Y es que cualquier situación que se vive en el entorno social de los centros educativos inevitablemente se traslada a las aulas, y el profesorado necesita recursos para poder afrontarlas. Estas situaciones "pueden requerir frenar las actividades curriculares y priorizar espacios de contención y cuidado", explica la ECP en sus recomendaciones, que pueden servir para tratar en clase problemas sociales de cualquier tipo, desde catástrofes naturales, atentados terroristas y debates políticos-sociales.
Las sugerencias concretas que la entidad ha difundido recientemente, y que también pueden llevar a la práctica las familias y la comunidad educativa en general, son las siguientes:
1. Cuidarnos
La ECP considera que ante momentos de tensión generados por situaciones sociales polémicas hay que priorizar en clase el valor de las relaciones y la convivencia. Por ello, recomienda que el profesorado dedique tiempo a realizar actividades que generen confianza entre el grupo o estima entre compañeros, así como abordar la diversidad.
2. Hablar de todo
Las escuelas constituyen espacios en los que se debe permitir hablar de todo, consideran los expertos del ECP, sobre todo de los temas más delicados. Precisamente en estos casos hay que abordar los temas en condiciones que no polaricen, es decir, que no propicien que las opiniones se dividan en dos extremos opuestos irreconciliables, por lo que es necesario aplicar "normas de diálogo, apelar al respeto y dar voz a las personas con opiniones menos polarizadas".
3. Promover la escucha
Para abordar temas sociales controvertidos en clase y que haya entendimiento a pesar de las diferentes opiniones del alumnado, resulta recomendable promover "una escucha que permita comprender al otro y encontrar puntos en común". Se debe preservar la atención hacia la diversidad de puntos de vista, en especial si hay minorías en clase, mediante espacios de diálogo en los que se practiquen "los turnos de palabra, haciendo de abogado del diablo y parafraseando las opiniones menos compartidas, etc.".
4. Expresarse desde los sentimientos
Hay que dar espacio a las emociones más intensas del alumnado cuando estas los dominan y propiciar que el acercamiento entre los estudiantes con opiniones diferentes sea mediante la empatía, más que a través de las ideas. Por ello, la ECP recomienda crear en clase las condiciones para que los alumnos y las alumnas se expresen y se destensen, como por ejemplo proponer que escriban cómo se sienten o que trabajen sus emociones desde el arte.
5.No poner el foco en los planteamientos identitarios y centrarse en las necesidades compartidas
La Escola de Cultura de la Pau de la UAB destaca que, aunque los alumnos y alumnas deseen expresar su diversidad ideológica a través de símbolos, la polarización actual hace que su presencia en las aulas pueda ser motivo de tensión. Es por ello que los expertos de esta entidad recomiendan a la comunidad educativa valorar el peso que tienen los símbolos y determinar qué medidas se han de tomar al respecto para evitar crear más tensiones.
6. Hacer reflexionar sobre el valor de la no violencia
La no violencia debe estar presente en las tutorías, en las aulas, en todo lo que rodea a la comunidad educativa. "Es necesario hacer reflexionar sobre el valor de la no violencia en la defensa de los derechos y sobre la importancia de no caer en la imagen del Otro como un enemigo".
7. Marcar límites
Los expertos de la ECP consideran que también es imprescindible marcar ciertos límites sobre lo que dicen los alumnos y alumnas y cómo lo dicen. "La libertad de expresión no puede ir en detrimento del respeto al otro, ni mucho menos caer en el discurso del odio", señalan.
8. Reconocer y explicitar la diversidad de perspectivas
También se recomienda propiciar que el alumnado reconozca sus propios errores y verbalice que existen puntos de vista diferentes entre sus compañeros o compañeras. De este modo se evita que las emociones intensas, como la rabia, bloqueen la empatía, que es tan necesaria para que haya entendimiento entre las personas con opiniones encontradas.
9. Contener el enfrentamiento y abrir espacios de reflexión colectiva
En caso de confrontación o peleas en las aulas debido a opiniones encontradas, los expertos de la Escola de Cultura de la Pau de la UAB sugieren contener el enfrentamiento en un primer momento y abrir espacios de reflexión colectiva para hablar posteriormente con calma sobre lo que provocó la tensión.
10. Crear un grupo de apoyo mutuo entre el profesorado
Crear en el centro educativo un grupo de docentes ideológicamente diverso y con habilidades de resolución de conflictos, para que aporten respuestas rápidas, orienten al profesorado y escuchen a las familias, constituye otras de las recomendaciones para poder tratar temas controvertidos en las aulas. Los expertos de la ECP también sugieren que, en caso de conflictos muy graves, se contacte con agentes mediadores.
11. Comunicar a las familias que se tratará el conflicto social en clase
Comunicar a las familias el conjunto de medidas que se decidan tomar a nivel de aula y de centro para afrontar la situación de excepcionalidad que se presente a raíz de un conflicto social es otra de las sugerencias de la ECP. "Habrá que definir cómo se responderá a las preguntas y preocupaciones que pueda tener el alumnado, como se garantizará la convivencia en el centro, etc.".
¿Se deben abordar los temas sociales polémicos en las aulas?
La programación y la práctica docente deben incluir "el análisis y el debate de temas sociales conflictivos o ‘conflictos sociales candentes', que son aquellos que propician opiniones contrapuestas, que se expresan con cierta vehemencia y generan algún tipo de confrontación en la sociedad", explica Ramón López, profesor titular de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Santiago de Compostela, y Víctor Manuel Santidrián, director del IES de Arzúa en La Coruña, en su estudio Los conflictos sociales candentes en el aula (2011).
Estos investigadores afirman que abordar temas polémicos en las aulas, principalmente a través del debate o el diálogo, permite a los estudiantes aprender a argumentar y fundamentar sus opiniones en base a fuentes de información fiables, datos verificables y razonamientos lógicos. Pero, además, el análisis de situaciones sociales controvertidas desarrolla "la competencia social y ciudadana, que permitirá al alumnado desempeñar el ejercicio crítico de su ciudadanía".
Por otro lado, el 70 % de las familias que han participado en una encuesta de la Fundació Jaume Bofill, elaborada en octubre de 2018, afirman que las controversias políticas y sociales se deben tratar en la escuela. No obstante, solo el 28,7 % del profesorado aprovecha educativamente estos hechos controvertidos para trabajar el desarrollo del criterio propio de sus alumnos y alumnas, según la investigación, en el que han participado 9.794 familias y 2.666 docentes.
Los docentes evitan tratar en clase situaciones sociales controvertidas
Algunos docentes se sienten incómodos e inseguros ante la posibilidad de trabajar en clase temas sociales controvertidos. Así lo demuestra el hecho de que el 29,3 % del profesorado consultado en el estudio de la Fundació Jaume Bofill indica que le gustaría trabajar la actualidad política y social en clase, pero lo evita porque no sabe cómo se interpretará.
Ante esta situación se han creado iniciativas y recursos para que el profesorado sepa cómo tratar temas candentes en las aulas y para educar el pensamiento crítico de su alumnado, como son el proyecto #SomCrítics, de la Fundació Jaume Bofill, o la guía didáctica Discrepància benvinguda! Guia pedagògica per al diàleg controvertit a l'aula, publicada por la ECP en 2018.
El proyecto #SomCrítics, por ejemplo, aboga por educar al alumnado en una ciudadanía comprometida ayudándole a "entrenar las capacidades para poder reflexionar de una manera crítica sobre el entorno, argumentar, discernir, construir opinión desde la flexibilidad y tomar partido", según explica la Fundació Jaume Bofill en la web de la iniciativa. Es por ello por lo que organiza diferentes debates escolares, así como jornadas y seminarios dirigidos al profesorado, con el fin de dotarlos de recursos que les permitan abordar temas controvertidos en clase y formar el pensamiento crítico del alumnado.