder aquí.
¿Cómo nació Cultural Heritage and Identities of Europe 's Future?
El proyecto surgió del interés en estudiar las prácticas culturales de los jóvenes y cómo estos entienden y experimentan la cultura y el patrimonio cultural. Se aprovechó una convocatoria de la Unión Europea para obtener la financiación necesaria de una investigación que ha durado 3 años y medio. Además, una parte de los equipos de las distintas universidades del consorcio europeo ya habían trabajado conjuntamente en otros proyectos europeos con la juventud como elemento común. Se partía de una relación de confianza previa que facilitó la definición y la implementación del proyecto de investigación.
¿Qué es la alfabetización cultural y qué importancia tiene para el fomento del respeto a la diversidad?
La alfabetización cultural puede tener significados distintos. En el proyecto CHIEF se define como el conjunto de conocimientos, competencias y referentes culturales que puede adquirir un individuo a lo largo de la vida. Desde CHIEF se intenta ser innovador en el enfoque y comprensión del concepto de alfabetización cultural de los jóvenes, priorizando la importancia de la producción y la transmisión del conocimiento cultural en entornos educativos formales y no formales, así como en las diversas interacciones humanas informales. Estas interacciones informales a menudo se suelen pasar por alto, a pesar de su fuerte influencia en la adquisición de la cultura por parte de los jóvenes y en la construcción de sus identidades.
La alfabetización cultural inclusiva tiene una mirada no jerárquica de los referentes culturales y abierta a la diversidad cultural existente en las sociedades actuales.
¿Por qué se han centrado en los jóvenes y han elegido los contextos de la educación formal, no formal e informal?
La investigación analiza la relación de los jóvenes con la cultura en diferentes ámbitos (educación formal, no formal, familias, compañeros o grupos de amigos, etc.), con la finalidad de investigar cómo las interacciones que se producen en estos diferentes espacios de socialización incrementan la alfabetización y el conocimiento cultural de las personas jóvenes. También se quiere comprender la forma en que los jóvenes incorporan la interculturalidad en sus prácticas culturales. Parte de una definición de cultura y prácticas culturales no jerárquica y flexible.
La juventud se consideraba un grupo social de particular interés porqué nos permitía estudiar como impactan distintos procesos de socialización y de aprendizaje cultural en un momento particularmente relevante de la vida del individuo. Los contextos educativos que se escogieron son muy relevantes en ese período vital y teníamos interés en ver cómo afectaba cada uno de ellos en el aprendizaje cultural de los jóvenes
¿Qué resultados han conseguido hasta la fecha?
Los resultados son muy diversos y es difícil hacer un resumen aquí. A grandes trazos, en primer lugar, se ha observado la relevancia que tienen los contextos educativos no formales e informales en el aprendizaje cultural de los jóvenes, y que va mucho más allá de los contextos más tradicionales de la familia y la escuela. En segundo lugar, se ha comprobado el rol creciente que tienen Internet y más concretamente, las redes sociales, los videojuegos, plataformas en streaming, etc. en los referentes culturales y el tiempo de ocio de los jóvenes, y aquí se han observado diferencias relevantes a nivel de género.
En tercer lugar, se evidencia que existe una comprensión limitada de la cultura y del patrimonio cultural. La concepción de la cultura es a menudo unidimensional, externa a la experiencia vivida, reproductora de las jerarquías dominantes sobre valores culturales, así como basada en dicotomías (pasadas y poco funcionales) de alta cultura y baja cultura, valores tradicionales y valores contemporáneos, etc.
El principal objetivo de la iniciativa es facilitar el diálogo intercultural en Europa a través de una comprensión de la alfabetización cultural de los jóvenes. De hecho, la pregunta central del proyecto es: ¿cómo impactan las experiencias de los jóvenes y su comprensión del patrimonio cultural europeo en sus identidades culturales y su capacidad para participar en la sociedad?
Para responder esta cuestión y otras relacionadas con el tema, se han llevado a cabo investigaciones que utilizan métodos cuantitativos y cualitativos en nueve países de dentro y fuera de la Unión Europea.
Si quieres más información sobre el proyecto, puedes acceder aquí.
¿Cómo nació Cultural Heritage and Identities of Europe 's Future?
El proyecto surgió del interés en estudiar las prácticas culturales de los jóvenes y cómo estos entienden y experimentan la cultura y el patrimonio cultural. Se aprovechó una convocatoria de la Unión Europea para obtener la financiación necesaria de una investigación que ha durado 3 años y medio. Además, una parte de los equipos de las distintas universidades del consorcio europeo ya habían trabajado conjuntamente en otros proyectos europeos con la juventud como elemento común. Se partía de una relación de confianza previa que facilitó la definición y la implementación del proyecto de investigación.
¿Qué es la alfabetización cultural y qué importancia tiene para el fomento del respeto a la diversidad?
La alfabetización cultural puede tener significados distintos. En el proyecto CHIEF se define como el conjunto de conocimientos, competencias y referentes culturales que puede adquirir un individuo a lo largo de la vida. Desde CHIEF se intenta ser innovador en el enfoque y comprensión del concepto de alfabetización cultural de los jóvenes, priorizando la importancia de la producción y la transmisión del conocimiento cultural en entornos educativos formales y no formales, así como en las diversas interacciones humanas informales. Estas interacciones informales a menudo se suelen pasar por alto, a pesar de su fuerte influencia en la adquisición de la cultura por parte de los jóvenes y en la construcción de sus identidades.
La alfabetización cultural inclusiva tiene una mirada no jerárquica de los referentes culturales y abierta a la diversidad cultural existente en las sociedades actuales.
¿Por qué se han centrado en los jóvenes y han elegido los contextos de la educación formal, no formal e informal?
La investigación analiza la relación de los jóvenes con la cultura en diferentes ámbitos (educación formal, no formal, familias, compañeros o grupos de amigos, etc.), con la finalidad de investigar cómo las interacciones que se producen en estos diferentes espacios de socialización incrementan la alfabetización y el conocimiento cultural de las personas jóvenes. También se quiere comprender la forma en que los jóvenes incorporan la interculturalidad en sus prácticas culturales. Parte de una definición de cultura y prácticas culturales no jerárquica y flexible.
La juventud se consideraba un grupo social de particular interés porqué nos permitía estudiar como impactan distintos procesos de socialización y de aprendizaje cultural en un momento particularmente relevante de la vida del individuo. Los contextos educativos que se escogieron son muy relevantes en ese período vital y teníamos interés en ver cómo afectaba cada uno de ellos en el aprendizaje cultural de los jóvenes
¿Qué resultados han conseguido hasta la fecha?
Los resultados son muy diversos y es difícil hacer un resumen aquí. A grandes trazos, en primer lugar, se ha observado la relevancia que tienen los contextos educativos no formales e informales en el aprendizaje cultural de los jóvenes, y que va mucho más allá de los contextos más tradicionales de la familia y la escuela. En segundo lugar, se ha comprobado el rol creciente que tienen Internet y más concretamente, las redes sociales, los videojuegos, plataformas en streaming, etc. en los referentes culturales y el tiempo de ocio de los jóvenes, y aquí se han observado diferencias relevantes a nivel de género.
En tercer lugar, se evidencia que existe una comprensión limitada de la cultura y del patrimonio cultural. La concepción de la cultura es a menudo unidimensional, externa a la experiencia vivida, reproductora de las jerarquías dominantes sobre valores culturales, así como basada en dicotomías (pasadas y poco funcionales) de alta cultura y baja cultura, valores tradicionales y valores contemporáneos, etc.
"Se ha observado la relevancia que tienen los contextos educativos no formales e informales en el aprendizaje cultural de los jóvenes, y que va mucho más allá de los contextos más tradicionales de la familia y la escuela".
En cuarto lugar, en Europa la cultura aparece en general como una categoría más bien vacía, entendida como un elemento distante o no directamente asociada a la experiencia cercana y las identificaciones de los propios jóvenes. Por último, existe un sentimiento compartido sobre el valor de la diferencia cultural, así como de la aceptación de la diversidad, pero queda mucho camino a recorrer en prácticas inclusivas del aprendizaje cultural, en particular, en el ámbito educativo formal.
¿Qué consejos puede ofrecer al profesorado y a las familias de cara a fomentar el respeto a la diversidad cultural?
Es necesario desmitificar la cultura y ampliar el ámbito del aprendizaje cultural para llegar y conectar con las vivencias de los jóvenes. Nos tenemos que alejar de los modelos de "déficit cultural" incorporando en el proceso de aprendizaje las múltiples formas de cultura locales, informales y cotidianas, junto a manifestaciones más formales e institucionalizadas. Es necesario cambiar el vocabulario en torno al aprendizaje cultural para conectar la cultura con las experiencias cotidianas, guiado por el principio de: "todos somos culturales, todos hacemos cultura".
También es importante avanzar en la gestión de la diversidad más allá de la inclusión, con reconocimiento y fomento del empoderamiento. Se tiene que permitir la expresión de la diversidad cultural en el espacio y el tiempo de la educación formal más allá de determinadas asignaturas establecidas, días fijos o eventos (como el "día de la diversidad cultural"), así como fomentar iniciativas que fomenten la descolonización del conocimiento y la diversificación del currículum.
De cara a las familias es importante ser consciente del importante rol que tienen los aprendizajes digitales en los jóvenes y entenderlo tanto en su impacto positivo como negativo. Un uso crítico y diverso de los canales de aprendizaje cultural de los jóvenes es relevante para fomentar una mirada diversa e inclusiva.
¿Cree que los Gobiernos europeos y, en concreto, el español, son sensibles a esta cuestión? ¿Cómo podría mejorar la alfabetización cultural de la ciudadanía?
Existe cierta conciencia, pero faltan más recursos y políticas más inclusivas. Son necesarios más recursos financieros y humanos en la educación cultural, así como favorecer las colaboraciones entre actores diversos y potenciar el papel de la educación no formal y los ámbitos informales.
El acceso a la cultura y a los recursos destinados al desarrollo del aprendizaje cultural es limitado entre los jóvenes. Además, aún existe la distancia entre los referentes culturales de los jóvenes y los recursos disponibles, poca representación de los intereses y las identidades juveniles, así como una implicación limitada en los procesos de toma de decisiones, dificultando todo ello el compromiso con el aprendizaje cultural de los jóvenes. Es importante ser consciente que los modelos de creación cultural, así como las formas más accesibles de experiencias de aprendizaje, permiten a los jóvenes mantener un vínculo y una mayor inversión emocional con el proceso de aprendizaje cultural.
Como resultado de la evidencia recogida en el proyecto y la realización de un proceso participativo con diversos actores y organizaciones de los ámbitos de la educación, la cultura y la juventud se ha elaborado un documento que recoge 22 recomendaciones para hacer políticas públicas más inclusivas.