En esta ocasión, la Fundación ha modificado los criterios de evaluación para configurar una herramienta más útil para el estudiante, evaluando cada universidad a partir de 66 indicadores independientes: 32 institucionales y 34 por ámbito de conocimiento, tales como la enseñanza y el aprendizaje, la cualificación del profesorado, la movilidad internacional de sus estudiantes, las tesis doctorales o los ingresos regionales.
De esta forma, los centros se han agrupado teniendo en cuenta:
- El Ranking por ámbitos, que proporciona información ajustada a las necesidades de cada estudiante.
- El Ranking Institucional permite comparar las Universidades entre sí mediante todos los indicadores.
¿Cómo utilizar el ranking para elegir universidad?
Los rankings pueden ser una herramienta que ayude a tomar la decisión, pero no debe ser la única. Elegir la universidad donde realizar un grado o ampliar los estudios con formación continua es una decisión importante que debe tomarse de forma meditada, conociendo la oferta formativa y las posibilidades que ofrecen los centros.
Para Francesc Solé, vicepresidente de la Fundación CYD, el sistema universitario estatal es bastante homogéneo, por tanto, el estudio no muestra universidades "buenas y malas", sino que unas destacan más en unos ámbitos y otras en otros.
La principal ventaja de un ranking es que permite comparar los puntos fuertes y débiles de las diferentes universidades, de forma ordenada. Así, aunque la aparición de un centro en una clasificación no debe ser el único punto a tener en cuenta, se puede utilizar teniendo en cuenta las cuestiones que para uno son importantes: investigación, prestigio del profesorado, movilidad de los estudiantes, oferta de formación continua, etc.
De esta forma, aunque las clasificaciones no tengan un peso fundamental en la decisión, analizar a consciencia los rankings y valorar qué es lo más interesante de cada uno es una forma de empezar una búsqueda exhaustiva de universidad.