Imparte cursos como profesor en diferentes universidades y participa como conferenciante en seminarios y mesas redondas sobre temas de formación profesional y cualificación, igualdad de oportunidades, empleo y mercado de trabajo, políticas de desarrollo local y social, tanto a nivel nacional como internacional. Ha colaborado con organismos internacionales como el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop) y la Fundación Europea para la Formación (ETF), así como con diferentes direcciones generales de la Comisión Europea.
Homs ha sido presidente de la Asociación Catalana de Sociología del Institut d'Estudis Catalans (2004-2009), miembro del Centre d'Estudis d'Opinió de Catalunya y director de la revista de temas de formación y empleo Herramientas. En la actualidad colabora con entidades y administraciones públicas como asesor independiente.
También es autor de numerosos artículos y libros sobre temas sociológicos y educativos. El más reciente de ellos es El futur professional dels joves, libro que se basa en cartas escritas a su nieta cuando ella tenía que decidir su futuro profesional. En este aconseja a los y las jóvenes sobre cómo tomar decisiones sobre su proyecto de vida y profesional, a la vez que explica de manera rigurosa cómo se encuentra el mercado laboral.
Recientemente ha lanzado el libro El futur profesional dels joves. ¿Cuál ha sido el motivo que le ha llevado a escribirlo y cuál es el mensaje principal que quiere transmitir?
Me preocupa el mensaje reiterado pesimista que se trasmite a los jóvenes diciendo que no tienen futuro o que su futuro es negro. Y eso no es cierto, el futuro de los jóvenes no está escrito y dependerá de los esfuerzos que jóvenes y adultos hagan para construir un mundo mejor. Este es mi principal mensaje. Cada generación ha tenido que enfrentarse a los tiempos que le ha tocado vivir, y depende de las decisiones que se tomen ahora se configurará un siglo XXI mejor o peor. En el libro voy explicando qué tipo de decisiones hay que tomar para asegurar un futuro mejor para los jóvenes.
En base a su experiencia como sociólogo e investigador, ¿qué sectores económicos considera que generarán más trabajo y cuáles menos a raíz de la pandemia?
La pandemia influye a corto plazo, pero, una vez superada, serán más evidentes los factores de cambio que desde hace décadas están impactando en la economía española. Entre los sectores que estaban generando más empleo en términos absolutos antes de la pandemia destacan los siguientes: los sectores relacionados con la energía y el medio ambiente, las actividades logísticas y de transporte, la información y las comunicaciones, las actividades inmobiliarias, las actividades científicas y técnicas, las administrativas, la administración pública, las relacionadas con los servicios básicos de educación y actividades sanitarias y servicios sociales, y la cultura y las actividades recreativas.
Los sectores que redujeron el empleo desde 2008 hasta antes de la pandemia, fueron: la construcción, la industria manufacturera, la industria extractiva, la agricultura, el comercio y el sector financiero.
¿Qué profesiones serán las más demandadas en la recuperación económica pos-COVID-19? ¿Por qué?
En la recuperación económica pos-COVID-19 todas las profesiones serán demandadas porque todos los sectores recuperarán empleo, al igual que sucedió en la anterior crisis del 2008. En especial crecerán más aquellas profesiones de técnicos y profesionales para las que se requiere una educación universitaria y aquellas de técnicos de apoyo para las que se requiere una Formación Profesional.
En cambio, seguramente las profesiones relacionadas con el trabajo administrativo y los operarios del sector industrial no crecerán tanto. En general todas aquellas profesiones relacionadas con la sostenibilidad y el cambio climático y el medio ambiente, los servicios de atención a las personas y todas las relacionadas con las nuevas tecnologías crecerán más que las demás.
¿Y qué profesiones cree que quedarán obsoletas y por consiguiente no tendrán tantas oportunidades laborales?
Las profesiones de todo tipo que ejerzan actividades rutinarias y predecibles seguramente sufrirán más por la influencia de la digitalización y automatización creciente. Pero, incluso en esas, el problema será más de adaptación al cambio y de actualización de las competencias digitales de la población que de desaparición entera de profesiones.
Ante este panorama, creo más adecuado, más que intentar adivinar las profesiones del futuro, orientar a los jóvenes sobre cómo aprovechar las oportunidades que les vayan surgiendo en su incorporación al mercado de trabajo. Creo que es fundamental que los jóvenes conozcan el entorno laboral y productivo del lugar en el que viven, y que, a partir de sus intereses y aptitudes, adquieran una formación lo más polivalente posible en un campo profesional determinado. Luego, a partir de las oportunidades que vayan surgiendo, se especialicen en aquello en lo que comprueben que hay oportunidades en su entorno.
Los cambios afectan más a empresas concretas y a puestos de trabajo específicos, más que a profesiones o sectores enteros. Por ejemplo, la profesión de electromecánico seguirá evolucionando hacia el mantenimiento de sistemas más automatizados que en el pasado y, por lo tanto, habrá que estar al día de las innovaciones que se produzcan en los procesos de automatización.
Las incertidumbres dependen más de la empresa en la que trabaje la persona, que puede ser que reduzca el empleo o que, por el contrario, aumente. Seguramente, una vez que se haya absorbido el empleo destruido durante la pandemia, aunque el sector en general no vaya a crecer mucho más, habrá demanda de nuevos profesionales para reponer la mano de obra envejecida de las empresas. Pero un electromecánico seguirá siendo un electromecánico. Por lo tanto, también en profesiones y sectores que no vayan a crecer habrá demanda de empleo. Eso significa que hay que estar preparado para alternar tiempos de trabajo con tiempos de paro que hay que aprovechar para reforzar las competencias personales y las nuevas oportunidades que surjan.
Esos escenarios de cambios implican también adaptar las estrategias para orientar y acompañar a los jóvenes. Más que trazar itinerarios inciertos desde una formación a un puesto de trabajo determinado, creo mejor dotarlos de los instrumentos que les permitan de forma más segura orientarse y transitar en el mercado de trabajo.
Hoy, con las nuevas tecnologías de la información, podemos poner a disposición de los trabajadores y en general de toda la población dispositivos de información que les permita conocer dónde, cómo, y con qué perfil se está generando empleo en tiempo real en cualquier parte de la geografía para que puedan estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado y con el perfil adecuado a las ofertas de empleo que diariamente se están produciendo.
En su libro afirma que los oficios y las profesiones técnicas tendrán un papel importante en la recuperación económica pos-COVID-19. ¿Implica esto una apuesta por la Formación Profesional?
Clarísimamente, las profesiones que más crecerán son las que requieren una titulación de Formación Profesional, porque llevamos un gran retraso en este nivel y porque para ocupar un puesto de trabajo cualificado será necesario disponer como mínimo de una titulación profesional.
Vamos hacia una sociedad de profesionales en la que la titulación será un requisito de entrada complementada por un saber hacer que se adquiere con la experiencia. Por eso son tan importantes las prácticas de la Formación Profesional y la vía de la Formación Profesional Dual. Hoy ya es una de las mejores formas de incorporarse al mercado de trabajo en los buenos empleos. Para reforzar el papel clave de la Formación Profesional es necesario adaptarla a los cambios que ya conocemos en el mercado de trabajo, y hay que hacerlo con urgencia, para que las empresas puedan disponer de una mano de obra competente y cualificada cuando vuelvan a contratar en la recuperación pos-COVID-19.
Ello supone repensar la organización de la Formación Profesional por ciclos formativos para ampliar la polivalencia y la complementariedad entre familias profesionales, con una especialización más puntera al final de la formación. El gran reto hoy es recualificar y actualizar las competencias de los parados provocados por el COVID-19; y las de los trabajadores con empleo, pero que en los próximos años deberán adaptarse a los cambios que ya son visibles hoy en día.
¿Cuáles son las profesiones emergentes y qué formación será clave realizar para encontrar trabajo en estas?
Hay que distinguir las profesiones emergentes, que son las más novedosas, de las profesiones en las que habrá más demanda, desde una perspectiva cuantitativa. Las emergentes son las más atractivas, pero seguramente no serán masivas. Donde habrá más empleo disponible seguramente serán en las profesiones de siempre, pero actualizadas con dos competencias básicas: competencias digitales e idiomas.
Las profesiones conocidas como STEM, las relacionadas con el mundo de internet y la informática, las relacionadas con las ciencias de la vida, la atención a las personas, las relacionadas con la adaptación de las personas y las empresas y organizaciones a los cambios, son las que ya actualmente son más demandadas en todos los buscadores de empleo. Para acceder a estas profesiones es más adecuado una formación de base lo más amplia posible, en vez de una especialización demasiado prematura que luego no se sabe si habrá o no oportunidades en el mercado de trabajo.
Los expertos afirman que hemos de estar preparados para profesiones que todavía no existen. ¿Cómo se puede prever cuáles serán las profesiones del futuro?
Creo que esta afirmación es más bien una advertencia de la importancia de tener una actitud de adaptación a los cambios que se están produciendo, y no se corresponde con una posible interpretación de que vayan a desaparecer las profesiones actuales por unas que aún no conocemos.
Seguro que nacerán algunas profesiones nuevas, pero serán pocas y para poca gente. Para la gran mayoría, el cambio significará la incorporación de algunas novedades en algunas de las tareas o funciones clásicas de su profesión. Y, por lo tanto, será, y ya es muy importante, la actualización permanente de las competencias profesionales de todas las personas.
Los cambios van rápido, pero no tanto para no poderlos prever, hay tiempo, tenemos los recursos para adaptarnos y ya veremos por dónde irán las cosas. Prefiero centrarnos en los cambios que ya hoy conocemos que en los que puedan venir en el futuro. Con ello ya tenemos mucho trabajo pendiente.
Posible destacado: "El cambio significará la incorporación de algunas novedades en algunas de las tareas o funciones clásicas de su profesión"
¿A qué se refiere en su libro cuando habla de que la especialización y la polivalencia son clave para afrontar el mercado laboral tanto en el presente como en el futuro?
La observación de los cambios en los perfiles profesionales actuales ya detecta dos procesos complementarios: uno de especialización creciente y otro de mayor polivalencia. Es decir, las profesiones están evolucionando hacia una mayor capacidad para realizar cosas diferentes, pero cada una con un grado de especialización superior. Es decir, hay que saber hacer bien todas las actividades y por lo tanto hay que estar especializado en lo que ha de hacer todo trabajador en su puesto de trabajo, pero seguramente habrá que estar preparado para adaptarse a nuevas tareas y por lo tanto más polivalentes.
¿Cómo pueden las personas estar al día sobre los cambios que se producen en el mercado de trabajo? ¿Qué les recomienda?
La formación permanente y continua es la base. Nunca hay que perder la curiosidad para aprender cosas nuevas y habrá que dedicar más tiempo a la formación a lo largo de la vida. Para ello es muy importante que se incentive y promueva este tipo de formación y se reserve tiempo para ello. Una parte del tiempo de trabajo habrá que dedicarlo a la formación. Yo he lanzado la idea de que el tiempo dedicado a la formación cotice a la Seguridad Social como incentivo.
Imagen: ©Tristán Pérez-Martín