Y yo que acabé Bellas Artes y conseguí no tocar un ordenador en los cinco años de carrera (gracias Jorge Taramundi), ahora me doy cuenta de lo enganchada que estoy, y la muerte súbita que me espera el día que pierda el móvil.Primer día de clase: "Buenos días, me llamo Camino Espeso, bienvenidos a La escuela de diseño ESI, yo os voy a impartir la asignatura de Fundamentos del Diseño".
Esta es, más o menos, la primera frase que les digo a mis alumnos, con intención de que empiecen a callarse, y me presten atención…, suele funcionar, aunque no siempre lo consigo.
Lo siguiente son unas breves indicaciones sobre las horas de clase, el contenido de la asignatura, si hay examen o práctica…. Ahora ya sí que están todos atentos y prestándome atención, el mérito no es del todo mío, es el poder de la palabra examen.
La siguiente pregunta es casi una forma de romper el hielo: ¿Quiénes de vosotros tenéis móvil? Levantad la mano por favor.
Lógicamente todos ellos levantan la mano, y se miran por si hay algún "perro raro", que viviendo en el siglo XXI y con más de 18 años no tiene un móvil, o más.
Sigo con el interrogatorio: ¿y datos en el móvil? Aquí siempre hay alguno que no levanta la mano.
No pasa nada os voy a dar la contraseña wifi de ESI (la escuela), porque vais a necesitar este recurso para la asignatura.
Llegados a este punto mis alumnos están "despistados", lo normal en su vida académica ha sido que les hayan dicho, nada de móviles, tablets…, lo silenciáis al entrar, lo dejáis en la mochila…, y por supuesto nada de distracciones con internet en el aula.
Las cosas cambian, han cambiado o tienen que cambiar. Yo necesito interactuar con los alumnos, necesito que sus móviles puedan capturar una imagen y poder trabajar con ella de modo grupal. En las aulas, ya no sirve sólo el libro en el que me aparecen imágenes más o menos acertadas, sobre puntos, o texturas, o…, yo quiero que ellos busquen esas imágenes, que piensen si la elección es acertada, que creen recursos propios para sus diseños y que sean capaces de defender y argumentar sus elecciones, esto les obliga a pensar y a tener una mente abierta y creativa.
Sigo en mi clase, los alumnos han buscado sus imágenes, las han fotografiado con su móvil y llega el momento de comentarlas. Acercarnos todos al móvil de cada uno, o pasarlo como si fuera "un amuleto", para ver las imágenes, no es una buena opción.
Voy a proyectar sus imágenes y así comentamos entre todos, además…, cómo cambian las cosas cuando las visualizamos en grande, en un espacio académico y ante un grupo de personas…, cuánto prestigio y cuánta vergüenza a la vez, qué buen método de aprendizaje, se van esforzar más, "para la próxima busco algo mejor" (piensan muchos de ellos).
Pues a ello, interrumpo mi discurso, y les hago otra pregunta: ¿Sabéis lo que es trabajar en la nube?, ¿almacenar documentos e imágenes y tener acceso a ellos desde cualquier dispositivo con acceso a internet?
Ahora veo caras de ¿eso qué será? , en casi todos…
Les acabo de abrir las puertas del cielo, que útil es poder subir las imágenes a una carpeta y que todos podamos verlas con el proyector del aula, ¿y compartir esos datos y hacer trabajos en equipo sin necesidad de estar continuamente quedando?, ya no hace falta buscar el día y la hora a la que todos podemos, ni hay que desplazarse a uno u otro lugar, cuantas posibilidades a mano sólo con el teléfono.
Ese teléfono que a partir de ahora mirarán con otros ojos, incluso algún día con odio. Ese teléfono que tienen que traer a clase, y tener con batería, porque se ha convertido en uno más de los objetos de su vida académica.
Aún les tengo que hablar de Pinterest, y de Vimeo, y de que pongan uno de sus diseños en su Facebook a ver cuántos "me gusta" consiguen..., pero tengo todo un cuatrimestre por delante, y toca el timbre.
