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Faltan profesionales de la orientación en FP, primaria y en las enseñanzas oficiales artísticas y de idiomas

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Los centros de educación secundaria de la mayoría de las autonomías sí cuentan con un profesional de la orientación educativa, pero por cada 800 estudiantes, según un informe de la COPOE


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La carencia de profesionales de la orientación educativa es más evidente en la Formación Profesional, en Educación Primaria y en las enseñanzas oficiales artísticas y de idiomas. Esta es una de las conclusiones del Informe: Orientación en las comunidades autónomas, elaborado recientemente por la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE), con la colaboración de sus asociaciones territoriales.
 
La investigación se ha realizado con el objetivo de analizar cómo se distribuye la figura del orientador u orientadora en los diferentes niveles educativos de enseñanza no universitaria de cada una de las autonomías, así como los recursos humanos con los que se cuenta para esta labor.
 
Para su elaboración, representantes de las asociaciones de orientación educativa de cada región ha respondido un cuestionario y, en los casos en los que no se ha podido contactar con ellos, el vicepresidente de COPOE, Ernesto Gutiérrez-Crespo, ha aplicado la encuesta a profesionales de la orientación de esas autonomías.
 
El estudio constata que existen los siguientes modelos de intervención orientadora en las enseñanzas no universitarias: uno en el que los centros educativos cuentan con su propio departamento de orientación y otro que utiliza servicios externos. También se presenta un modelo mixto que hace uso de ambas modalidades dependiendo de las etapas educativas.
 

Las autonomías donde los centros cuentan con departamentos de orientación

 
Las comunidades autónomas que ofrecen orientación educativa en los propios centros educativos y en todas las etapas son Cantabria, Castilla-La Mancha, Ceuta y Melilla, Galicia, Navarra y País Vasco. En el resto de las autonomías, el modelo es mixto: en infantil y primaria, la orientación la realizan equipos externos al centro; mientras que, en secundaria, hay departamentos de orientación dentro de los propios centros.
 
Como ejemplo de lo anterior, el informe señala a los centros de infantil y primaria de Asturias, que cuando tienen más de 400 estudiantes cuentan con un departamento de orientación en escuela; sin embargo, si tienen menos de 400 alumnos y alumnas, estos son atendidos por equipos de orientación educativa y psicopedagógica externos, que los atienden quincenal o semanalmente, en función del número de alumnado.
 
En secundaria, los centros de todas las comunidades autónomas poseen departamentos de orientación coordinados por un orientador u orientadora. No obstante, hay algunas excepciones, como en la Comunidad de Madrid, donde no todos los institutos cuentan con esta figura orientadora.
 
El estudio destaca que donde menos presencia tienen los profesionales de la orientación educativa es en los centros integrados de Formación Profesional, y que solo algunas autonomías cuentan con ellos en esta modalidad educativa, aunque no de forma generalizada. Estas son: Galicia, Navarra, Baleares, Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha, Castilla y León y País Vasco.
 
"Desafortunadamente, en muchas comunidades autónomas, los nuevos departamentos de información y orientación profesional creados en los centros integrados de FP excluyen la figura del orientador educativo, reduciendo la orientación que recibe el alumnado a aspectos laborales o profesionales", afirma el informe.
 
En la educación para adultos, la presencia de los orientadores y orientadoras educativos es incluso mayor que en los de FP, aunque su figura no está generalizada. Solo Madrid, Murcia, Extremadura, País Vasco, Castilla-La Mancha, Navarra, Asturias y Cantabria cuentan con profesionales de la orientación educativa, aunque los comparten entre diferentes centros.
 
La figura del orientador educativo es prácticamente inexistente en las enseñanzas artísticas e idiomas (conservatorios de música, centros de danza, arte dramático, de idiomas, de artes plásticas y diseño). "Resulta incomprensible que el alumnado que cursa esas opciones educativas más minoritarias no pueda tener el apoyo y el asesoramiento de un profesional de la orientación", lamenta la COPOE en su informe.

 

La ratio de estudiantes por orientador, muy variable entre comunidades

 
La ratio de orientadores y orientadoras por centro varía mucho entre comunidades autónomas debido a la falta de regulación al respecto. No obstante, en la mayoría de los centros de educación secundaria se cuenta con un orientador u orientadora por cada 700 u 800 estudiantes.  Solo en lugares como la Comunitat Valenciana y el País Vasco se asigna un segundo profesional de la orientación en los departamentos internos a partir de 700 alumnos o alumnas.
 
En Canarias, los profesionales de la orientación educativa externos se adscriben a un centro cuando la ratio es superior a 300 alumnos y en la etapa de infantil y primaria atienden incluso a 2, 3 o más centros. En cambio, en Extremadura, un orientador u orientadora de los equipos de orientación educativa y psicopedagógica (externos a los centros)   puede llevar hasta un máximo de 5 centros.
 

La mayoría de los orientadores también imparten clases en secundaria

 
En los centros de secundaria, la mayoría de los profesionales de la orientación educativa comparten su función orientadora con la docencia, lo que reduce el tiempo de dedicación a la orientación del alumnado.
 
Generalmente en infantil y primaria los orientadores y las orientadoras no imparten clases, pero en secundaria sí sucede a menudo, especialmente en Castilla y León, donde pueden llegar a impartir hasta 9 horas lectivas; o en Cantabria, donde registran entre 6 y 9 horas de docencia. Por el contrario, en el País Vasco, Baleares, Canarias y Navarra, los orientadores educativos no suelen impartir docencia y, si lo hacen, dedican pocas horas a esa labor.
 
En La Rioja, los orientadores de secundaria no están obligados a dar clases, pero pueden impartirlas si lo decide el equipo directivo. Esta situación "supone en la práctica que, si un equipo directivo no valora la orientación educativa, puede reducir ésta a su mínima expresión. Con ello se desdibuja el perfil del orientador y se infravalora la labor orientadora en su conjunto", advierte la COPOE en el informe.
 
La entidad también afirma que la orientación de calidad requiere una dedicación horaria suficiente para poder poner marcha los diferentes programas de orientación y que estos respondan a las necesidades del alumnado, las familias y del resto del profesorado a los que se asesora.
 
"Dignificar la labor orientadora supone valorarla, dotarla de los medios suficientes y de los recursos humanos para desarrollarla adecuadamente, incluyendo, lógicamente, disponer del grueso de la jornada laboral para la tarea orientadora, no para impartir una materia lectiva", apunta COPOE.
 

Las conclusiones del estudio y las propuestas para mejorar la orientación

 
El informe concluye que la gestión de la orientación educativa varía mucho entre las comunidades autónomas, lo que puede ser positivo en cuanto a que está descentralizada, pero también puede suponer que haya desigualdad en la orientación educativa de los estudiantes, en función de la región en la que reside.
 
Por ello, COPOE sugiere que la orientación educativa cuente con una regulación común que garantice su calidad con independencia de la comunidad autónoma de las personas.
 
Asimismo, la entidad aboga por que se garantice la presencia de un orientador u orientadora por cada 250 estudiantes, así como una disminución en la ratio de alumnado que deben atender los equipos externos de orientación educativa y psicopedagógica, entre otras demandas.
Mayra Bosada Morán Redactora
Soy redactora y editora de contenidos de actualidad de Educaweb sobre temas de educación, formación, empleo y orientación; así como responsable de comunicación. Me motiva que mi trabajo contribuya a ayudar a las personas a decidir su proyecto de vida y profesional.

Estudié la Licenciatura en Comunicación y la Maestría en Mercadotecnia en el Tec de Monterrey (México); así como un Máster en Periodismo en la Universitat de Barcelona-Columbia University. Además, tengo más de 30 años de experiencia como periodista y gestora de contenidos en empresas dedicadas a la educación y la comunicación en España y México.
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