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Conoce las 56 competencias que necesitarás para trabajar en el futuro

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Crecerá la demanda de habilidades tecnológicas, sociales, emocionales y cognitivas superiores y descenderán las manuales y físicas, según un artículo elaborado por el Foro Económico Mundial y McKinsey Global Institute


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Redacción de Educaweb
La automatización, la inteligencia artificial y la robótica se van afianzando poco a poco y comportarán la desaparición de algunos tipos de trabajo y la aparición de otros. Con el fin de facilitar la transición a un mercado laboral pos-COVID-19, el Foro Económico Mundial y el McKinsey Global Institute han elaborado un artículo que incluye resultados de una encuesta realizada por el instituto de investigación entre 18.000 personas de 15 países.

Entre las principales conclusiones de la investigación, se observa que las habilidades de alto nivel serán cada vez más importantes, en detrimento de las manuales y físicas. Entre las que se demandarán más se encuentran las tecnológicas, sociales, emocionales y cognitivas superiores.

Algunos de los trabajos más solicitados requerirán de formación especializada, han advertido los autores del artículo. Sin embargo, añaden, "en un mercado laboral más automatizado, digital y dinámico, todos los ciudadanos se beneficiarán de tener un conjunto de habilidades fundamentales" que cumplan con los siguientes tres criterios, independientemente de su ocupación:

 
  • Agregar valor más allá de lo que pueden hacer los sistemas automatizados y las máquinas inteligentes.
 
  • Adaptarse continuamente a las nuevas formas de trabajar y a las nuevas ocupaciones. 
 
  • Operar en un entorno digital.
 
A continuación, te presentamos cuáles son las habilidades que necesitarás adquirir para desenvolverte adecuadamente en el mercado laboral que se avecina.
 

Más de 50 habilidades cognitivas, interpersonales, de autoliderazgo y digitales

 
Conseguir y mantener un puesto de trabajo en el futuro requerirá de 56 competencias fundamentales, según el estudio elaborado por McKinsey Global Institute en colaboración con el Foro Económico Mundial. Dichas habilidades y actitudes, denominadas Distinct Elements of Talent (DELTAS), se han agrupado en cuatro categorías principales: cognitivas, interpersonales, de autoliderazgo y digitales. Estas, a su vez, se han dividido en 14 subcategorías o grupos de habilidades, como se puede apreciar en el siguiente gráfico.



Imagen: McKinsey y Foro Económico Mundial (2021). 
 

Se requiere más formación en competencias digitales y competencias transversales

 
La encuesta realizada por McKinsey Global Institute a 18.000 personas de 15 países también ha revelado que actualmente los niveles más bajos de competencias se hallan en la categoría digital. En concreto, en el uso de desarrollo de software y en la comprensión de sistemas digitales. En la categoría cognitiva, las habilidades de comunicación, por un lado, y las de planificación y maneras de trabajar por otro, también puntuaron por debajo de la media.

Al examinar los resultados de la encuesta en función de la formación de los encuestados, también se ha observado que, en general, los participantes con título universitario obtienen puntuaciones más elevadas en las categorías cognitiva y digital. Sin embargo, no ocurre lo mismo en las interpersonales y de autoliderazgo, donde no se produce tal asociación. Es el caso de competencias transversales como autoconfianza, afrontar la incertidumbre, coraje y asunción de riesgos, empatía, coaching y resolución de conflictos, por ejemplo.
 

Ser más competente permite obtener trabajo con mayores ingresos y satisfacción laboral

 
Los autores del estudio también han observado que las personas que poseen más competencias tienden, de media, a tener un empleo con un sueldo más elevado y mayor satisfacción laboral. Ahora bien, también han apreciado que algunas habilidades y actitudes se hallan más vinculadas a unos resultados que a otros.

Por ejemplo, el empleo se halla más asociado a la categoría de autoliderazgo y, en concreto, a la capacidad de adaptación, hacer frente a la incertidumbre, ser capaz de sintetizar mensajes y orientarse al logro.

Por otro lado, los ingresos más altos son para quienes cuentan con las competencias que puntuaron más bajo de media, esto es, comprensión de sistemas digitales, uso y desarrollo de software, comunicación, y planificación y formas de trabajo.

La competencia digital se halla "particularmente asociada" con ingresos más altos, esto es, un encuestado con mayor competencia digital tiene un 41% más de probabilidades de obtener un salario de un nivel superior que otro que carece de ella. Ahora bien, los DELTA concretos más fuertemente vinculados a los altos ingresos fueron desarrollo del plan de trabajo y hacer las preguntas correctas (categoría cognitiva), seguidos de autoconfianza (autoliderazgo) y conciencia organizacional (interpersonal).

Finalmente, la satisfacción laboral se halla especialmente asociada a elementos incluidos en la categoría de autoliderazgo como automotivación y bienestar, capacidad para afrontar la incertidumbre y confianza en uno mismo.
 

Tres recomendaciones para fomentar el aprendizaje de competencias

 
El artículo "McKinsey: These are the skills you will need for the future of work" concluye con tres sugerencias para promover el aprendizaje de las habilidades y actitudes necesarias para obtener un empleo digno y satisfactorio. Son las siguientes:  

 
  • Revisar los planes de estudio. Al haber detectado que las personas con formación más elevados carecen de ciertas habilidades de autoliderazgo e interpersonales, los autores del informe recomiendan revisar los planes de estudio para que incluyan el aprendizaje de las soft skills. También advierten la necesidad de fomentar la investigación para determinar qué niveles de competencias han de adquirirse a cada edad y probar diferentes sistemas de evaluación.
 
  • Reformar los sistemas de formación de adultos. Las personas encuestadas ya no se hallaban dentro del sistema educativo, por lo que resulta imprescindible mejorar las vías para mejorar la formación de los adultos, más después del impacto del COVID-19. Entre las habilidades a potenciar, desde McKinsey recomiendan impulsar las competencias digitales y vinculadas al autoliderazgo.
 
Entre las acciones específicas, proponen que utilizar la Inteligencia Artificial para detectar las necesidades de formación; establecer un sistema de certificación basado en habilidades; y ofrecer becas de aprendizaje permanente, entre otras.
 
 
  • Garantizar la accesibilidad de la formación permanente de calidad. Los autores están convencidos de que, así como la Revolución Industrial impulsó el acceso a la educación en el siglo XIX, la revolución digital actual requiere la expansión de una educación de calidad desde la primera infancia hasta la jubilación.
 
 
 
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