¿Cómo valoran el Premio Ciudad Orientadora?
Es un concepto innovador porque supone que la orientación es un trabajo de ciudad, global e integral, y no sólo trabajo de unas personas concretas. Sorprende muy positivamente el hecho que se haya creado un premio para destacar y fomentar la orientación. Todo lo que sea hacer avanzar este concepto nos parece bien y el premio lo que hace es darle difusión: que existe una idea de ciudad orientadora y promover que más ciudades piensen en convertirse en ciudades orientadoras.
¿Qué significa para vosotros ser ciudad orientadora?
Quiere decir que entendemos que la orientación es troncal en nuestras políticas porque entendemos que nuestra función como administración es ayudar a las personas a llevar a cabo su propio proyecto de vida, a definir o decidir e implementar o proyectar un proyecto de vida propio y genuino.
Aquí, la orientación tiene un papel fundamental, porque la orientación es acompañar en el proceso de toma de decisiones, información, dar recursos... Y entendemos que esto no se puede hacer ni a una edad concreta ni en un espacio concreto, sino que se tiene que hacer a lo largo de toda la vida y de manera complementaria en el territorio.
Ser ciudad orientadora quiere decir ser una ciudad para la cual la orientación es fundamental y transversal. Por ejemplo, nosotros utilizamos la orientación en las políticas educativas, pero también en las de acompañamiento de jóvenes, las laborales...
¿Qué destacaría del proyecto premiado, l'Eina?
Yo destacaría dos cosas de este instrumento que utilizamos para los jóvenes. Una, que es un instrumento que crea una gran proximidad, que crea vínculo entre los jóvenes y los educadores que los atienden. No es un servicio frío, sino de acompañamiento educativo. Un adulto acompaña al joven en su toma de decisiones y, si el joven se equivoca, continúa estando allá.
El segundo elemento fundamental es que este trabajo se hace en red real dentro de los institutos, en las escuelas de primaria, con los otros agentes del territorio que hacen orientación, con los educadores de calle... Hacemos el seguimiento de todos los chavales y sabemos qué chavales no están en ninguna parte, y los vamos buscando... Es muy difícil que no sepamos donde está un chaval y tenemos la opción de trabajar con él.
¿Qué continuidad tiene el proyecto o cuáles son las líneas de futuro?
Ahora estamos profundizando en varias líneas. Por una parte, trabajamos mucho con la escuela primaria, incluido primer ciclo de infantil. Después estamos creando un dispositivo de acompañamiento muy intensivo para chavales de entre 16 y 25 a los que les falla todo. Y también estamos readaptando el trabajo con los adultos con una línea muy similar a l'Eina para los jóvenes, reforzando competencias personales, de autoestima... Yo creo que tendremos una estructura muy fundamentada ya para todas las edades.
Nosotros estamos en un territorio muy desfavorecido territorialmente y socialmente y nuestro programa educativo tiene dos líneas: éxito escolar y orientación. La orientación no es dar información para saber qué estudiar. Es un acompañamiento para ayudarte a crear un proyecto de vida. Este acompañamiento es fundamental para garantizar el éxito escolar.