Así pues, conocer este fenómeno es clave para diseñar estrategias y recursos para todos los agentes educativos que se encuentran en la importante, pero a la vez, difícil tarea de combatir el acoso escolar. Y es que actualmente, existen múltiples programas y protocolos que concretan cómo intervenir en un caso de bullying, pero probablemente, no sólo necesitamos esta acción, sino que debemos insistir en trabajar mediante la prevención del acoso escolar.
El impacto del acoso escolar en nuestra sociedad
La Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006 presenta un principio en el que se observa la necesidad de guiar la educación hacia valores de tolerancia, solidaridad, paz y libertad, además del pluralismo, la participación y el respeto. Por otro lado, en la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) de 2013, se hace referencia a la necesidad de trabajar, en los centros educativos, para la inclusión de todo el alumnado a través de actitudes contrarias al acoso escolar (Pérez, Ramos y Serrano, 2017).
Pero para eso, no sólo necesitamos a los centros educativos y a su profesorado. La familia tiene un papel especialmente importante en la prevención del bullying trabajando la resolución pacífica de los conflictos en el ámbito personal, familiar y social y en la transmisión de valores como la tolerancia cero a cualquier tipo de agresividad.
La prevención, como herramienta clave en la lucha contra el acoso escolar
La prevención constituye una de las herramientas más importantes para trabajar contra el acoso escolar.
Según Rey y Marchesi (2005) citado en Pérez, Ramos y Serrano (2017) las acciones de prevención primarias y secundarias que utiliza el profesorado español están relacionadas con enseñar al alumnado cuáles son los comportamientos adecuados en el aula (81,4%), enseñarles a relacionarse de forma positiva (73,1%) y elaborar de forma conjunta, profesorado y alumnado, las normas de convivencia en las aulas (41,6%).
Pero, cuando hablamos de prevención, no únicamente nos referimos a trabajar el fenómeno del bullying durante las horas de tutoría ni a establecer normas de convivencia escolar, sino a la implementación de programas, recursos y estrategias de educación emocional, de mediación o de educación en valores, entre otros.
- La Educación Emocional quiere dar respuesta, como explica Bisquerra (2016), a diferentes necesidades sociales que no quedan completamente atendidas en la educación formal. Pretende, pues, desarrollar competencias emocionales que trabajen el afrontamiento de los problemas de relación y los conflictos interpersonales que surgen en el aula.
- La Mediación escolar no sólo es una estrategia de resolución de conflictos, sino que, como comentan De Prada y López (2008), conlleva una serie de valores que educan en la cultura de la paz y de la tolerancia cero a la agresividad, consolidando formas de actuación participativa y democrática en la resolución de conflictos.
- La Educación en valores es esencial para entender que el colegio no sólo debe dar respuesta al desarrollo cognitivo e intelectual sino al emocional, así como a las actitudes y valores sociales y morales (Ruiz, 2006), mediante el respeto, la solidaridad y la cooperación.
Así pues, es necesario trabajar la comunicación entre todos los agentes de la comunidad educativa, así como dotar a los centros educativos de las herramientas y recursos materiales y humanos necesarios para poder dar respuesta a este fenómeno. No podemos dejar de lado la necesidad de formación que capacite a la comunidad educativa para gestionar el acoso escolar.
Se trata de un problema de todos. Y la educación es el inicio de la prevención.
BIBLIOGRAFÍA
Bisquerra, R. (2016). Prevención del acoso escolar con educación emocional. Recuperado el 23 de junio de 2017 de: https://www.educaweb.com/noticia/2016/05/11/prevencion-acoso-escolar-educacion-emocional-9388/
De Prada, J. y López, J. (2008). La mediación como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito escolar.
Menesini, E., y Salmivalli, C. (2017). Bullying in schools: the state of knowledge and effective interventions. Psychology, health & medicine, 22(sup1), 240-253.
Pérez, A., Ramos, G. Y Serrano, M. (2016). Formación del profesorado de educación secundaria obligatoria para la prevención e intervención en acoso escolar. Algunos indicadores. Educar, 52(1), 51-70.
Ruiz, R. O. (2006). La convivencia: un modelo de prevención de la violencia. La convivencia en las aulas: problemas y soluciones, 29-48.
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