Implementar una asignatura de educación ambiental desde la Educación Infantil hasta la universitaria y ofrecer más formación al profesorado en esta área son algunas de las conclusiones del informe Hacia una educación para la sostenibilidad. 20 años después del Libro blanco de la educación ambiental en España, elaborado por la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), en colaboración con el Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM) y Ecoembes.El estudio ha sido presentado unos días antes de la celebración del Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado el pasado 22 de abril. Se trata de una recopilación de los trabajos de investigación de varios especialistas en educación ambiental que analizan en 15 capítulos cómo se ha desarrollado esta área en los últimos 20 años desde diversos sectores de la sociedad y enumeran recomendaciones de mejora, especialmente desde la educación formal e informal.
En sus más de 400 páginas, el informe analiza la educación ambiental que se realiza tanto en los espacios protegidos como en las instituciones académicas y las administraciones públicas, los sindicatos y las empresas. También reflexiona sobre el papel de los educadores y educadoras ambientales en el pasado y su rol futuro.
El objetivo del estudio es "relanzar la acción de la Educación para la Sostenibilidad en el marco de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible para que sea parte de la necesaria acción transformadora", según indica en su introducción. Por ello, los autores y las autoras del informe revelan en cada capítulo los retos a los que se enfrentan tanto las instituciones como la ciudadanía en materia de sostenibilidad, dejando claro que el futuro del planeta exige un compromiso de todas las personas y, en particular, de los actores relacionados con la educación: administraciones, docentes, alumnado y comunidad educativa.
Uno de los capítulos finales del informe titulado "La Educación Obligatoria (en) clave de Sostenibilidad", ofrece algunas recomendaciones para que los responsables del gobierno y los centros educativos empoderen al alumnado hacia el desarrollo sostenible, entre las que destacan las siguientes:
- Desarrollar currículos más flexibles y abiertos en las etapas de la educación obligatoria, que se centren en desarrollar en el alumnado competencias individuales y sociales que les ayude a concienciarse y participar en la sostenibilidad de la vida del planeta.
- Potenciar las metodologías educativas activas y el trabajo por proyectos en la Educación Primaria y Secundaria, y que estas se centren en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Crear e implementar una nueva asignatura sobre educación ambiental y los ODS en todos los niveles educativos, pero especialmente en los últimos cursos de Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad y Formación Profesional. Esta debe favorecer el trabajo interdisciplinar e incluir estrategias de aprendizaje-servicio.
- Definir entre la escuela y la universidad cuáles deben ser las competencias ambientales correspondientes a la enseñanza obligatoria, para poderlas fomentar tanto entre los estudiantes como los docentes. "Así como se han definido desde diferentes enfoques las competencias necesarias en futuros docentes, es inexcusable definir las competencias para la sostenibilidad escolar", señala el informe.
- Concretar una educación ambiental basada más en habilidades y competencias que en transmitir contenidos, por lo que resulta necesario establecer en los centros educativos metodologías que favorezcan el trabajo interdisciplinar, con un enfoque pedagógico más orientado a la acción y al aprendizaje transformador.
- Formar al profesorado en aspectos teóricos y metodológicos relacionados con la educación ambiental para que puedan llevar a cabo su labor docente en este ámbito. "La formación permanente debería desarrollar nuevas competencias docentes que hagan posible la coordinación entre los grandes planteamientos teóricos de la educación ambiental con la práctica escolar", señala el estudio.
- Implicar a la comunidad educativa de cada centro en la toma de decisiones y en la asunción de compromisos ambientales, así como empoderar al alumnado en estas cuestiones a través de proyectos y acciones.
- Acompañar y asesorar a los estudiantes para que interioricen que una de las intenciones prioritarias de la educación ambiental es su empoderamiento, a través de acciones que incentiven su capacidad de movilización y desarrollen sus competencias participativas, para convertirlos en verdaderos agentes del cambio.
- Fortalecer el trabajo en red de los centros de enseñanza obligatoria para que compartan sus buenas prácticas en materia medioambiental. En este sentido, "también es importante fortalecer las relaciones entre diferentes agentes educativos y sociales para identificar proyectos comunes y sinergias de colaboración.
- Evaluar e investigar sobre la propia práctica educativa o de sostenibilidad para realizar un seguimiento de los programas que se pongan en marcha y así irlos mejorando.
Si quieres saber más sobre los resultados y propuestas de este informe puedes descargarlo desde la web de la Red Española para el Desarrollo Sostenible.
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