La primera impresión es buena. Lo primero que se ve al entrar son un par de hamacas individuales y motivos decorativos en madera y color naranja. "Qué chulo", "me encanta", comentan algunos estudiantes en voz baja. Una trabajadora explica los principales departamentos en que se reparten los empleados sin necesidad de muros ni puertas: IT, Management, Marketing, Operaciones, Hoteles, Cocina-Bar-Sala de reuniones, etc.
Sentados en bancos de madera de tres niveles de altura en forma de "U", la orientadora de Educaweb, Marta Sabadell, les explica que todo lo que van a escuchar se enmarca dentro del ‘Proyecto de Vida profesional', una iniciativa de Barcelona Activa, la Agencia de Desarrollo Local del municipio, cuyo principal objetivo es acercar a los jóvenes al mundo laboral.
Comienza la primera distinción conceptual digna de consideración: las competencias técnicas, que son las habilidades necesarias para ejercer una profesión; y las competencias transversales, que sirven para desempeñar múltiples actividades, como iniciativa, la capacidad de trabajo en equipo, la creatividad, etc. Y la consecuencia práctica que se deriva de ellas: "Todos saldréis con la misma formación de vuestro centro educativo y poca experiencia, por lo que es en las competencias transversales donde podéis marcar la diferencia", sostiene Sabadell.
El fundador de ByHours, Christian Rodríguez, le da la razón en su intervención inmediatamente posterior: "En un mundo en constante cambio no podemos tener conocimiento de todo, por lo que la voluntad de aprender es fundamental". Es más, Rodríguez reconoce que muchas veces ha preferido contratar a personas que sabían menos sobre el mundo de los viajes, Travel en la jerga técnica, pero que mostraban una gran capacidad de superación y ambición.
"Datos, datos, datos"
Otra cualidad muy valorada por el empresario es la capacidad para buscar información "objetiva", analizarla y extraer conclusiones relevantes, lo que denomina "capacidad analítica". Y es que "sólo con el máximo de información posible podemos llegar a conclusiones menos equivocadas". Habla por experiencia. A los 17 años fundó su primera empresa y ahora, con 32, está a punto de firmar un acuerdo multimillonario que le permitirá apostar por la internacionalización de su negocio.
Siendo tan joven se pone fácilmente en la piel de los jóvenes que le escuchan. La capacidad de análisis se puede trabajar desde ya. Y pone como ejemplo la búsqueda que podemos hacer cualquiera de nosotros para localizar un bar que concite el consenso de nuestro grupo de amigos. O a la hora de proponer ideas en cualquier empresa. "Puede que no aceptemos vuestra sugerencia, pero al menos os sentiréis seguros de vuestra propuesta".
La empatía también constituye una competencia transversal fundamental, y más para una empresa que, como enfatiza Rodríguez, pisa terreno desconocido y, por tanto, se encuentra con dificultades para hacer entender en qué consiste su servicio. El fundador reconoce que sobre todo han tenido que ir desmontando un prejuicio, el de la gente que piensa que quienes alquilan hoteles por horas son solamente parejas que buscan encuentros sexuales.
La charla no sólo se centra en las competencias necesarias para trabajar en una empresa que se ajusta a los intereses del alumnado, sino que también permite conocer cómo respira un emprendedor. Durante su exposición, Christian Rodríguez muestra un gran conocimiento del entorno que le rodea – "el cliente no sólo tiene la razón, sino que ahora también tiene el poder de la decisión"-, del sector en el que se ha introducido –"los hoteles llevan años vendiendo un único producto: una noche de hotel con una hora de entrada y de salida"- y de lo que quería ofrecer con la creación de ByHours –"flexibilidad y estancias más cortas"-.
Por tanto, continúa Rodríguez, la clave para iniciar un negocio con éxito pasa por analizar el mercado, buscar aliados que ayuden a conocer muy bien el sector en que uno se quiere introducir y buscar el modo de que no sólo se beneficien los usuarios finales sino todos los que participan en el proceso. Gran fe en el proyecto, gran capacidad de trabajo y buena conexión "emocional" entre los trabajadores han hecho que ByHours haya llegado hasta el lugar que ocupa hoy.
"Yo también podría hacerlo"
Acaba la exposición y el emprendedor recibe un aluvión de preguntas. Se nota que ha captado el interés de los estudiantes. Cómo puedo desarrollar mi capacidad de análisis, qué trabajo desempeñas en la empresa o cómo ha cambiado ByHours de la idea inicial son solo algunas de ellas.
Rodríguez no se amilana. Es más, se nota que disfruta con ello. Les anima vivamente a agregarlo a su cuenta de LinkedIn, para poder acceder a nuevos contactos. Después, en privado, confiesa que se siente identificado con los estudiantes, porque él también lo ha sido –todavía lo es- y en su momento también recibió ayuda.
Los estudiantes salen encantados. "Me ha servido para saber qué competencias tengo que trabajar en un mundo competitivo", comenta Júlia, una de las estudiantes del grupo. "Me ha parecido interesante conocer al fundador de una empresa, por si un día se me encienda la bombilla", continúa Josep. "Aquí tocas lo que significa emprender con las manos, no como en los libros. Si él lo ha conseguido, yo también podría hacerlo", sostiene Elena.
La profesora del grupo, Sonia Menéndez, también se muestra satisfecha con la iniciativa: "Me parece muy apropiada, porque así ven que lo que les decimos los profesores es real y salen más motivados". Es uno de los objetivos del programa. El tiempo dirá si las palabras de la orientadora Marta Sabadell han calado hondo y surten efecto: "Aprovechad las prácticas, que son como una entrevista de trabajo, pero más larga".