Por competencias emprendedoras entendemos aquellas cualidades que debe tener una persona para iniciar y liderar cambios tanto en su entorno profesional como personal.
Cada vez más el abanico de competencias emprendedoras se va ampliando a consecuencia del escenario social y cultural en el que estamos viviendo. Si tuviéramos que hacer un recorrido por todas ellas, éstas serían interminables, pero voy a indicar las que considero necesarias en estos momentos y, que, por supuesto, podrán ir cambiando en los años venideros:
- Capacidad de aprendizaje (learnability) y capacidad de desaprendizaje (capacidad de poner en cuestionamiento planteamientos que antes parecían inamovibles).
- Habilidades sociales, en especial, la comunicación, la escucha activa e inteligencia emocional. En este punto, también tendrían cabida las habilidades relacionadas con las tecnologías de la información y las redes sociales.
- Capacidad de utilizar el conflicto y el error como recurso de aprendizaje y de superación.
- Organización, análisis, planificación, gestión y responsabilidad en el trabajo
- Capacidad de innovar y de cambiar para mejorar.
- Capacidad de liderazgo, coherencia e integridad y gestión de las emociones.
- Iniciativa, creatividad, visión y metas claras.
Si bien, todas las competencias a las que hemos aludido son necesarias en la actualidad, hay una que considero primordial y que debería trabajarse, en especial, en cualquier programa formativo. Me estoy refiriendo a la autoevaluación.
La competencia autoevaluativa es clave para la autocrítica, para reflexionar sobre lo que estás haciendo, detectando las fortalezas y debilidades de tu actuar. Si no eres capaz de aceptar las críticas y asumir los errores, no estas predispuesto ni para el aprendizaje, ni para la mejora continua.
Quisiera evidenciar que la autoevaluación es la estrategia por excelencia para ser emprendedor/a en la responsabilidad, para aprender a valorar, criticar, a reflexionar, a tener iniciativa en conseguir las metas propuestas. Como decía Shakespeare "de todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo".
A lo largo de mi experiencia profesional me he dado cuenta de que los beneficios que presenta la realización de una auténtica autoevaluación son, especialmente, los siguientes:
- Es uno de los medios para que el emprendedor/a conozca y tome conciencia de cuál es su progreso individual en la organización.
- Ayuda a los emprendedores a responsabilizarse de sus actividades, a la vez que desarrollan la capacidad de autogobierno;
- Es un factor básico de motivación y refuerzo del aprendizaje y posibilita la autonomía y la autodirección del emprendedor;
En definitiva, de todos los beneficios que he comentado anteriormente, destacaría, principalmente, que la autoevaluación posibilita al emprendedor/a reflexionar sobre su progreso, sus fortalezas y debilidades en sus logros y, lo más importante, le ayuda a mejorar y a favorecer su crecimiento personal y profesional. Si ello, es así, por favor, formadores, no hagamos de la autoevaluación una práctica olvidada, potenciemos esta competencia como la clave para ser un buen emprendedor/a.