Los expertos señalan que uno de los aprendizajes del confinamiento es que tanto docentes como estudiantes deben mejorar sus competencias digitales. (Imagen: Freepik).
Contenido
¿Qué ha funcionado en la ‘educación confinada'?
Lo que no ha funcionado en educación durante el estado de alarma
10 aprendizajes que deja el confinamiento de cara al nuevo curso
1. La escuela es un espacio imprescindible para la sociedad
2. Hay que mejorar la infraestructura tecnológica de los centros
3. Las competencias digitales de estudiantes y profesorado se deben reforzar.
4. Fomentar la enseñanza-aprendizaje de competencias transversales
5. Innovar en la educación y cambiar el modelo pedagógico hacia la semipresencialidad.
6. La presencialidad educativa es fundamental para los estudiantes más vulnerables y los de menor edad
7. La educación emocional, más importante que nunca
8. Hay que confiar en los estudiantes y evaluar su aprendizaje de otra forma.
9. Fomentar la implicación de las familias y mejorar la comunicación con ellas
10. Los planes de contingencia educativa, imprescindibles
La crisis del COVID-19 ha trastocado los sistemas educativos del mundo. Para intentar frenar los contagios, los centros educativos españoles cerraron durante 16 semanas, dos más que el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En ese momento, el profesorado y el alumnado pasaron de una enseñanza-aprendizaje presencial a una remota de manera inmediata y accidentada, dejando al descubierto algunas deficiencias del sistema educativo.
Existe un consenso generalizado en que el confinamiento ha agravado algunas lagunas existentes, como las desigualdades educativas provocadas por la falta de acceso a la educación a distancia y de las competencias para aprender y usar las tecnologías educativas por parte de docentes y estudiantes. De hecho, antes de la pandemia solo el 38% del profesorado recibía formación sobre el uso de las TIC en la educación, frente al 56% de la media de los países de la OCDE, según el informe TALIS 2018 de este organismo.
No obstante, de todos los cambios y dificultades siempre surgen oportunidades de mejora. Por ello, Educaweb ha consultado a diversas fuentes, expertos en educación y docentes que participan en este monográfico para rescatar lo que ha funcionado y lo que no en la "educación confinada", así como los aprendizajes que ha dejado la experiencia, para así poder continuar con el camino de la transformación educativa ya iniciado antes de la pandemia y afrontar con éxito el curso 2020-2021.
¿Qué ha funcionado en la ‘educación confinada'?
La pandemia ha traído consigo algunas situaciones positivas en materia educativa, especialmente en relación con los docentes que, pese a las dificultades iniciales del confinamiento han tomado la iniciativa de formarse más en competencias digitales y han trabajado en red para hacer frente a la educación a distancia "de emergencia", según fuentes consultadas.
"El profesorado ha entrado en una dinámica de formación muy potente", asegura el profesor y especialista en innovación educativa Alfredo Hernando en entrevista a Educaweb. "De repente las comunidades autónomas, los centros de formación del profesorado, han lanzado muchísimas formaciones digitales y los profesores han respondido".
También la mayoría de los centros ha sabido adaptarse a las circunstancias pese a que, al inicio, hubo desconcierto y desorganización. De hecho, un 60% de las familias considera que la escuela ha reaccionado de forma eficiente y coordinada al confinamiento, según el estudio Desigualdades de aprendizaje en confinamiento, de los investigadores Xavier Bonal y Sheila González, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Otro punto positivo del confinamiento ha sido que los estudiantes han trabajado sus habilidades transversales, ya que han tenido que responsabilizarse de su propio aprendizaje, coinciden algunos expertos, refiriéndose especialmente al alumnado de secundaria, FP y universitario. "El objetivo de aprender a aprender, clave en el mundo que se va perfilando, se ha podido poner en práctica de una manera más intensa", afirma en su artículo para Educaweb Luis García, presidente de FPEmpresa.
Pese a la sorpresa del confinamiento y la desorganización inicial vivida, diversos sectores de la sociedad se movilizaron para apoyar la "educación confinada". Desde las fundaciones, editoriales y entidades relacionadas con la educación se compartieron de forma gratuita recursos educativos para la enseñanza-aprendizaje en línea, aplicaciones, programas de televisión y radio, para intentar que nadie se quedara atrás, según menciona la OCDE en el informe Schooling disrupted, schooling rethought. How the Covid-19 pandemic is changing education (2020).
Por otro lado, con el confinamiento, los padres y las madres se han dado cuenta que son clave en la educación de sus hijos e hijas como motivadores y facilitadores de su aprendizaje. Y, si bien no todos han podido apoyar al alumnado en la educación durante el confinamiento, ha quedado claro que su implicación es necesaria siempre, según los expertos.
Lo que no ha funcionado en educación durante el estado de alarma
Las fuentes consultadas coinciden en que ha habido Improvisación a la hora de establecer una educación remota. Si bien algunos centros educativos y formativos ya contaban con plataformas complementarias a las clases presenciales, no tenían ni los recursos ni los conocimientos para poder llevar a cabo una enseñanza-aprendizaje 100% a la distancia.
"Debido a esta situación tan repentina, la comunicación y coordinación entre equipos docentes, departamentos, equipos directivos y alumnado no siempre fue la deseada y surgió una necesidad de adaptar los procedimientos de enseñanza sobre la marcha", apunta Luis García, director de FPEmpresa.
El confinamiento también ha dejado entrever que algunos estudiantes y docentes no tenían los dispositivos, la conexión ni las habilidades necesarias para realizar la enseñanza-aprendizaje a distancia, lo que ha provocado que las desigualdades educativas ya existentes antes de la pandemia se incrementaran y se hicieran más evidentes. "Una parte importante del alumnado se quedó descolgada durante el periodo de confinamiento", reconoce García.
También falló la comunicación fluida entre estudiantes y docentes. "La falta de experiencia docente a nivel telemático ha dado el problema de feedback con los alumnos. La falta en ocasiones de explicaciones y no poder comprobar que los contenidos se estaban asentando en el educando, ha hecho que la enseñanza se haya limitado a la realización de actividades", explican en su artículo para Educaweb Manuel Gentil y Víctor Gómez, secretario del CEIP Luis Rosales y director del CEPER El Castillejo Pinos Puente, respectivamente.
Asimismo, uno de los mayores obstáculos del confinamiento de las escuelas ha sido que haya durado tanto tiempo, apuntan los expertos. De hecho, España ha sido el país de la OCDE que ha tardado más en abrir las escuelas, lo que conlleva una pérdida de competencias por parte del alumnado a corto, medio y largo plazo.
10 aprendizajes que deja el confinamiento de cara al nuevo curso
Entre los aprendizajes clave del confinamiento y que tendrían que aprovecharse en este nuevo curso escolar destacan los siguientes, según expertos en educación y entidades internacionales como la OCDE, la consultora McKinsey y la Universidad de Harvard:
1. La escuela es un espacio imprescindible para la sociedad
Con el confinamiento ha quedado patente la importancia de la escuela en la sociedad. Ya se sabía que la escuela era imprescindible para los estudiantes, "pero para los adultos y el conjunto de la sociedad también es una institución primordial y tendríamos que tratarla con más cariño. Porque nos hemos dado cuenta de que cuando se abre o se cierra marca el ritmo del conjunto de la sociedad y la economía", afirma el especialista en innovación educativa Alfredo Hernando.
Por su parte, la consultora McKinsey, experta en educación, señala que "las escuelas son más que lugares para aprender. Son los centros de sus comunidades y desempeñan un papel fundamental a la hora de proporcionar nutrición y garantizar la seguridad física, la salud mental y el bienestar social y emocional de los estudiantes".
2. Hay que mejorar la infraestructura tecnológica de los centros
Reforzar la infraestructura tecnológica de las escuelas para llevar a cabo el aprendizaje en línea es clave de cara al curso 2020-2021, y también para el futuro. "Desarrollar en todos los centros la educación semipresencial y a distancia es fundamental tanto para afrontar los retos del próximo curso como para transformar el futuro de la educación", según un informe de la OCDE y la Universidad de Harvard.
3. Las competencias digitales de estudiantes y profesorado se deben reforzar
Asimismo, el confinamiento ha puesto de relieve que es necesario desarrollar la capacidad de estudiantes y profesores para aprender y enseñar en entornos virtuales, señalan la OCDE y la Universidad de Harvard.
4. Fomentar la enseñanza-aprendizaje de competencias transversales
Con el estado de alarma, los alumnos y las alumnas tuvieron que practicar competencias transversales como la autonomía, la responsabilidad, la iniciativa y la creatividad, entre otras, que deberían continuar fomentándose durante este nuevo curso escolar, según los expertos.
Al respecto, la OCDE señala que, antes de la pandemia, los estudiantes de España registraban niveles de resiliencia y autoconfianza más altos que los de otros países: según los datos del informe PISA 2018 recopilados antes de la crisis, el 73% de los alumnos y alumnas estaban "de acuerdo" o "totalmente de acuerdo" en que su confianza en sí mismos les ayuda a superar tiempos difíciles, lo que supone un porcentaje más alto que el promedio de la OCDE (71%).
5. Innovar en la educación y cambiar el modelo pedagógico hacia la semipresencialidad
Otro de los aprendizajes que deja el confinamiento es que resulta necesario repensar las asignaturas y establecer nuevos métodos educativos que permitan al alumnado hacerse más responsable de su educación, así como establecer modelos híbridos. En este nuevo curso "debemos estar preparados con un diseño pedagógico mixto, flexible y corresponsable que sea capaz de absorber los impactos de una epidemia y de una posible crisis socioeconómica posterior", explica la consultora McKinsey.
Por su parte, la OCDE indica que instaurar un modelo pedagógico semipresencial requiere que cada miembro de la comunidad educativa cambie de rol. Los docentes deben considerarse como ‘socorristas' de la educación, las familias deben tener un papel más activo en la enseñanza-aprendizaje de sus hijos e hijas, y los propios estudiantes deben reinventarse para ser cada vez más autónomos en su aprendizaje.
6. La presencialidad educativa es fundamental para los estudiantes más vulnerables y los de menor edad
La pandemia ha puesto de relieve la importancia de la educación presencial, tanto como medio para que los estudiantes adquieran habilidades sociales como para atenuar las desigualdades sociales y económicas, especialmente entre los más vulnerables. "Nos hemos dado cuenta de que la pantalla, a pesar de que ha sido una ayuda para vernos, no lo puede todo, y la escuela presencial es un lugar excelente para que ocurran muchos aprendizajes que no pueden ocurrir con los medios digitales", apunta el especialista en innovación educativa Alfredo Hernando.Por ello, a los grupos de estudiantes más vulnerables con dificultades de aprendizaje en remoto, hay que apoyarlos con recursos tecnológicos y de conexión por si hay que volver al aprendizaje en línea. Pero también hay que priorizar que su educación sea presencial siempre que se pueda. "Incluso si las escuelas tienen que cerrar, hay que crear un entorno físico donde estos estudiantes puedan aprender", señalan los expertos de McKinsey en su estudio Back to school: A framework for remote and hybrid learning amid COVID-19 (2020), en el que también destacan la importancia de la presencialidad entre el alumnado de las primeras etapas educativas.
7. La educación emocional, más importante que nunca
Los expertos señalan que la pandemia ha puesto de relieve la necesidad de formar en inteligencia emocional tanto al alumnado como al profesorado. "Los docentes necesitan apoyo para abordar no solo las necesidades académicas de los estudiantes, sino también su salud mental y sus necesidades sociales y emocionales", advierte el informe Schooling disrupted, schooling rethought. How the Covid-19 pandemic is changing education (2020), elaborado por la OCDE y la Universidad de Harvard.
Y en cuanto al alumnado, "lo primero que se debe trabajar mucho es la pedagogía del cuidado", afirma el experto en educación Hernando, que también señala la importancia de ayudarlo a volver a unas nuevas rutinas de aprendizaje y mejorar y recuperar competencias sociales.
8. Hay que confiar en los estudiantes y evaluar su aprendizaje de otra forma
Durante el confinamiento la evaluación se llevó a cabo de maneras creativas y diferentes a las habituales, coinciden diversas fuentes. "Necesitamos tener más confianza en los estudiantes. Y creo que este ha sido uno de los principales aprendizajes del confinamiento. Hay que darles más responsabilidad en su propio aprendizaje y que eso se demuestre también en algo que es uno de los pilares de todo el proceso educativo, que es la evaluación", añade Hernando.
Así, se necesita una evaluación más variada y que permita analizar las competencias transversales del alumnado. Por ejemplo, las autoevaluaciones, el uso de aplicaciones y de carpetas compartidas con evidencias de los trabajos que realizan los estudiantes, o bien la creación de vídeos y hasta obras de teatro que reflejen lo aprendido, entre otras técnicas innovadoras que hay que mantener en el nuevo curso 2020-2021, aunque este sea presencial, recomiendan diversas fuentes.
9. Fomentar la implicación de las familias y mejorar la comunicación con ellas
Si algo ha quedado claro en el confinamiento es la importancia de las familias en el desarrollo de la "educación confinada" del alumnado, afirman los expertos. "Un efecto secundario del cierre de escuelas es que los padres y madres se han involucrado más con la educación de sus hijos", apunta la consultora McKinsey, que recomienda fomentar la complicidad de las familias en la educación del alumnado tanto si la educación presencial continúa como si se vuelve a la enseñanza-aprendizaje en remoto o se establecen clases semipresenciales.
Asimismo, la relación entre los centros educativos y formativos, las familias y la comunidad educativa en general es vital para brindar una educación de calidad. "Una interacción abierta y fluida entre el personal de la escuela y los padres se ha vuelto ahora más importante que nunca" afirma el informe Spain School Education during COVID-19. Were teachers and students ready (2020), elaborado por la OCDE.
10. Los planes de contingencia educativa, imprescindibles
La educación debe incorporar el enfoque de emergencias ante posibles crisis. "La prevención nos ayuda a estar mejor preparados frente a los desastres, reduce sus costes y favorece la recuperación social y económica", apunta por su parte UNICEF en el informe COVID-19: reimaginar la educación. Aprendizajes sobre los que construir el nuevo curso.
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