¿Por qué es importante establecer políticas de orientación académica y profesional?
A mi parecer hay dos razones principales. La primera es que las personas, las familias y comunidades difieren en cuanto a sus capacidades para visualizar y planificar su futuro académico y profesional, para obtener información sobre oportunidades de aprendizaje y de trabajo, para interpretar y poner esta información en relación con el conocimiento que tienen de sí mismos y de sus circunstancias económicas y sociales, y para aplicarlo de una manera significativa a la hora de planificar y de tomar decisiones. Una buena capacidad de planificación produce diferentes resultados en la vida, incluyendo los ingresos. Así, el aprendizaje en la carrera profesional se puede percibir como una compensación por las diferencias en las capacidades vitales de las personas, de la misma manera que las matemáticas o el aprendizaje de idiomas compensan las diferencias individuales en capacidades numéricas y lingüísticas.
La segunda razón principal es que sabemos por la investigación que, en un contexto de formación educativa y vocacional, aprender sobre las carreras profesionales apoya enormemente la participación, retención, compromiso con el aprendizaje, rendimiento y progresión del alumnado hacia el siguiente nivel o hacia el trabajo. Estos son indicadores internos y externos de la calidad del funcionamiento de los sistemas educativos.
En un contexto de empleo, la orientación profesional ayuda a las personas a visualizar y planificar sus vidas laborales, incluyendo cómo gestionar y sobrevivir al desempleo, y cómo gestionar las transiciones; por ejemplo, la jubilación, la progresión al trabajo y dentro del trabajo, y a una educación y formación avanzadas. Visualizar y planificar son capacidades vitales. No tenemos las mismas capacidades en estos ámbitos. Por ejemplo, en matemáticas hay personas que necesitan mucha ayuda y otros necesitan menos, pero ¡todos necesitan algo de ayuda!
La orientación académica y profesional también tiene un papel importante en las políticas de empleo, por ejemplo, encajar capacidades de oferta y de demanda para el mercado laboral, y evitar que las personas acaben en situación de desempleo de larga duración.
¿Qué pasos deberían dar los gobiernos para asegurar el acceso de los ciudadanos a los servicios, herramientas y recursos de orientación académica y profesional?
El acceso a servicios de orientación académica y profesional requiere que dichos servicios existan, que tengan muchos recursos, y que se ofrezcan diferentes formas de acceder a servicios de orientación, por ejemplo, online, web, telefónico, y cara a cara, para que los ciudadanos puedan acceder a ellos fácilmente. Es necesario construir los servicios basándonos en el comportamiento real de las personas a la hora de buscar información, consejo y orientación. La orientación académica y profesional es un servicio de interés general y público, como ya he explicado en mi primera respuesta. El papel del gobierno es estudiar el problema, analizar y evaluar lo que existe utilizando referentes desarrollados por la OCDE y la European Lifelong Guidance Policy Network (ELGPN), desarrollar una estrategia nacional que englobe los sectores de la educación y el empleo, y crear un plan de acción y un programa para la implementación de la estrategia.
Los gobiernos también tienen un papel importante para desarrollar estándares de calidad en estos servicios; en definir el contenido de la formación y las cualificaciones de los profesionales de la orientación académica y profesional cuyos puestos de trabajo están financiados con los impuestos públicos y en asegurar la coordinación de servicios que crucen fronteras administrativas, por ejemplo, los sectores de la educación y el empleo, y los administradores nacionales y regionales. La coordinación debería llevar a un acceso mejorado a la orientación por parte de los ciudadanos por medio de un uso de los recursos más inteligente.
¿Cuáles son las barreras a las que se enfrenta la orientación académica y profesional de cara a ser parte de la política pública y cómo se pueden superar?
Es un gran desafío para la orientación académica y profesional convertirse en un objeto continuo de la atención pública y del gobierno al igual que la educación y el empleo. Esto es en parte debido al sector existente y las fronteras administrativas a las que se enfrenta la educación, la formación y el empleo, mencionadas anteriormente, y que tienen un impacto en la provisión de servicios. Y también porque la orientación académica y profesional es un medio para un fin (mejorar la eficacia de las políticas para la educación, la formación, el empleo y la inclusión social) y no un fin en sí misma (ayudar a los individuos, familias y comunidades). Siempre parece una actividad periférica o adjunta en las políticas sociales principales y no una política en sí misma. Por esa razón, en países como Corea, hay una legislación específica para la orientación académica y profesional (Ley de Educación Laboral, 2015) a diferencia de Finlandia, Irlanda y otros países en los que la mencionan en la legislación sobre educación o desempleo.
Es necesario crear una demanda pública para servicios de orientación académica y profesional, que se podría estimular realizando un sondeo a nivel nacional que recoja las experiencias y puntos de vista de la gente respecto a estos servicios. El público es el mayor interesado en orientación académica y profesional y sus puntos de vista se tienen que recoger y subrayar. Esto podría llevar a una legislación mejor para la orientación y mejores servicios para su financiación.
"Repetir que ‘la orientación es buena para ti' no impresiona a los responsables de implementar políticas de orientación académica y profesional. Necesitan hechos y datos para justificar cambios de políticas y legislativos y para proporcionar justificación para más recursos".
¿Qué puede hacer la sociedad civil para animar a que el gobierno desarrolle políticas de orientación académica y profesional? ¿Qué agentes podrían liderar el cambio?
La sociedad civil y en especial los agentes sociales (empresas y sindicatos) son los grupos clave en políticas de orientación profesional junto con el público. Las empresas son beneficiarios importantes de buenos servicios de orientación proporcionados en los sectores de educación y empleo. Todos ellos tienen un papel a la hora de hacer presión al gobierno para conseguir mejores servicios de orientación, así como contribuir a los servicios por medio de colocaciones según la experiencia laboral y proporcionar información sobre ocupaciones, el mercado laboral y la necesidad que habrá en el futuro de ciertas capacidades. Pero los miembros de los grupos de presión necesitan pruebas para apoyar lo que defienden, así que un sondeo de marketing sobre la experiencia y opiniones del público de los servicios de orientación existentes debería proporcionarles todas las pruebas que necesitan. Simplemente repetir que "la orientación es buena para ti" no impresiona a los responsables de implementar políticas. Necesitan hechos y datos para justificar cambios de políticas y legislativos y para proporcionar justificación para más recursos.
¿Puede mencionar alguna buena práctica de países que tienen políticas de orientación académica y profesional bien establecidas? ¿Cuáles son los beneficios de estas políticas y cómo se han conseguido?
Ningún país hasta ahora ha declarado que tiene todas las soluciones, pero hay algunos ejemplos de buenas prácticas. En Finlandia, se ofrece una orientación académica y profesional obligatoria de 76 horas para todos los estudiantes de 7º curso a 9º [1], y 38 horas obligatorias en secundaria. La ratio orientador-estudiante es de 1:250. Los orientadores tienen que ser docentes y además tener el equivalente a un máster en orientación. Las tasas de abandono escolar del sistema educativo varían de un 4% en educación secundaria a un 5,9% en la universidad y un 9,1% in VET [2]. Escocia es también un ejemplo de buena práctica con un enfoque diferente a Finlandia. Escocia proporciona apoyo externo en orientación académica y profesional para profesores y familias en los colegios tanto cara a cara como virtual.
Varios países (por ejemplo, Inglaterra, Escocia, Nueva Zelanda o Dinamarca) han establecido servicios laborales virtuales (online, telefónicos, por chat, web) para dar servicio a las necesidades de orientación de toda la población. La evaluación de estos servicios ha sido muy positiva. Este modelo complementa a lo que se puede ver en los colegios, la Formación Profesional y servicios de empleo público, y se puede acceder a ellos fácilmente en el momento (y en los idiomas) que prefiera el público general (fuera de los horarios de trabajo normales).
En el sector del empleo, el VDAB en Belgium fl [3] es un buen ejemplo de servicio para el empleo público que utiliza a orientadores para ayudar a sus clientes a preparar un Plan de Desarrollo Personal. Ofrece orientación académica, y orientación sobre vacantes de trabajo y formación.
Está claro que cuando el gobierno proporciona recursos adecuados a la orientación, los resultados como tasas bajas de abandono de estudios y formación (como, por ejemplo, en Finlandia) son significativas a corto plazo (eficiencia de inversiones en educación y formación) y más significativas a largo plazo, evitando llegar a desempleo de larga duración que es muy costoso para la sociedad en una vida laboral media de 40 años (de los 20 a los 60). Esta última es la principal consideración del gobierno escocés para proporcionar los recursos adecuados y las intervenciones correctas para todos los jóvenes de entre 16 y 24 años. El coste de intervención temprana en un periodo de 6 años es mucho menor que los costes sociales y sanitarios de los siguientes 40 de una vida laboral potencial.
"Dedicar fondos públicos a unos buenos servicios de orientación académica y profesional para los jóvenes de entre 12 y 24 años tiene sus frutos, con enormes reducciones de tasas de abandono escolar".
¿Podría darnos recomendaciones específicas para el caso de España, que tiene un 36,3% de desempleo juvenil y un 18,3% de abandono escolar? ¿Cuáles deberían ser las prioridades del gobierno español para empezar a establecer políticas de orientación académica y profesional?
Es muy difícil dar una respuesta clara a esta pregunta porque en España la responsabilidad de las políticas sobre la orientación académica y profesional recae en los gobiernos autonómicos, y, tal y como sucede en otros países con estructuras similares, estas responsabilidades que se han delegado pueden llevar a una enorme desigualdad en la manera de gestionar la orientación para los ciudadanos españoles. Todo depende de la comunidad autónoma en la que vivas, sus prioridades, y cómo el gobierno autonómico gestiona los servicios en su comunidad autónoma. Ya hay una enorme variedad.
Una manera mediante la cual el gobierno español puede mejorar esta situación es estableciendo estándares a nivel estatal para la orientación académica y profesional, incluyendo los recursos que todas las comunidades autónomas deben seguir, e implementando un mecanismo de seguimiento para asegurar el control de su puesta en práctica en cada una de ellas. Si no, el lugar donde vivas (y el colegio al que asistas) seguirá decidiendo la calidad, profundidad y alcance de la ayuda en orientación académica y profesional que recibas.
Una segunda manera importante sería que el gobierno español estableciera un servicio estatal de carrera profesional virtual, al que la gente pudiera acceder en su propia lengua regional. Un servicio estatal garantizaría un estándar nacional de servicio, con lo que la manera de llevar tu orientación académica y profesional no dependerá de la comunidad autónoma en la que vivas. El servicio estatal virtual complementaría lo que ya existe en la comunidad autónoma y trabajaría juntamente con él para que a las personas se les pueda ofrecer entrevistas cara a cara en caso de que lo necesiten.
La orientación académica y profesional no puede solucionar todos los problemas sociales y económicos en una sociedad, como tasas altas de desempleo juvenil y abandono escolar. Pero está claro por los éxitos tanto de Finlandia como de Escocia que dedicar fondos públicos a unos buenos servicios de orientación académica y profesional para los jóvenes de entre 12 y 24 años tiene sus frutos, con enormes reducciones de tasas de abandono escolar y de formación e importantes reducciones en el número de jóvenes en desempleo de larga duración. España necesita una solución estatal para complementar los esfuerzos en orientación académica y profesional a nivel autonómico