El organismo internacional reconoce que se han hecho algunos avances en materia legislativa. Por ejemplo, en la educación muchos países como Australia, Alemania, Italia, Japón, México y Reino Unido han introducido medidas para fomentar que las jóvenes elijan estudios y profesiones relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM); y los jóvenes, con Salud y Educación. Sin embargo, estas medidas resultan insuficientes, pues sigue ocurriendo que las mujeres de los países de la OCDE abandonan la escuela con mejores notas, pero tienen menos probabilidades de elegir disciplinas STEM, generalmente mejor remuneradas.
En el ámbito laboral, las mujeres suelen desempeñar menos trabajos remunerados que los hombres y, cuando los consiguen, tienen muchas más probabilidades de trabajar a tiempo parcial, cobrar menos, no ocupar cargos directivos y sufrir discriminación.
Ellas también tienen menos probabilidades que ellos de convertirse en emprendedoras o participar en la vida pública, añade el informe. La brecha de género, además, aumenta con la edad, pues la maternidad tiene "efectos negativos considerables" en la participación laboral, salario y desarrollo de la carrera profesional.
No tener en cuenta a las mujeres no sólo tiene repercusiones a nivel social, sino también económicas. El informe estima que si se redujera la brecha de género en un 25% para 2025, como ha acordado el G20, se podría añadir un 1% al crecimiento proyectado del Producto Interior Bruto entre 2013-2025.
Imagen: OCDE.