El COVID-19 ha impactado con fuerza en el mercado de trabajo, pero otros fenómenos como la automatización, la globalización, el envejecimiento o el la desigualdad llevan tiempo entre nosotros. Por todo ello, el Grupo Randstad ha decidido hacer un alto en el camino para reflexionar cómo es el mundo en el que vivimos y cómo podemos prepararnos para lo que venga.
Los principales cambios en el mundo del trabajo
El panorama del empleo actual presenta algunas características que han de tenerse en cuenta, si empresas y personas trabajadoras quieren formar parte del mercado de trabajo. El informe Abrazando el cambio pone el acento en los siguientes aspectos:
- Flexibilidad. El incremento de los contratos temporales, el trabajo por cuenta propia o como autónomo y en plataformas digitales permiten a las empresas ajustar rápidamente el tamaño y la composición de sus plantillas, así como seleccionar las personas con las habilidades que necesitan. Esto requiere, por tanto, una gran flexibilidad por ambas partes, así como un extremo cuidado para garantizar un trabajo decente para todo el mundo.
- Teletrabajo. Otro fenómeno que ha impulsado el COVID-19 es el teletrabajo, que ha permitido a muchas personas conectarse y trabajar de manera más eficiente. Este hecho ha comportado cambios en la mentalidad de empresarios y trabajadores que no han hecho más que empezar.
- Inmigración urbana. Desde hace tiempo también se está experimentado una emigración de las zonas rurales a las urbanas, si bien el COVID-19 ha podido generar el efecto contrario. En todo caso, todo apunta que las personas que vivan en la ciudad disfrutarán de mayores ingresos, mejor empleo y mayores niveles de educación.
- Automatización y deslocalización. La automatización y la deslocalización han permitido que muchas personas entraran en el mercado de trabajo global. Sin embargo, ambas circunstancias han polarizado los puestos de trabajo hacia los de alta o baja cualificación.
- Envejecimiento y sostenibilidad. En 2018, por primera vez en la historia, se contabilizaron más personas mayores de 65 años en el mundo que niños menores de cinco años. Estos cambios demográficos exigen una mayor inclusión en términos de "edad, genero y etnia". Lograr un mercado laboral sostenible también será posible si se avanza en la igualdad y en lograr un trabajo decente para todo el mundo.
Las competencias digitales y transversales, fundamentales para mantenerse empleable
Afrontar los fenómenos descritos anteriormente constituye una tarea compleja. Entre las principales vías para afrontarlos, se encuentra el aprendizaje permanente o a lo largo de toda la vida. Como sostiene Jacques van den Broek, director general de Randstad, "al centrarnos en la formación y el reciclaje, tenemos la oportunidad de preparar a los trabajadores y a las empresas para el futuro, aumentando su resiliencia y eficacia ante cualquier desafío. Antes de la crisis, ya se comprendía su valor en respuesta a la automatización. Ahora es una cuestión de urgencia y necesidad".
De esta idea se derivan algunas cuestiones más concretas, como apunta Stefano Scarpetta, director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): "Es urgente adaptar los planes de estudio de la formación académica y mejorar la orientación que reciben los estudiantes para su transición al mercado laboral". Además, añade, es preciso facilitar a los trabajadores los "medios para adaptar sus habilidades continuamente durante su vida laboral".
Entre los retos para mejorar la orientación, David Hoey, director del movimiento WorldSkills, menciona la influencia de la familia en la elección de los estudios: "Los padres siguen siendo las personas más influyentes en la carrera de un joven. Lamentablemente, también suelen ser los más desinformados. Entienden la mano de obra como era hace 15 o 20 años, lo que crea una desconexión".
He aquí algunas cuestiones que también incluye el informe Abrazando el cambio y que merece la pena tener en cuenta de cara a la adquisición de las habilidades más adecuadas para desenvolverse en el panorama laboral actual:
- Competencias STEM e informáticas. La OCDE estima que el 65 % de los niños que actualmente asisten a la escuela infantil realizará un trabajo que aún no existe, como jardinero urbano vertical o controlador de drones. Sin embargo, todo apunta que seguirán existiendo vacantes en profesionales vinculadas a las competencias STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y los conocimientos informáticos serán cada vez más decisivos para mantener el puesto de trabajo.
- Competencias transversales. Existe una "clara tendencia" a demandar cada vez más habilidades transversales como la creatividad, la inteligencia emocional y la negociación. Estas son, además, cualidades que sólo puede desempeñar el ser humano y, por tanto, el riesgo de automatización es bajo.
- Transformar la educación. "Es crucial que preparemos nuestros sistemas educativos para estos empleos del siglo XXI". Así se expresa el equipo de Randstad Research, quien en reiteradas ocasiones advierte de la brecha existente entre la formación y la empleabilidad.
- Cambiar la mentalidad. Se estima que más de la mitad de los trabajadores de todo el mundo necesitará un "reciclaje importante" a lo largo de esta década. Por tanto, "es esencial que los propios trabajadores tomen medidas para mejorar su empleabilidad".
- Corresponsabilidad del cambio. Lograr una población mejor formada y empresas más eficaces depende de todos: responsables políticos, empresas y trabajadores. Todos ellos "deben colaborar para fomentar las habilidades y competencias necesarias para los empleos del futuro".
En definitiva, Abrazando el cambio. Flexibility@work 2021 propone cambiar la manera tradicional de aprender y trabajar y abrazar "un enfoque de aprendizaje permanente que permita a las personas pasar de una actividad a otra y de un papel a otro a lo largo de su vida profesional".