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La nueva imagen de la Formación Profesional

Artículo de opinión

  • 29/10/2019

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Eduardo Díaz, Álvaro Suárez-Vergne y Giuliano Tardivo, Investigadores y docentes de la Universidad Rey Juan Carlos y de la Universidad Complutense de Madrid
España ha tenido históricamente una Formación Profesional poco atractiva, como formación y como prestigio social. Sin embargo, en los últimos años, el número de matriculados en módulos de FP ha ido aumentando sensiblemente.  
 
Varios son los factores que han contribuido a este proceso de mejora. En primer lugar, la imagen de la Formación Profesional ha cambiado, ya no se percibe como un ciclo de estudios apto sólo para estudiantes vagos y que proceden de clases sociales desfavorecidas. Es para todas las clases sociales que quieren una inmersión rápida en el mundo laboral.
 
Además, ha aumentado la diversificación dentro de la misma FP, el número y la variedad de títulos ofrecidos y la existencia de dos niveles. Y se han introducido las prácticas obligatorias en empresas.
 
Por otro lado, la masificación de la Universidad y el proceso creciente de sobrecualificación, que es un fenómeno muy evidente en España, han determinado que muchos títulos universitarios hayan perdido prestigio. Ya en 1979 Amando de Miguel aseguraba en un libro que ciertas licenciaturas universitarias como "fábricas de parados". Un título universitario en Bellas Artes, Filosofía, Historia, Periodismo ya no garantizan nada, ni a nivel laboral ni a nivel salarial. Y otras carreras son demasiado largas y piden demasiados sacrificios económicos y familiares, como en el caso de Medicina.
 
Los organismos internacionales que elaboran informes sobre educación, llevan años diciendo a España que tiene que potenciar la Formación Profesional y que tiene que acercar, más aún, este ciclo de estudios al mundo laboral, por ejemplo, fomentando las prácticas, como ocurre en el sistema dual alemán.
 
Parece, según las estadísticas, que empiezan a verse los efectos positivos de estas campañas. Aunque en el sistema educativo español siguen existiendo problemas relevantes y estamos lejos de las matriculaciones en FP que se registran en otros países de nuestro entorno, como Alemania, donde sólo el 7% de los jóvenes está en paro (frente al 36% de España) o incluso la misma Italia. De todas formas, podemos decir que un título de FP ofrece más oportunidades de encontrar trabajo, aunque tampoco podemos terminar desprestigiando la Universidad.
 
"La imagen de la Formación Profesional ha cambiado, ya no se percibe como un ciclo de estudios apto sólo para estudiantes vagos y que proceden de clases sociales desfavorecidas. Es para todas las clases sociales que quieren una inmersión rápida en el mundo laboral".
 

La imagen de la FP está cambiando

 
Lo que hemos podido comprobar a través de una investigación [1] que llevamos a cabo recientemente entre los estudiantes universitarios madrileños, es que efectivamente la imagen de la FP ha ido mejorando progresivamente.
 
Los y las jóvenes que acceden a la Universidad procedentes de módulos superiores de FP lo tienen claro: la Universidad ofrece sobre todo conocimientos teóricos alejados de la realidad laboral, conocimientos teóricos universales, a largo plazo, mientras que la FP te prepara de forma inmediata para la inserción en el mercado laboral.
 
La Universidad creó la figura de los profesores asociados para acercarse al mundo laboral, pero se ha terminado abusando de este tipo de contratación porque son baratas y flexibles. Sin embargo, según lo que pudimos detectar en las entrevistas cualitativas del estudio que realizamos, muchos padres siguen prefiriendo que sus hijos consigan una carrera, y no se han dado cuenta del proceso de devaluación de los títulos universitarios, un proceso que viene de lejos y que ya había puesto en evidencia Pierre Bourdieu en su libro La distinción (1988).
 

¿Qué retos afronta la FP?

 
Hay que potenciar la FP mejorando la imagen, potenciando las prácticas, lo cual podría ayudar a reducir el número de jóvenes NINIs, que no estudian no trabajan ni buscan empleo, un fenómeno especialmente relevante en España. Además, se necesitaría mayor colaboración entre Gobierno, sindicatos, empresarios y escuelas, para que se facilite la contratación de los estudiantes en prácticas que demuestran su buen hacer en el trabajo durante el periodo en que las realizan.
 
En síntesis, se trata de potenciar la idea de que la escuela tiene que formar a los estudiantes y a la vez tiene que ser útil, preparar a los alumnos y alumnas para su futuro cercano en el mercado laboral. El sistema tendría que ofrecer más estudios prácticos.
 
La FP tiene que saber enfrentarse a los desafíos de un mundo cada vez más global e hiperconectado. Pero, ¿esto es sólo un problema de la Administración? ¿No será más barato contratar universitarios en práctica? ¿Quiénes son los que realmente van a "contratar" en prácticas a los alumnos y alumnas, o quiénes deberían pagar un "sueldo mínimo", como sucede en los países que tomamos como modelos, como Alemania?
 
 
[1] Tardivo, G., Díaz Cano, E., & Suárez-Vergne, A. (2019). La Nueva Imagen de la FP entre los Jóvenes Universitarios Madrileños en el Área de Ciencias Sociales, Comunicación y Ciencias de la Educación. International and Multidisciplinary Journal of Social Sciences, 8(1), 25-50
 
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