Creado por el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop), este nuevo recurso analiza cómo se desarrollan y se activan las habilidades de las personas de la UE, y cómo se relacionan con los empleos existentes en el mercado laboral de cada país.
Tanto España como Grecia han conseguido la nota más baja del European Skills Index, con 23 puntos frente a los 75 que ha obtenido la República Checa, uno de los países mejor evaluados por el Cedefop en cuanto a su sistema de competencias, junto con Suecia y Finlandia, que han alcanzado una puntuación de 72.
El sistema de competencias de un país está constituido por la forma en que se desarrollan las habilidades de la ciudadanía; cómo se activan a la hora de ingresar en el mercado laboral, y si dichas capacidades son acordes a los puestos de trabajo que los trabajadores pueden ocupar.
Utilizada como una herramienta de monitoreo, el European Skills Index "puede ser útil para los responsables políticos. Muestra cómo funcionan los sistemas de competencias de los países, les ayuda a comprender sus resultados e indica en qué aspectos deben mejorar", ha señalado la directora interina del Cedefop, Mara Brugia, a través de un comunicado.
"Hasta la fecha, no ha habido una herramienta que permita evaluar los complejos sistemas de habilidades de los países y comparar su desempeño", ha añadido.
Una herramienta que mide las competencias en tres dimensiones
El Cedefop ha considerado tres dimensiones clave en el desarrollo del European Skills Index: el desarrollo de las competencias, la activación de habilidades así como la correspondencia de éstas a los puestos de trabajo. Estas tres áreas indican diversos aspectos del sistema de competencias de un país.
El desarrollo de habilidades incluye todas las actividades de capacitación y educación que tienen lugar y sus resultados inmediatos en términos de habilidades desarrolladas y/o alcanzadas. En este ámbito, España cuenta con una puntuación de 43, que la coloca en el puesto 21 de la lista de los 28 Estados miembros de la UE.
En cuanto a la activación de competencias, que evalúa la transición de la educación al mercado laboral, nuestro país se posiciona en el lugar 25 con una puntuación de 33.
Sin embargo, España ha recibido la peor puntuación en cuanto a la conexión que tienen las habilidades de las personas con respecto al trabajo que desempeñan, al obtener un 11 de calificación en el European Skills Index, situándose en la posición 27 de la UE, solo por encima de Grecia. Esto se debe principalmente a que existe una gran diferencia entre las competencias adquiridas por los ciudadanos españoles respecto a los puestos que ocupan.
Establecer políticas que contribuyan a disminuir este desajuste constituye una de las tareas más importantes que el país debe afrontar, según el Cedefop, que insta a impulsar la Formación Profesional como medida de solución.
European Skills Index
Gráfico: Cedefop / European Skills Index
¿Cómo afrontar la sobrecualificación?
La sobrecualificación de los graduados universitarios constituye una de las problemáticas más importantes del sistema universitario y el mercado laboral español, según el Cedefop, que coincide con los datos desvelados en el más reciente Informe CYD 2017, elaborado por la Fundación CYD.
Dicho estudio, que mide la contribución que el sistema universitario ejerce sobre el desarrollo del país, ha desvelado que el 37,1 % de los graduados universitarios ocupados estaba desempeñando un puesto de baja cualificación respecto a su formación, frente al 23,2% de la UE.
Este elevado nivel de sobrecualificación español puede deberse, por un lado, a que su estructura productiva no tiene la capacidad de generar suficientes puestos de trabajo de alta cualificación. En este sentido, el Informe CYD 2017 aboga por hacer frente a la sobrecualificación generalizada y mejorar las condiciones de inserción laboral de los graduados universitarios.
También recomienda aumentar el peso de la Formación Profesional Dual, que combina estudios y aprendizaje en el puesto de trabajo; estimular la necesidad de perfiles con altas cualificaciones mediante el aumento de inversión en investigación, desarrollo e innovación, así como desarrollar políticas industriales que potencien la industria 4.0 y la digitalización de la economía.
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