Digna Couso define el estereotipo de la persona que se dedica a la ciencia: "Un hombre, que trabaja en un laboratorio con bata blanca en soledad (no en equipo); es muy listo, brillante; un poco raro". Trabajar en STEM es mucho más que eso: trabajar en equipo, colaborando con otros muchos agentes económicos y sociales, contribuyendo a una sociedad mejor.
Durante la orientación se puede ayudar a las alumnas a considerar los estudios técnicos como una opción de futuro en la que ya hay muchas mujeres trabajando y debería haber más. Estudiar grados técnicos les permitiría aprovechar las oportunidades del mercado laboral, puesto que, como así concluyen varios informes y estudios, existe una gran demanda de profesionales con capacidades tecnológicas y científicas.
En relación con la formación de los profesionales de la orientación sobre estudios STEM y las nuevas profesiones vinculadas, un reciente estudio realizado por la Asociación Digitales indicaba que un 59% de los directores de centros educativos encuestados aseguraban que sus docentes no estaban recibiendo la formación adecuada para orientar a los alumnos a la hora de elegir un itinerario.
"Los orientadores y las orientadoras han de recibir una formación actualizada de los estudios STEM y conocer muy bien los perfiles que se están demandando hoy en el mercado de trabajo para proporcionar la información más adecuada a los alumnos y guiarles en su toma de decisiones".
Los orientadores y las orientadoras han de recibir una formación actualizada de los estudios STEM y conocer muy bien los perfiles que se están demandando hoy en el mercado de trabajo para proporcionar la información más adecuada a los alumnos y guiarles en su toma de decisiones.Esta debería ser una prioridad de los programas de actualización y formación de orientadores y profesores.
No obstante, la formación continuada es también una decisión personal y, por ejemplo, la web de la Comisión Europea en su apartado de Empleo ofrece amplia información sobre las tendencias de empleo y las habilidades que serán necesarias para desempeñar un trabajo en la próxima década.
En España también se pueden encontrar muchas fuentes actualizadas, como, por ejemplo, Educaweb. Tambien se puede recurrir a las webs de orientación profesional de otros países donde se pueden contrastar las mejores prácticas y tendencias en este ámbito.
Sobre buenas prácticas, cada vez hay más conciencia de que la orientación profesional es esencial en la educación de nuestros jóvenes. Muchos países y escuelas tienen programas para mejorar este aspecto. Personalmente, suelo revisar el benchmark que proporciona la Fundación Gatsby del Reino Unido en el que se resumen ocho prácticas para asegurar un buen programa de orientación profesional. Destacaré las que considero más esenciales.
En primer lugar, el centro debe tener un programa de orientación conocido por los profesores, los alumnos y sus padres. Un programa es un conjunto de acciones a largo plazo, con recursos y objetivos claros y en el que se puedan medir los resultados de las actuaciones realizadas.
Los docentes deberían impartir su asignatura relacionándola con sus aplicaciones profesionales para que el alumno tenga un conocimiento más práctico de ese contenido curricular.
También se recomienda que los y las estudiantes puedan tener alguna experiencia en centros de trabajo y encuentros con profesionales o empleadores durante su formación. Los padres y madres pueden jugar un papel decisivo compartiendo con los alumnos y alumnas su experiencia profesional.
En definitiva, mantener una conexión cercana entre el mundo laboral y el mundo educativo es esencial y, por eso, desde la Fundación ASTI queremos aportar nuestro grano de arena a este objetivo acercando la robótica y el STEM a la comunidad educativa.