Es uno de los retos más apasionantes que se le puede presentar a las escuelas de formación especializadas: Formar profesionales para puestos de trabajo que aún no existen.Se dice que las nuevas generaciones tendrán hasta 14 posibilidades de trabajo antes de los 35 años.
En nuestro caso, atendemos con muchísima ilusión esta petición que parte de una industria hotelera y turística en plena reconversión internacional y nos apoyamos en el talento de nuestros alumnos para cimentar una formación que nunca como hasta ahora, ha tenido que extremar su capacidad innovadora para adelantarse a futuras necesidades.
Los perfiles profesionales están experimentando nuevas estratificaciones y más que de profesiones se habla de competencias de futuro entre las que sin duda destacan la flexibilidad, la capacidad de adaptación, la gestión de la multiculturalidad y la fortaleza de análisis y síntesis.
El gran desafío que tenemos que asumir desde las escuelas de formación especializada es anticiparnos en la capacidad de preparar a nuestros alumnos para un tipo de demanda y comportamiento que aún no existe y eso exige formar alumnos extra-capacitados, multiculturales y con base de experiencias desde distintas dimensiones del proyecto que estén preparados para actuar y ofrecer valor diferencial de forma inmediata.
En medio de estos nuevos códigos surgen novedosos conceptos como, por ejemplo, el de los intra-emprendedores, futuros profesionales con capacidad para dinamizar, innovar y hacer evolucionar a sus empresas desde dentro. También se categoriza uno nuevo tipo de directivo ágil y emprendedor que disponga de talento útil en entornos de incertidumbre, abriendo nuevos caminos de explotación desde su propia empresa.
Pero el futuro no está solo en las nuevas generaciones. También lo está en aquellos directivos y profesionales actuales que están entendiendo la diferencia entre el mercado laboral de ayer y el que las nuevas circunstancias marcan hoy, antes los modelos de negocio tenían un ciclo de vida bastante largo y la formación recibida podía mantener vigente al profesional por largos periodos de tiempo, pero en la actualidad, donde los cambios de tendencia, modelos de gestión y flexibilidad de la oferta son tan dinámicos, la actualización del profesional que debe decidir estrategias o que simplemente interactúa y da servicio al cliente, es algo obligado que requiere más momentos de formación, más breves y especializados en el sector.
Por tradición, desde nuestra escuela trabajamos muy a la par con las principales empresas del sector y esto nos da ciertas ventajas para elaborar nuestros programas educativos y formar alumnos sobresalientes que estén preparados para actuar casi desde el primer día, pero, como apunté, consideramos que hace falta talento para innovar, y promovemos tanto el ingenio como la ambición de nuestros estudiantes. En un entorno de reglas y límites tan ambiguos como el actual debe estimularse y entrenarse de acuerdo al ritmo y códigos que marcan las nuevas tecnologías, pero sin descuidar el factor humano. Cada vez son más los estudios que confirman la diferencia de funcionamiento cerebral que se ha producido en este último salto generacional y cada vez serán también más los casos de éxito o fracaso que se detecten entre las empresas que no han sabido incorporar nuevo talento y entenderlo, o, entre las universidades y centros formativos que no hayan sabido adaptarse a lo necesario para estimular el máximo rendimiento de ese nuevo talento.
