Hace no muchos años, las federaciones de las respectivas modalidades deportivas eran las encargadas de gestionar e implementar las diferentes titulaciones que permitían la actividad laboral en el sector deportivo.
Pese a ello, no todas las federaciones podían cubrir el incremento de modalidades deportivas y de variedad de puestos de trabajo; y esto, sumado a, por qué no decirlo, cierto intrusismo laboral, hizo que nacieran las enseñanzas deportivas para regular un contexto en constante cambio y evolución.
Así fue como surgieron las enseñanzas deportivas que, en cooperación con las distintas federaciones y los organismos oficiales en materia educativa, pudieron establecer un marco y una estructura capaz de absorber la gran demanda de profesionales que había y que hay en el sector deportivo.
El currículum se estableció de la siguiente manera: se fijó una prueba de acceso específica para cada una de las modalidades, un bloque común a todas ellas, un bloque específico para cada deporte y finalmente un bloque de prácticas en clubs, escuelas y empresas para que el alumno tuviera la oportunidad de finalizar su formación in situ.
Hoy en día, el estudiante tiene numerosas posibilidades entre las que escoger, desde los deportes de invierno hasta el socorrismo, pasando por las modalidades más tradicionales como el fútbol, el baloncesto, el balonmano o el voleibol. Las nuevas modalidades deportivas que han llegado para quedarse, como es el caso del pádel, también se encuentran actualmente reguladas para así poder cubrir la gran demanda de profesionales existente.
Un perfil de lo más variado
El perfil de nuestro alumnado es quizás uno de los más variados que nos podemos encontrar hoy en día en el mundo de la enseñanza: desde un alumno de 16 años que ha finalizado la Etapa Secundaria Obligatoria y que no quiere seguir con el Bachillerato, estudiando algo que para él carece de interés, hasta un licenciado en Derecho que ve en estos estudios de enseñanzas deportivas la oportunidad de trabajar de forma temporal practicando el deporte que ama. Así pues, nos encontramos en una misma aula, hombres, mujeres y adolescentes a los que les une una misma cosa: la pasión por el deporte.
Como le dijo Pablo Sandoval a Expósito en la película ganadora de un Oscar en el año 2010 El secreto de sus ojos: "El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios… Pero hay una cosa que no puede cambiar… No puede cambiar de pasión". Y esta pasión por el deporte y por sus distintas modalidades es la que une a escuelas, federaciones, formadores y alumnos.
Grandes posibilidades laborales
Una vez conseguida la titulación, e incluso antes, las empresas se lanzan a por los nuevos titulados, pues sus vacantes son constantes dado el incremento del interés por la práctica del deporte en nuestra sociedad y en nuestro país especialmente.
Con el título de Técnico Deportivo, el alumno encuentra innumerables ofertas de trabajo más o menos acordes a sus deseos, pero en los que puede iniciar su andadura en busca de nuevos objetivos y proyectos futuros.
Ese mismo alumno adolescente desmotivado del que antes hablábamos es quizá el que después mejor encaja en el mundo laboral. Su pasión por el deporte le hace convertirse en un trabajador con ganas de aprender, participar y colaborar con los diferentes proyectos. Las empresas ya no quieren a alguien con sólo un título debajo del brazo, sino que buscan y necesitan trabajadores activos, en permanente evolución y que sepan amoldarse a los continuos cambios en nuestro entorno y en el deporte en particular. En definitiva, las empresas necesitan gente entregada, creativa, trabajadora y apasionada, y la encuentran en el Técnico Deportivo.
Probablemente, el técnico que inicia su andadura profesional empezará seguramente como monitor de deporte; pero, poco a poco, podrá adquirir la suficiente experiencia como para coordinar un grupo de trabajo y quién sabe si llegar a fundar su propia empresa deportiva.
Esto evidentemente no llega sin esfuerzo, deberá seguir con su formación constante y podrá escoger entre numerosos itinerarios: continuar sus estudios con el grado de técnico superior, pasar a la Formación Profesional o incluso entrar en la universidad. Mientras tanto, seguirá trabajando en lo que le gusta, seguirá madurando, adquirirá experiencia e irá encontrando poco a poco su camino.
El reto de formar verdaderos profesionales del deporte
En este escenario cambiante es necesario que no sólo el alumno se adapte, sino que también lo hagan este tipo de estudios. Las enseñanzas deportivas se enfrentan a un gran reto, el de dejar a un lado la enseñanza deportiva tradicional y formar verdaderos profesionales del deporte.
Una enseñanza basada en la especificidad pero también en la polivalencia, pues un estudiante y, por lo tanto, un futuro trabajador, aumentará sus posibilidades de futuro si se especializa en una materia, pero también si tiene un perfil polivalente y sabe adecuarse a las diferentes necesidades de las empresas.
Es por ello que acuden a formarse en estas especialidades deportivas alumnos procedentes de otros grados de formación profesional en actividad física, maestros de educación física o graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, ya que así, desde una muy buena base formativa, llegan a concretar su formación en una especialidad deportiva concreta.
Y a la inversa, un alumno que comienza su formación siendo técnico en una solo modalidad, a menudo sigue su crecimiento con otros estudios de técnico en otra, con grados de formación profesional o incluso en la universidad.
"Salir" del aula, aplicar las nuevas tecnologías y estar al corriente de todos los avances que surgen día a día es nuestra función y nuestra responsabilidad para poder dar al alumnado la mejor formación posible.