El coworking permite compartir un espacio de trabajo con otros profesionales.
Esta manera de compartir el espacio de trabajo se inició en Estados Unidos alrededor del año 2005 y comenzó a hacerse popular en España hacia 2012. Desde entonces han proliferado los espacios de coworking en nuestro país; algunos son independientes y otros, están ligados a empresas o escuelas de negocios.
Conseguir sinergias
El espíritu de los espacios de coworking va más allá de las ventajas físicas y económicas que puede reportar compartir un lugar de trabajo. Lo importante es que estos espacios abiertos permiten fomentar las sinergias entre los profesionales que acuden a ellos y mejorar sus esfuerzos y el resultado de su trabajo.
¿Para quién es bueno el coworking?
En un principio el coworking parece una fórmula acertada y apetecible para trabajar. Pero no resulta aconsejable para todo tipo de profesiones o empresas. Por las características del concepto resulta atractivo y beneficioso para autónomos, profesionales que trabajan de manera individual como freelance, emprendedores, start-ups o pequeñas empresas.
En cuanto al modo de trabajar y al sector laboral, los espacios de coworking son buenos para aquellas personas que desempeñan su profesión principalmente con un ordenador y un teléfono. Para personas vinculadas al área de las tecnologías, el marketing y la comunicación o las ventas.
Ventajas
Las ventajas que ofrece el trabajo cooperativo son muchas, aunque cada profesional y/o empresa debe valor su situación concreta. Entre las principales ventajas destacan:
- Disponer de un espacio físico en el que realizar tu trabajo y organizar reuniones y visitas de trabajo. A diferencia del trabajo desde casa, el coworking facilita un espacio ajeno al entorno familiar en el que puedes realizar tus tareas sin distracciones hogareñas y en el que dispones de salas de reuniones donde recibir visitas o proyectar trabajos en equipo. Además, es un lugar en el que puedes domiciliar tu sede profesional.
- Rutina laboral. Tener una oficina fuera de casa permite adquirir unos hábitos laborales como salir de casa y establecer unos horarios fijos de trabajo.
- Recursos y reducción de costes. Al entrar a formar parte de un espacio de coworking se dispone de un servicio de Internet, de teléfono y se tiene acceso a fotocopiadora, escáner o impresora. Además de la mesa y espacio propio se suele disponer de estanterías o taquilla personal y se puede usar las salas de reuniones. Todo esto suele reducir de manera notable los costes que puede ocasionar tener que alquilar una oficina de manera individual. Respecto al coste medio de los espacios de coworking la horquilla es bastante grande teniendo en cuenta la ciudad y si la localización es cercana al centro. Se puede encontrar espacios de trabajo cooperativo entre los 50 y los 250 euros al mes.
- Flexibilidad. Puedes alquilar un espacio de coworking por meses, por un año, pero también existe la posibilidad de hacerlo por semanas. En la mayoría de los centros hay un horario establecido, pero tú decides cuándo quieres ir y cuándo no. Nadie te pide explicaciones y dispones de flexibilidad para organizarte como mejor te convenga.
- Networking y creatividad. Al ser un espacio compartido, entras en contacto con otros profesionales con los que interactúas, compartes ideas y proyectos y también inquietudes y miedos. Si necesitas colaboradores para tu proyecto puedes encontrarlos en tus compañeros de coworking. Las opiniones de otros pueden hacer crecer tu proyecto, te pueden permitir testarlo antes de salir a la luz (en el caso de las start-ups) y corregir errores. La socialización y el trato con otras profesionales favorece que fluya la creatividad.
- Información y tendencias. En muchos espacios de coworking se organizan también jornadas y charlas que permiten a los coworkers estar informados de las últimas novedades y tendencias en el mercado.
En general podemos decir que el coworking es una solución más a las nuevas formas de trabajar que, según Dante Smith, CEO de coworking Star2Bee, "ha venido para quedarse y evolucionar".