A nivel económico, durante la última década estamos atravesando algunas dificultades que han debilitado nuestro mercado laboral, incrementando la competencia entre personas candidatas por los puestos de trabajo –aunque, paradójicamente, existe un gran número de empresas que no encuentran trabajadores/as con el perfil adecuado, principalmente en el sector tecnológico-.
Estos son algunos de los motivos por los que cada vez más personas van tomando conciencia de la gran importancia que tiene mejorar su currículo formativo a lo largo de toda su vida, y no solo durante la etapa de estudios tradicional de la juventud. Y toman conciencia no solo aquellas personas que están desempleadas y que necesitan formarse para encontrar un puesto de trabajo, también aquellas que están ocupadas y ven la posibilidad de mejorar sus perspectivas profesionales gracias a los estudios.
Pero la formación no solo es importante para las personas. Para la empresa también es primordial promocionar la formación de su plantilla ya que le va a comportar muchos beneficios que darán como resultado una organización mucho más competitiva:
- Amplía el nivel de fidelidad y el compromiso de la persona trabajadora.
- Desarrolla la posibilidad de promoción en la carrera laboral.
- Mejora el grado de satisfacción en el puesto de trabajo.
- Aumenta la productividad y competitividad de la persona trabajadora y, por extensión, de la empresa.
- Favorece la adaptación de la empresa al mercado.
- Incrementa la calidad de los productos y servicios ofrecidos.
- Transmite y consolida una cultura y valores de empresa positivos.
Pero aunque esté predispuesta, a la empresa a veces tampoco le resulta sencillo motivar a su plantilla para que realice los cursos que propone, y no porque no sean de su interés.
La razón principal que retiene a las personas trabajadores a la hora de seguir formándose es la falta de tiempo. Si ya resulta difícil para la mayoría compaginar la vida profesional y personal, si además hay que dedicar tiempo a seguir un curso, muchas veces a costa de ratos de ocio y descanso, la cosa se complica.
Una de las herramientas utilizadas para paliar este problema es la formación en modalidad online. Las nuevas tecnologías, las mismas que nos exigen formarnos para no perder el tren de la innovación, también hacen más accesible y facilitan nuestra educación, eliminando las restricciones a nivel temporal y geográfico, de manera que podemos aprender en cualquier momento y lugar. También a nivel pedagógico suponen una gran mejora, ya que avances como la realidad aumentada, la realidad virtual y los simuladores permiten establecer nuevas formas de aprendizaje altamente eficaces basadas en la experiencia.
Pero la formación no solo es importante a nivel profesional; cultivar nuestros conocimientos también puede darnos herramientas que nos ayudarán en el plano personal. Además, nos sentiremos con más plenitud y felices, ya que la formación es una vía para la autorrealización y potencia la confianza y la autoestima.