Si esto pasa en la vida privada, en el ámbito laboral la constante actualización está también presente. Ya no basta con tener unos determinados estudios que nos habiliten para conseguir y desarrollar un puesto de trabajo, ya que, una vez establecidos, es fundamental actualizar y profundizar en los conocimientos que tenemos. Y no hablamos solo de puestos en los que se requiere una alta cualificación o que están relacionados con la programación informática, sino en trabajos de cualquier sector y nivel. ¿Puedes imaginar a un repartidor que no sepa manejar el navegador de la furgoneta o a un administrativo que no se aclare con la última versión de Office?
Que la formación continua es buena para el empleado es un hecho indiscutible, ya que aumentar nuestros conocimientos hará que trabajemos mejor, que confiemos más en nosotros mismos y potenciemos nuestra autoestima. Pero recordemos también que es muy positiva y necesaria para la empresa, ya que cuanto más aprendamos los trabajadores, nuestra competencia profesional aumentará, se incrementará nuestra productividad y cometeremos menos errores.
En un mercado cambiante y competitivo, las empresas están necesitadas de personal cualificado que les ayude marcar la diferencia con el resto de sus competidores. Por ello, no es de extrañar que, aumentando tanto las competencias técnicas como las habilidades sociales o "competencias blandas", las condiciones laborales de los empleados más cualificados mejoren, y aumente su satisfacción en el trabajo. En MasterD consideramos que esto ya es un buen incentivo para ponerse a estudiar de nuevo.
Lamentablemente, el día a día, la rutina, o incluso la falta de organización nos lleva a posponer constantemente, o incluso abandonar, algo tan importante como la necesidad de reciclarnos y continuar formándonos. Sin embargo, recordemos que el mundo no se detiene, sigue su marcha, es decisión nuestra engancharnos a él o dejar pasar el tren.
Desde MasterD, vamos a ofrecer a continuación algunos sencillos consejos para que seguir aprendiendo no nos cueste trabajo y no tengamos excusa para triunfar en nuestro entorno laboral:
- Elige una formación que te motive, que te sea útil. Seguro que mejorar en las herramientas o en las capacidades hace que te sientas más seguro y más motivado, por lo que te costará menos esfuerzo dedicarle tiempo de tu vida privada a la formación si ves que te ayuda a ser más eficiente en tu trabajo.
- Cuando vayas a comenzar un curso, vigila que la formación esté adaptada y personalizada, es decir, que se adapte a tus necesidades y las herramientas de formación sean eficaces.
- Habilita un espacio de trabajo en tu casa para estudiar. Evita distracciones como la televisión, la música demasiado alta, el móvil… Seguro que con un ordenador o una Tablet, papel y bolígrafo tienes suficiente.
- Planifica tus tiempos de estudio. Establece el horario diario o semanal, lo que consideres necesario, y cúmplelo al máximo. Informa a los que te rodean que ese tiempo está dedicado a tu formación, no dejes que te interrumpan ni te tienten con distracciones innecesarias.
- Plantéate objetivos realistas para que tengas clara cuál es la finalidad de lo que estás haciendo y la visualices en los momentos de bajón o de cansancio. Pero no olvides nunca las metas a corto plazo, pueden ser metas diarias, que te servirán para ir animándote en tu recorrido. Piensa por ejemplo en que tu objetivo final es correr una maratón, pero para conseguirlo debes entrenar e ir consiguiendo pequeñas victorias día a día. Primero 10 kilómetros, luego, 15, después 20, así hasta conseguir tu objetivo final.