El COVID-19 ha causado un impacto económico negativo en todo el mundo. España ha sido una de las economías más afectadas por el coronavirus. El Producto Interior Bruto se contrajo un 10,8% en el promedio de 2020, frente al 3,5% en Estados Unidos, el 6,7% en el área del euro o el 7% en América Latina. Estos son algunos de los datos sobre la repercusión económica de la pandemia en el país que recoge el Informe Anual 2020 elaborado por el Banco de España, publicación que también analiza las políticas implementadas hasta la fecha, así como sugerencias para afrontar los retos estructurales que ya existían antes de la crisis.
De hecho, uno de los principales mensajes transmitidos por el gobernador del banco central estatal, Pablo Hernández de Cos, hace referencia a la importancia de aprovechar esta situación para afrontar los retos estructurales pendientes: "Los retos de la economía española son de carácter estructural, y los retos estructurales exigen respuestas estructurales. El diseño y la implementación de esta respuesta deberán estar basadas en consensos amplios, para que puedan tener vocación de permanencia y resulten creíbles. Un consenso que debe ser compatible con la ambición y la urgencia que exige afrontar con éxito los enormes retos de nuestra economía".El impacto del COVID-19 en la educación, menor que en otros ámbitos
Los sectores más afectados por la crisis económica han sido aquellos que requieren un mayor grado de interacción social. El Valor Añadido Bruto (VAB) de las ramas de comercio, transporte y hostelería se situaron en un 21,3% por debajo de su nivel precrisis en el primer trimestre de 2021; y las actividades artísticas y recreativas, en el 32,8%.
Por el contrario, el sector primario, las actividades financieras y de seguros, y los servicios de Administraciones Públicas, sanidad y educación apenas han experimentado retrocesos en sus niveles de actividad y a comienzos de 2021 presentaban incluso un VAB superior al de finales de 2019.
Entre las consecuencias de la crisis que podrían tener un impacto duradero en la economía española, el Banco de España cita los cambios en la movilidad de la población, debido al teletrabajo, algo que podría afectar a la recuperación de determinados productos, sobre todo en las grandes ciudades.
En el ámbito laboral, los colectivos más vulnerables han sido los asalariados temporales, los jóvenes y los trabajadores con bajo nivel de formación. De mantenerse esta situación, advierte el informe, podrían aumentar las desigualdades y reducirse la capacidad de crecimiento potencial. El proceso de automatización podría haberse acelerado también con la pandemia, afectando sobre todo a ocupaciones que desarrollan principalmente las mujeres y colectivos con bajo nivel de formación.
En el sector educativo, se ha producido un cambio en la modalidad de enseñanza, de la presencial a la digital, sobre todo en el último trimestre escolar de 2020. "Este cambio en el método de enseñanza podría haber tenido efectos adversos en los resultados académicos a corto plazo, sobre todo en los colectivos más desfavorecidos", advierte el informe.
No obstante, matiza el documento, "la pandemia no parece haber acelerado, hasta el momento, el abandono temprano del sistema educativo reglado". Según parece, la pandemia ha motivado a los jóvenes a permanecer en los centros educativos reglados, "al ver reducidas sus oportunidades económicas, como ya ocurrió durante la anterior crisis financiera".
En cuanto a la formación no reglada, la pandemia no parece haber cambiado la ligera tendencia al alza de este tipo de formación en los mayores de 25 años, según se desprende de los datos de la EPA y Google Trends en los que se basa el informe. La información aportada por el Observatorio Educaedu de la Formación del Grupo Educadedu, al que pertenece Educaweb, revela que la formación online ha experimentado un mayor crecimiento durante los meses más duros del confinamiento, pero que los potenciales estudiantes vuelven a mostrar interés por la formación presencial.
La educación y la formación, claves para incrementar el capital humano
La situación generada por la pandemia del COVID-19 requiere de una estrategia integral con vocación de permanencia, reitera el Informe Anual 2020 del Banco de España. Entre los pilares de esa estrategia, se halla la aprobación de una agenda de reformas estructurales.
Entre las líneas fundamentales de dichas reformas, el supervisor bancario destaca la necesidad de aumentar la productividad, por lo que recomienda implantar políticas que favorezcan el crecimiento empresarial y lo que denomina "acumulación de capital humano y tecnológico". Y es aquí donde el sistema educativo juega un papel clave. Según el gobernador del banco central estatal, "el sistema educativo es evidentemente una palanca fundamental para lograr" dicho objetivo.
Más concretamente, se recomienda realizar un replanteamiento "profundo" del sistema educativo, tanto de la educación básica como de la formación universitaria y profesional, que incluye la revisión de los currículos, la adopción de nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje, la potenciación de la excelencia y la incorporación de buenas prácticas internacionales. Todo ello con el mayor consenso posible, aclara.
Otras reformas estructurales donde la formación juega un papel crucial son las que se refieren a la necesidad de reforzar las políticas públicas de empleo y potenciar la empleabilidad de los trabajadores de mayor edad.
La revisión de las políticas públicas de empleo es fundamental para corregir las deficiencias del del mercado de trabajo, que posee elevadas altas de desempleo y temporalidad. Además, reforzar estas políticas evitará el "deterioro permanente del capital humano", permitiendo adaptarlo a las exigencias de la sociedad y el cambio tecnológico. Entre las sugerencias citadas en el informe, se apunta la importancia de ofrecer formación y orientación más individualizada a los desempleados. Los programas de formación suelen ser "particularmente beneficiosos" para los parados de larga duración y los programas de orientación laboral suelen tener mayores efectos positivos en el caso de trabajadores con poca formación, añade la publicación.
En cuanto a potenciar la empleabilidad de los más mayores, el regulador bancario pone como ejemplo otros países europeos donde se realizan programas de jubilación parcial que se combinan con formación en la empresa, lo que permite prolongar el empleo más allá de la edad legal de jubilación. Se trata, por tanto, de una apuesta por la formación continua del personal de mayor edad.
Sobre la formación no reglada, el Banco de España también sugiere revisar algunas barreras a la oferta de centros de formación no reglada "con la exigencia de requisitos excesivos", algo que, a juicio del ente bancario, puede suponer una barrera para el desarrollo de la formación online, algo "poco deseable" en el contexto actual, apunta.
El informe también recomienda otras reformas estructurales en otros ámbitos, así como la necesidad de sacar el máximo partido al programa europeo Next Generation EU y el establecimiento de una estrategia de consolidación presupuestaria. También analiza los principales riesgos y vulnerabilidades de la economía española a corto y largo plazo. Para conocer más detalles, el Informe Anual 2020 del Banco de España se halla accesible de manera gratuita.
