La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la tasa mundial de desempleo juvenil llegue al 13,1% en 2016 y se mantenga a este mismo nivel durante 2017. Este dato supone un incremento respecto a 2015, con 500.000 jóvenes de entre 15 y 24 años parados más.En el caso de España, la OIT pronostica que el 46% de los jóvenes españoles terminarán el año sin empleo estable, el doble de la media de la Unión Europea, que se sitúa en el 19%.
¿A qué se debe este aumento? La OIT considera que la principal causa es la recesión de las economías emergentes y el estancamiento del crecimiento de los países desarrollados. Para Steven Tobin, uno de los principales economistas de la OIT, el problema que requiere soluciones urgentes es que los jóvenes tienen niveles de desempleo mayores que los adultos.
¿Cómo mejorar estos índices de desempleo juvenil?
Mejorar las competencias profesionales de los jóvenes es clave para impulsar la empleabilidad. Una formación adecuada permitirá a los jóvenes adaptarse a las necesidades del mercado laboral y acceder a los sectores profesionales emergentes. Joaquín Nieto Sáinz, Director de la Oficina para España de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), considera que es necesaria una formación adecuada para que estos jóvenes no sólo atiendan las ofertas de empleo sino que también estimulen las nuevas actividades.
Potenciar las competencias transversales es otro aspecto que puede contribuir a reducir los índices de desempleo juvenil. Una de las competencias fundamentales es aprender a aprender, estar en constante relación con las nuevas técnicas, conocimientos, habilidades y procedimientos asociados a las nuevas tecnologías y a un entorno en continuo cambio. Esta competencia es la que favorecerá la mejora de la empleabilidad, pues si se tiene ambición para conocer más sobre la profesión, estudiar idiomas, ser innovador, etc. será más fácil lograr un currículum con valor añadido.
Además, los expertos señalan una serie de competencias útiles para cualquier empleo, a las que se deben sumar las que son propias a la profesión a desempeñar: la creatividad; el trabajo en equipo; el liderazgo; la comunicación; la organización y planificación del tiempo; el análisis, la crítica y la síntesis; la flexibilidad; la motivación; las capacidades técnicas como la informática; la inteligencia social y emocional; y el pensamiento global.
Potenciar las competencias en el currículum
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La formación continua es fundamental para mantenerse actualizado en un puesto de trabajo y diseñar una carrera profesional exitosa.
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