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La orientación académica y profesional antes, durante y una vez que los estudiantes universitarios finalizan sus estudios

Artículo de opinión

  • 14/07/2021

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Mercedes Carmona, Lola García y María Dolores Saravia. Vicedecana de Administración y Dirección de Empresas, Técnico de Prácticas y Orientación del Servicio de Orientación e Información Laboral y Coordinadora del SOIL de la Universidad Católica de Murcia (Murcia)
Uno de los objetivos del sistema universitario es formar profesionalmente a los egresados para su acceso al mercado de trabajo. En España, sin embargo, este objetivo se cumple sólo de forma parcial: la tasa de desempleo entre los graduados universitarios ascendió al 8% en 2019 (oscilando entre el 4,4% de Ingeniería y Arquitectura, y el 13,4% de Artes y Humanidades), según datos del INE (2019), llegando a ser casi el doble que la de sus homólogos europeos, según Anghel, Puente Díaz y Regil Amorena (2020). Y probablemente la situación ha empeorado en los dos últimos años a causa de la grave crisis económica en la que nos encontramos inmersos.

Entre las múltiples causas de esta situación, además de las características estructurales propias del mercado de trabajo español, que es incapaz de absorber los flujos de nuevos titulados superiores (Anghel, Puente Díaz y Regil Amorena, 2020), destaca el desajuste entre los perfiles profesionales de los egresados universitarios y las competencias profesionales requeridas por las empresas (Blazquez, Masclans y Canals, 2020). En este último aspecto no solo interviene la calidad de la formación universitaria recibida, sino que también juegan un papel decisivo las elecciones individuales de los estudiantes a lo largo de su carrera académica.

Así, cuando hablamos de Orientación Académica y Profesional nos referimos a un proceso de asesoramiento a los estudiantes que, de forma progresiva, deben planificar y definir su futuro académico y profesional y, por lo tanto, también personal, a través de una serie de decisiones que les permitan acceder de forma satisfactoria al mercado laboral. Un desarrollo satisfactorio de este proceso tiene como finalidad, en última instancia, la inserción del egresado en el mercado de trabajo, pero también lograr la coincidencia entre las expectativas del estudiante y el entorno laboral, evitando así la frustración personal.

Por este motivo, la Orientación Académica y Profesional debe comenzar antes de la llegada a la Universidad y debe desarrollarse a lo largo de toda la vida académica del alumno, teniendo en cuenta sus capacidades, habilidades y preferencias en cada momento, planteando las opciones formativas disponibles, y ofreciendo información veraz y actualizada sobre la realidad sociolaboral del momento.

En concreto, en el itinerario académico-profesional de todo estudiante universitario (actual o potencial) hay hasta 5 momentos clave que tienen una importancia decisiva en la trayectoria vital del individuo:

 
1. En 4º curso de la ESO, cuando el estudiante debe elegir entre cursar enseñanzas académicas para la iniciación al Bachillerato o cursar enseñanzas aplicadas para la iniciación de la Formación Profesional. 
 
 
2. En 1º Bachillerato, cuando el estudiante debe elegir entre orientar sus estudios hacia el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales, Bachillerato de Ciencias (que incluirá no solo las áreas puramente tecnológicas sino también las relacionadas con Salud y tecnológicas) o Bachillerato de Artes. 
 
 
3. A la finalización de 2º de Bachillerato e inicio de los estudios superiores, tras la realización y superación de la EBAU. En este momento el estudiante debe elegir qué tipo de carrera universitaria va a cursar. 
 
 
4. A la finalización de estudios de Grado, cuando el estudiante debe elegir entre seguir formándose con estudios de Posgrado (Máster o Doctorado) o acceder al mercado laboral. 
 
5. Si el estudiante optó por realizar estudios de Posgrado, al finalizar los mismos tendrá que acceder al mercado laboral.
 







Cada una de estas elecciones determina el proceso, evolución y posibilidades de acción posteriores, y por ese motivo es tan importante un adecuado asesoramiento que garantice que el alumno tome una decisión informada y acorde con sus cualidades y expectativas.

 Antes de acceder a la enseñanza superior, en 3º y 4º curso de la ESO, los alumnos reciben asesoramiento acerca de las opciones académicas que tienen y sobre las cuales deben decidir. Esta orientación se encuentra enmarcada dentro de la Programación del Centro y está basada en los aspectos psicopedagógicos que definen las características del alumnado, su autoconocimiento personal y vocacional, y el proceso de toma de decisiones en este contexto.
 
Asimismo, es de máxima importancia en esta etapa proporcionar al estudiante una información precisa y actualizada sobre el mundo laboral y sobre la demanda de las empresas, de forma que estos datos también sean tenidos en cuenta a la hora de decidir si estudiar Bachillerato o Formación Profesional y, en el primer caso, qué tipo de Bachillerato cursar. Esta elección de la rama y optativas a cursar marcará el rumbo de sus estudios universitarios tras la EBAU, por lo que, en este punto, los estudiantes deberían recibir la máxima información posible para decidir sobre su futuro (Grados, salidas profesionales, notas de corte, etc.)

En la universidad, tanto el personal docente como, sobre todo, el Servicio de Orientación e Información Laboral, asesoran a los estudiantes sobre el mercado de trabajo en un contexto excesivamente volátil y con un elevado nivel de incertidumbre. Proporcionar información sobre nuevas salidas profesionales que puedan ser demandadas, oposiciones, cursos de Posgrado, así como formación en aspectos como elaboración de un CV profesional, realización de una entrevista de trabajo y búsqueda de oportunidades de empleo forman parte de la Orientación Académica y Profesional en esta etapa.

Dada la especial trascendencia de este asesoramiento, se requiere un personal especializado y dedicado de forma específica a esta tarea, que sea capaz de ofrecer a los estudiantes universitarios información precisa y actualizada sobre el mundo laboral y proporcionales habilidades necesarias para su acceso al mismo.

En este contexto adquieren especial importancia iniciativas como la "tutoría de iguales" o peer tutoring (Álvarez Pérez y González Afonso, 2005) como complemento a la Orientación Académica y Profesional proporcionada de forma institucional por la universidad. La tutoría de iguales consiste en que estudiantes de los últimos cursos asesoran a los estudiantes noveles de su misma titulación, con el objetivo de facilitar su adaptación a la universidad y orientarlos en aspectos académicos y profesionales.

Por último, y tras finalizar los estudios universitarios, la Orientación Académica y Profesional a los egresados la realiza el Servicio de Orientación e Información Laboral, que básicamente tiene dos líneas de acción:
 
  • Una primera dedicada directamente a poner en contacto a egresados que desean acceder al mercado de trabajo con empresas que buscan candidatos con un determinado perfil para cubrir una vacante laboral. Esta conexión entre empresas y candidatos se lleva a cabo a través de Ferias de Empleo y de Bolsas de Empleo.
 
  • Una segunda línea de actuación está enfocada a proporcionar a los alumnos una serie de habilidades, competencias y atributos personales (soft skills) que, aunque suelen quedar al margen de los conocimientos estrictamente técnicos enseñados en las aulas, resultan necesarios para desenvolverse con éxito en el ámbito laboral: trabajo en equipo, resolución de problemas, asertividad, capacidad de comunicación, organización, habilidades sociales, creatividad, capacidad de adaptación a un entorno cambiante… En esta línea de formación se enmarca también el asesoramiento y orientación en lo referido al aprendizaje a lo largo de la vida o lifelong learning, que permite la adquisición y actualización de conocimientos y competencias personales, sociales y de empleabilidad.

Nuevamente, y dada la extraordinaria relevancia de este asesoramiento, que es clave para aumentar la inserción laboral de los egresados universitarios, es necesario disponer de profesionales específicamente formados y dedicados a esta tarea, que dispongan de un visión realista y certera del mercado laboral, y de los contactos necesarios para llevarla a cabo.


Referencias
  • Encuesta de inserción laboral de titulados universitarios. EILU. Año 2019. Recuperado el 06.07.2021 de https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176991&menu=ultiDatos&idp=1254735976597
  • Anghel, B., Puente Díaz, S., & Regil Amorena, A. V. (2020). Recuadro 6. La situación laboral de los licenciados universitarios en España: comparación con el área del euro. Boletín económico/Banco de España [Artículos], n. 4, 2020, p. 31-35.
  • Blázquez, M. L., Masclans, R. & Canals, J. (2020). Las competencias profesionales del futuro: un diagnóstico y un plan de acción para promover el empleo juvenil después de la COVID-19. Monografía IESE.
  • Álvarez Pérez, P. R., & González Afonso, M. C. (2005). La tutoría entre iguales y la orientación universitaria: una experiencia de formación académica y profesional. Educar, (36), 107-128.
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