Dicho estudio, elaborado a petición de la Comisión Europea en el contexto de la Gender Equality Strategy 2020-2025, analiza la situación de la mujer en el mercado laboral entre 2002 y 2019, el impacto del COVID-19 en el trabajo femenino y las acciones políticas que conviene implementar para conseguir la igualdad de género desde el punto de vista laboral.
De no conseguirlo, la investigación advierte de las implicaciones económicas, sociales y personales de la desigualdad. Así, la brecha de género en el empleo costó más de 320 billones de euros en 2018, lo que supuso el 2,4% del Producto Interior Bruto de la Unión Europea de ese año.
Desde el punto de vista social, el hecho de no trabajar de manera igualitaria conlleva que el 17,1% de las pensiones femeninas se hallen en riesgo de pobreza en la Europa de los 27, frente al 13,1% de las retribuciones masculinas.
Personalmente, las mujeres reconocen que trabajar les aporta cosas positivas, así como un elevado nivel de inclusión social, que no conseguirían si no dispusieran de un empleo. La independencia económica también es posible si cuentan con un sueldo digno y estable.
El coste del COVID-19 para las mujeres en el mercado de trabajo
Aunque la mayor parte de la investigación de Eurofound se realizó antes de que comenzara la pandemia y, por tanto, no puede tener en cuenta su impacto totalmente, el estudio asegura que la crisis del COVID-19 ha sacado a la luz la vulnerabilidad de las mujeres en el mercado de trabajo.
Una encuesta realizada en julio ya apuntaba que las personas que se han quedado sin empleo desde el inicio de la crisis sanitaria han sido más mujeres que hombres. Dato que se ha ido confirmando posteriormente por otras vías. Así, la tasa de paro de las mujeres de la UE en septiembre de 2020 fue del 7,9% frente al 7,8% de julio y el 6,9% de abril, mientras que la de los hombres se situó en el 7,1% en septiembre, según datos de Eurostat citados por los autores del informe. De hecho, explican, ellas tienen más probabilidades de quedarse fuera del mercado laboral, dado que realizan más labores de cuidado doméstico, que a largo plazo se traduce en desánimo y desvinculación del ámbito laboral.
El coronavirus ha fomentado el aumento del teletrabajo, algo positivo para las mujeres, ya que permite conciliar mejor la vida laboral y familiar. Sin embargo, el cierre de las escuelas durante la primera ola generó numerosas dificultades de conciliación a muchas madres trabajadoras, indica el estudio. Así, las mujeres con niños pequeños se sintieron más tensas que los hombres en su misma situación (21% frente al 19%), solas (14% frente al 6%) y deprimidas (14% frente al 9%).
Por estos y otros motivos, los autores del estudio no dudan en afirmar que la crisis del COVID-19 plantea un "grave riesgo" de que se reviertan décadas de avances en la igualdad de género, particularmente en los sectores donde abundan las mujeres.
La participación de las mujeres en el mercado de trabajo: signos de estancamiento
En 2019 hubo más mujeres empleadas que nunca, el 67,2%, 10,3 puntos porcentuales más que en 2002. Sin embargo, la mayoría de este avance se consiguió hasta 2013. Entonces, la tendencia se estancó y la brecha ha permanecido sin grandes variaciones hasta el día de hoy, explica el informe Women and labour market equality: Has COVID-19 rolled back recent gains?
La segregación de género también se percibe en que la presencia femenina se halla "profundamente arraigada" en determinados sectores y ocupaciones. Por ejemplo, las mujeres de la UE27 se concentraban en actividades relacionadas con la salud (75,8% del empleo total del sector), la educación (72,6%) y el comercio al por menor (62,9%) en 2019. Y en el ámbito del trabajo social y residencial, 8 de cada 10 empleadas eran mujeres.
La disparidad de sueldo entre hombres y mujeres también revela que la situación no ha mejorado como debiera, ya que las mujeres continúan "significativamente sobrerrepresentadas" en trabajos con bajos sueldos. Además, mientras ellas constituyeron el 48% de las personas empleadas en 2019, alcanzaron el 58% de los salarios mínimos y el 62% de los empleos donde se ganaba "sustancialmente menos" que el salario mínimo.
Políticas reales y necesarias para reducir la brecha de género en el trabajo
Para evitar que aumente la brecha de género en el entorno laboral, el estudio enumera las principales medidas llevadas a cabo por los países de la Unión Europea e incluye algunas recomendaciones políticas a corto plazo:
- Permitir acuerdos flexibles que permitan a los trabajadores conciliar trabajo y familia.
- Ofrecer ayudas para que los padres y madres puedan atender a sus hijos e hijas sin tantas dificultades.
- Ofrecer ayuda económica a las familias más golpeadas por la crisis, en especial con bajos ingresos y monoparentales.
- Implementar medidas de apoyo a trabajadores y trabajadoras en empleos atípicos para prevenir el riesgo de pobreza.
¿Sabías que...?
- La igualdad de género es un valor central promovido en el Tratado de la Unión Europea, un derecho fundamental y un principio clave del Pilar Europeo de los Derechos Sociales (European Pillar of Social Rights).
- La Unión Europea ha obtenido una puntuación media de 67,9 puntos sobre 100 en el Gender Equality Index 2020, casi 6 puntos más que en 2005.
- El estudio Women and labour market equality: Has COVID-19 rolled back recent gains? ha sido elaborado por Martina Bisello, Anamaria Maftei y Massimiliano Mascherini y se encuentra disponible gratuitamente en inglés.