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Cómo facilitar el acceso a la universidad a personas con discapacidad y necesidades específicas

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La orientación académica y profesional resulta fundamental para lograr una universidad más inclusiva, según una guía elaborada en el marco de colaboración entre CRUE y Fundación ONCE

  • 09/06/2021

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Facilitar el acceso a la universidad y evitar el abandono educativo que se produce en el primer año de grado de las personas con discapacidad y/o con Necesidad Específica de Apoyo Educativo (NEAE). Estos son los principales objetivos de la Guía de buenas prácticas para la transición, el acceso y la acogida del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo en los estudios universitarios, elaborada por la Red de Servicios de Apoyo a Personas con Discapacidad en la Universidad (Red SAPDU), en el marco del convenio de colaboración entre la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue) y la Fundación ONCE.

"El acceso de las personas con discapacidad a la educación superior sigue siendo una tarea pendiente en la sociedad española. Aunque en las últimas décadas se ha avanzado muchísimo en normas y políticas públicas de inclusión, la realidad es que más de la mitad del alumnado con discapacidad abandona sus estudios en secundaria y no accede a la universidad", explica la directora de Programas con Universidades y Promoción del Talento Joven de la Fundación ONCE, Isabel Martínez Lozano, al comienzo de la guía.

No en vano, la publicación elaborada por la Red SAPDU busca contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, cuyo Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 pretende "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover las oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos" de aquí a 2030.

Entre los principales obstáculos que dificultan el acceso a la universidad de las personas con discapacidad y NEAE, Martínez Lozano cita la falta de apoyos, los déficits en la orientación, los prejuicios y "los miedos de un alumnado que sufre a menudo las consecuencias negativas de un modelo educativo no inclusivo en su integridad".

La guía para la transición, el acceso y la acogida a la universidad de la Red SAPDU intenta unificar los criterios existentes para establecer un procedimiento común de actuaciones en las etapas previas y de acceso a la universidad, así como convertirse en una herramienta práctica de trabajo para los departamentos de orientación, equipos de apoyo específicos, servicios de información y orientación universitaria (SIOU), servicios de acceso y admisión, comisiones organizadoras de las pruebas de acceso a las universidades, asociaciones y entidades, familias, estudiantes, personal técnico de servicios de apoyo e incluso docentes universitarios.
 

Un modelo de transición, acceso y acogida para la inclusión del alumnado con NEAE

 
Tras realizar una descripción del alumnado con discapacidad y/o con NEAE en la Educación Secundaria y universitaria, de las estructuras de apoyo en las universidades y de la Red de servicios de apoyo a personas con discapacidad en las universidades, la Guía incluye lo que se denomina el modelo TAA (Transición, Acceso y Acogida) del alumnado con Necesidad Específica de Apoyo Educativo.

El paso de la etapa obligatoria a la educación superior "suele ser percibido como el mayor reto educativo experimentado hasta ese momento", indican los autores de la guía. Además, surgen numerosas dudas sobre si será posible contar con las adaptaciones académicas necesarias para progresar. También se desconoce el mundo universitario y en general se carece de medidas y normativa que permita realizar la transición de manera óptima. Por todo ello, "la orientación en esta etapa puede ser un puente de conexión entre las enseñanzas secundaria y universitaria, evitando con ello posibles situaciones de fracaso y abandono".

Entre los elementos metodológicos clave de cada una de las tres etapas del Modelo de Transición, Acceso y Acogida del alumnado con NEAE en la universidad, se encuentran:
 
Etapa 1. La transición a la universidad
 
  • Itinerario vocacional, para orientar en la trayectoria académica del alumnado con NEAE teniendo en cuenta su estilo de aprendizaje, sus intereses, sus motivaciones y sus competencias.
  • Colaboración de los servicios de apoyo con los departamentos de orientación en los centros de secundaria.
  • Conexión entre los distintos agentes implicados para facilitar el acceso garantizando la igualdad de oportunidades.
 
Etapa 2. Las pruebas de acceso
 
  • Análisis y aplicación de la normativa existente que establece las pautas generales comunes para establecer las adaptaciones en las pruebas examinadoras.
  • Coordinación entre los departamentos de orientación, servicios de pruebas de acceso, tribunales, comisiones organizadoras de las pruebas de acceso y servicios universitarios de apoyo con el fin de implementar las medidas de acuerdo con la normativa vigente.
 
Etapa 3. Protocolo de acogida
 
  • Tramitación de solicitudes de apoyo y recursos disponibles. Análisis y valoración de las adaptaciones solicitadas en el entorno universitario.
  • Plan de Acción Tutorial: información y orientación académica, motivación, tramitación de adaptaciones académicas, recursos para la vida académica y seguimiento del desarrollo de cada estudiante.
  • Promoción de la autonomía y prevención del abandono académico del alumnado con NEAE.
  • Diseño y realización de actuaciones de información, sensibilización y formación en la universidad.
 
Este modelo, como se explica en la guía, pone el énfasis en la coordinación entre todos los agentes implicados, incluido el círculo personal del alumnado, así como en la superación de estereotipos, prejuicios y miedos que puedan existir entre el alumnado, el profesorado, etc.
 

Cómo elaborar un plan de transición a la universidad para alumnado con discapacidad

 
El profesorado de secundaria, especialmente el de orientación, juega un papel fundamental en el proceso de transición a la universidad. Entre sus tareas principales, se halla la construcción de un proyecto de vida en sentido amplio y un plan de transición de manera más concreta. La guía propone que dicho plan de transición cuente con las siguientes características:
 
  • Ser personalizado.
  • Estar escrito y definido en objetivos y tiempos concretos.
  • Identificar fortalezas y debilidades de la persona, así como intereses y aspectos a mejorar.
  • Preparar las habilidades de transición (sociales, digitales, etc.).
  • Preparar el desarrollo vocacional, la elección de estudios, el acceso al mundo laboral y la vida independiente en función de los intereses, capacidades, habilidades y circunstancias de cada estudiante.
  • Tener en cuenta el papel de la familia.
 

La importancia de las tutorías no académicas para el alumnado con NEAE

 
La publicación elaborada por la Red SAPDU también menciona la tutoría no académica como una herramienta "esencial" en el entono universitario, ya que gracias a ella se favorece el desarrollo integral e inclusión del alumnado, así como la orientación en la formación continua y la inserción laboral de los estudiantes con discapacidad y/o NEAE. Entre las funciones básicas que debe cumplir el profesorado universitario responsable de la misma se destacan las siguientes:
 
 
  • Informar. Debe tener información actualizada sobre la actualidad universitaria, de modo que pueda proporcionar los recursos necesarios al alumnado.
  • Realizar el seguimiento y asesoramiento académico. Revisa periódicamente el expediente académico del alumnado para detectar problemas y prevenir la repetición o el abandono de los estudios.
  • Formar. Busca soluciones a problemas que el alumnado le plantee.
  • Canalizar. Identifica aspectos que perjudiquen el rendimiento del alumnado y deriva a los servicios correspondientes, además de identificar situaciones relacionadas con el incumplimiento de las adaptaciones curriculares propuestas por los servicios de atención a la diversidad.
  • Apoyar en la transición. Ayuda al alumnado a reflexionar sobre su futuro académico y profesional.
 
La Guía de buenas prácticas para la transición, el acceso y la acogida del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo en los estudios universitarios también incluye un listado de recursos para alumnado con discapacidad y/o NEAE y una explicación sintética de cuestiones relacionadas con el entorno universitario para quienes se adentran en él por primera vez.
 

 
Radiografía de la inclusión en el V Estudio Universidad y Discapacidad

El V estudio Universidad y Discapacidad presenta las luces y sombras del alumnado con discapacidad en la educación superior española. Así, casi un 80% de los 1.860 estudiantes consultados afirma que ha recibido correctamente la información necesaria para realizar sus actividades académicas y la mayoría asegura no haber tenido problemas para comunicarse con sus compañeros de clase y sus docentes durante el COVID-19. En la otra cara de la moneda se sitúa el 20,7% que manifiesta haberse sentido discriminado en alguna ocasión a lo largo de sus estudios universitarios.
A partir de las 61 universidades que han participado en el estudio, se observa que los estudiantes con discapacidad matriculados representan el 1,5% de todo el estudiantado matriculado en el curso 2019-2020.

La proporción de estudiantes matriculados disminuye a medida que se avanza en la carrera académica. Así, del 1,5% de estudiantes de grado de primer y segundo ciclo, se pasa al 1% en estudios de posgrado y máster, y al 0,8% en el doctorado.
En cuanto al género, se invierte la tendencia general de más mujeres matriculadas que hombres. El número de mujeres con discapacidad respecto al total de estudiantes matriculados es del 1,2%, frente al 1,6% de hombres.

La discapacidad predominante entre los estudiantes de grado es física (30,4%), seguida de la intelectual o del desarrollo (11,8%), sensorial (10%) y psicosocial o relacionada con salud mental (3,9%).

El informe se basa en las respuestas de 1.860 estudiantes universitarios con discapacidad que están cursando estudios universitarios o lo han hecho recientemente, lo que supone el 87% del total de universitarios con discapacidad del sistema universitario español. Han participado 61 universidades públicas y privadas que representan el 76% del total de universidades.

El estudio ha sido elaborado por la Fundación Universia, que cuenta con el apoyo de Banco Santander, con la colaboración de Fundación ONCE, Crue Universidades Españolas, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y el Real Patronato sobre Discapacidad.
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