"El presente se transforma en un día a día muy exigente. Y lo incierto y las posibilidades de cambio cobran una importancia muy significativa. Ya no basta con repetir las consignas del pasado. Se encuentra la experiencia con la renovación y el descubrimiento… Todo lo que sucede, nacional e internacionalmente, desarrolla nuevos sentidos, hasta en lo ya conocido. Destrucción y renovación se interceptan y refundan mutuamente".
Hasta ahora, lo que ha transcurrido a partir de la pandemia exige una evaluación integradora que permita atender los diferentes escenarios surgidos con esta experiencia del virus del COVID-19; por demás, un virus que irrumpió de forma abrupta, sin rostro, cruzando fronteras y rompiendo todo orden estructurado; además, con la devastadora pérdida de vidas humanas. Son escenarios que, transversalmente, han oscilado con diferentes y disruptivos tiempos. Y, a pesar de la creación de la vacuna, ya nada es igual. Restablecer la dinámica socio productiva, recuperar espacios y, sobre todo, reanimar los entusiasmos en las personas con fuerza resiliente para superar las adversidades no resulta, para nada, una tarea pasajera, ni hay fórmulas únicas.
Entonces, reorientar o reinventar la formación profesional exige repensar con la inquietud de la pregunta ¿desde dónde? Quizás, una posible respuesta sería: desde una visión de amplitud. Una visión que permita abordar lo importante por encima de los imprevistos, apoyando iniciativas que permitan a los ciudadanos sentirse tenidos en cuenta para que aporten su voz y puedan expresar sus propios desafíos laborales y familiares de cara al futuro inmediato. Es trascendental el hecho de reconocer y comprender a las personas a partir de valorar sus vidas desde las fortalezas, desde el reconocimiento a la condición pensante del ser humano y, por ende, capaz de aprender, de potenciar experiencias, de gestionar sus cambios y de enriquecer sus contextos.
Hooley (2020: 6), expone:
"Esperamos que lo que surja de este período sea un mundo más humano que valore las conexiones entre las personas y cuyo objetivo sea asegurar que todo el mundo tenga acceso a las cosas que necesitan para medrar. En un mundo así la orientación académica y profesional será de vital importancia para ayudar a las personas a encontrar su camino y considerar la contribución que quieren realizar".
Desde el ámbito del ejercicio profesional de la orientación, el desafío de reorientar formas de intervención ante los retos de recuperación socio económica que hoy se demandan, exige de sensatez y de profundos análisis acerca de los cambios que están emergiendo en la vida de las personas. Implica hacerse cargo de los temas relacionados con la pérdida del empleo, las desigualdades sociales, la pobreza, la pérdida de derechos democráticos, el respeto a los derechos humanos, el régimen de libertades, la justicia social y la participación sin discriminación. Se trata de retos muy serios y complejos, por lo que los desafíos para la formación profesional no pueden ubicarse como un asunto unidimensional de reinventarse profesionalmente.
El sentido de la reinvención pasa por la necesidad de que existan condiciones justas para empoderar a las personas productivamente y de gestionar transformaciones con sentido de bienestar para todos.
Desde ese contexto, algunas estrategias y recursos útiles para reorientar la carrera profesional y la participación activa para todas las personas en edades productivas pueden ser las siguientes:
- Creación de comités mixtos, sector productivo, Estado y sociedad, con la participación de cada una de las partes en la toma de decisiones desde su marco de referencia y de representación. El Comité debe diagnosticar las necesidades más apremiantes e impulsar las estrategias de medición con efectivos indicadores de desarrollo productivo teniendo en cuenta las edades, el nivel de instrucción, las condiciones de salud y las oportunidades sectoriales. Creación de lazos de confianza en beneficio del desarrollo del capital humano y el capital social productivo. El Informe PNUD (2020: 143), destaca: "La prioridad es una mayor solidaridad internacional y un mayor apoyo a los lugares más afectados por la pandemia, lo que comprende combatir la pobreza y las desigualdades e impulsar el empleo".
- Fomentar la creación de centros de información ocupacional, dirigidos a la oferta de entrenamiento en la búsqueda de empleo según análisis de capacidades y en el desarrollo de habilidades de emprendimientos autosustentables. Ello permitirá que las personas puedan aprender a reorientar sus carreras profesionales mediante la solicitud de tutorías o asesorías para aprender a reflexionar sobre sus opciones de formación y afrontar sus propias necesidades e intereses para la reinserción profesional y social. Entre las capacidades a desarrollar pueden estar: información sobre alternativas de autoempleo, opciones de medio tiempo en habilidades especificas (por ejemplo: carpintería, barbería, repostería, floristería, entre otras), adquisición de nuevas destrezas de búsqueda información para la empleabilidad y, adicionalmente, elaboración de itinerarios aprendiendo el manejo de distintas fuentes de información: periódicos, direcciones en la Web, Organizaciones no Gubernamentales, Grupos de Contacto, Redes Sociales, lista de conocidos y amistades. Para Cedefop (citado en Educaweb, 2020, párrafo 3): "Estas formaciones son clave para desarrollar la fuerza laboral que necesita la economía para despegar y para potenciar el aprendizaje permanente".
- Crear políticas sociales de apoyo a las familias. La estrategia consiste en agrupar las iniciativas de cooperación mediante alianzas específicas entre las familias y las escuelas. Al respecto, las personas adultas pueden integrarse como Comunidades de Aprendizaje y priorizar las oportunidades de estudio consolidando los planes de formación en las áreas de conocimientos básicos: desarrollo personal (aptitudes, motivaciones, personalidad, valores); y, en áreas de conocimiento matemático, lectura comprensiva y escritura (redacción), toma de decisiones, trabajo cooperativo, competencias técnicas y ocupacionales. Esta estrategia de cooperación permitirá crear modalidades pedagógicas que incentiven el trabajo de grupos a través de redes educativas con apoyo en plataformas tecnológicas; es una opción transformadora para el beneficio de las familias.
- Consolidación de certificación de programas educacionales de formación continua y permanente en el uso de herramientas tecnológicas con liderazgos de emprendimiento social. Las personas podrán obtener nuevos conocimientos para reorientar sus carreras profesionales mediante la adquisición de nuevas habilidades digitales, marketing, programas informáticos, desarrollo de software, tendencias comerciales en redes sociales. Además, es importantes destacar que la capacitación debe integrar estrategias transversales de formación personal para que las personas puedan reorientar sus habilidades aprendiendo las nuevas modalidades para realizar cartas de presentación, elaborar su currículum vitae, preparación para entrevistas de selección vía electrónica, formatos electrónicos de aplicación para empleo y trabajo en redes con sistemas operativos mediante plataformas de conexión electrónica.
- Integración de grupos de apoyo en las comunidades para realizar, con los aportes de diversos especialistas, talleres para las personas en edades productivas. Talleres orientados al aprendizaje de competencias emocionales y de crecimiento personal integral que permitan el empoderamiento activo para reorientación de la vida productiva. Entre los contenidos formativos se destacan: la adaptación al cambio, inteligencia emocional, resiliencia, autoestima, solidaridad y trabajo en equipo, asertividad y gestión positiva de proyectos de vida.
- Reorientar la formación profesional y productiva de las personas ante el desafío pospandemia; exige, también, trabajar por resignificar y redimensionar la importancia del liderazgo de los profesionales de la orientación en los diversos continentes. Al respecto, es imprescindible puntualizar lineamientos específicos de la praxis dentro de las políticas públicas con la finalidad de garantizar el compromiso para impulsar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Humano Sostenible. Bárcena, en el prólogo de la Agenda 2030 (Naciones Unidas, 2018: 5) destaca:
"La Agenda 2030 es una agenda civilizatoria, que pone la dignidad y la igualdad de las personas en el centro. Al ser ambiciosa y visionaria, requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad y del Estado para su implementación… una herramienta para la creación de sociedades inclusivas y justas, al servicio de las personas de hoy y de futuras generaciones".
Referencias
- Gavilán, M. (2020). "Orientación y Pandemia". Asociación Iberoamericana de Orientación Educativa y Laboral (AIdOEL).
- Hooley, T. (2020: 6). "En tiempos de coronavirus la orientación se necesita desesperadamente". Investigador y profesor de orientación profesional en la University of Derby (Reino Unido). En Educaweb, 21/04/2020.
- Naciones Unidas (2018). La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. (LC/G.2681-P/Rev.3), Santiago. Repositorio CEPAL
- Vilera Guerrero, A. (2014). Orientación en América Latina. Continuar descubriendo nuevas formas de pensarnos desde nuestra "Presencia e Influencia". En Boletín Tiempo Latinoamericano. No 58, pp. 3-8.