La Comisión Europea ha publicado recientemente el Education and Training Monitor 2016, una publicación de periodicidad anual que ofrece una radiografía de la educación y la formación en 28 países europeos, incluida Inglaterra, a partir de datos cuantitativos y cualitativos extraídos de diversas fuentes.Basta echar un vistazo al gráfico incluido en el informe (abajo) para observar que España ha de mejorar en algunos aspectos para alcanzar la media europea y bastantes más para cumplir los objetivos marcados por la Unión Europea para el 2020.
Los puntos más negativos
Los principales aspectos donde se produce un mayor distanciamiento respecto a la media europea son los siguientes:
- Abandono escolar prematuro. En 2015, un 20% de personas entre 18 y 24 años abandonó prematuramente la educación y la formación, frente al 11% de la media de la Unión Europea.
- Índice de empleabilidad de los graduados recientes. En España, encontró empleo un 65,2% de las personas entre 20 y 34 años que terminaron los estudios entre uno y tres años antes del año de referencia, en relación con el 76,9% europeo.
Por el contrario, España se acerca a los socios europeos e incluso los supera en algunas de las siguientes cuestiones:
- Educación infantil y atención a la infancia. La educación entre 4 y 6 años alcanza el 97,1% de la población infantil, en contraste con el 94,3% de la media europea.
- Graduados universitarios. España también destaca por el porcentaje de titulados en educación terciaria entre 30 y 34 años. Posee un 40,9% mientras que la media Europea se sitúa en el 38,7%.
Fuente: Monitor de la Educación y la formación de 2016 (Comisión Europea)
El peligro de la desigualdad educativa
La balanza, no obstante, parece inclinarse más hacia lo negativo, ya que la Comisión Europea realiza algunas advertencias de gran calado. Una de ellas es la preocupación por la desigualdad educativa, tanto en sentido geográfico como demográfico.
En el primer caso, el informe advierte, por ejemplo, que existen grandes diferencias entre las diferentes comunidades autónomas en lo que se refiere al abandono escolar prematuro. Así, algunos territorios presentan tasas de abandono superiores al 20% mientras que otras se hallan por debajo del 10%, la media europea.
La Comisión Europea también menciona las diferencias existentes entre el alumnado nacido en el país y el extranjero. Dos ejemplos. El 17,5% de los que abandonan prematuramente la formación han nacido en el país, mientras que el porcentaje sube hasta el 33,35% si han nacido en el extranjero. Y un 45,2% de los titulados en la educación terciara son españoles, frente al 25,1% de los que nacieron en otro país.
Del diagnóstico a las soluciones
El análisis de estos y otros datos lleva a la CE a realizar propuestas concretas de mejora a España, entre las que destacan:
- Invertir e invertir mejor en educación. El estudio apunta que desde 2015 se ha aumentado el prepuesto en educación, pero que "los recortes financieros acumulados previamente han reducido el capital disponible". Y no sólo eso. También hace falta más "eficacia" y mejor "rendimiento en términos de competencias y empleabilidad".
- Hacer frente a la desigualdad y promover la inclusión. El Education and Training Monitor señala que hacen falta más estudios empíricos sobre abandono escolar prematuro para diseñar política eficaces. El Plan para la Reducción del Abandono Educativo Temprano 2014-2020 se juzga insuficiente, pues "no es tanto una estrategia como un marco para que los agentes educativos y las instituciones propongan programas específicos".
- Modernizar la enseñanza escolar. Los autores del informe echan de menos una reforma educativa que incluya un estatuto profesional del personal docente y lamentan que el "bloqueo político del país" hay retrasado el seguimiento del Libro blanco de la profesión de docente publicado en diciembre de 2015. La "fuerte oposición política" a la LOMCE tampoco hace prever que se pueda implementar el "nuevo sistema de evaluación externa", más conocido como las reválidas.
- Modernizar la enseñanza superior. Desde Europa se hace un llamamiento a la cooperación entre las universidades y el sector empresarial, que califica de "gran desafío". Y achaca gran parte de la responsabilidad a la academia: "Los sistemas de gobernanza y financiación de las universidades no ofrecen suficientes incentivos para la cooperación".
- Modernizar la educación y formación profesionales y fomentar la educación de adultos. Tras dos años de funcionamiento, se dice textualmente, "las tasas de matriculación y de transición del programa de Formación Profesional Básica no alcanzan todavía los niveles esperados".
