En este contexto de internacionalización y globalización es donde debemos encuadrar el auge de la demanda del español como lengua de comunicación internacional, y muy en concreto, con una orientación claramente utilitaria que permita a las personas desenvolverse en situaciones comunicativas muy concretas; un tipo de demanda, en definitiva, orientada a la comunicación especializada o profesional en ámbitos como el jurídico, el culinario, el sanitario, el turístico, el de los negocios, etc.
No es extraño que, en este contexto, uno de los campos con mayor desarrollo en los últimos tiempos dentro de la didáctica de las lenguas extranjeras sea precisamente el que conocemos como Español con Fines Específicos (EFE). En este ámbito podemos citar el Curso de Español de la Medicina y la Salud y el Curso de cocina española para hablantes extranjeros, desarrollados por AulaDiez y Editorial Manuscritos. Ambos cursos son buenos ejemplos de cómo la actividad investigadora, docente y editorial se aúnan para dar satisfacción a la necesidad de conocimiento de una sociedad ampliamente especializada y tecnologizada.
Al abordar este tipo de cursos, es importante partir de una concepción pragmática, es decir, del uso que los hablantes hacen de la lengua, considerada como una herramienta cuya función primordial es satisfacer las necesidades específicas de comunicación que surgen en las interacciones concretas entre hablantes. En los casos que hemos mencionado más arriba, las situaciones de comunicación se centran en el mundo de salud y la gastronomía española, pero evidentemente cada campo profesional requiere la presentación de un vocabulario específico y de expresiones, siglas, abreviaturas, etc. que recojan los aspectos prácticos o las técnicas necesarias para poder llevar a cabo el desempeño profesional de que se trate.
También hay que tener muy en cuenta el elemento sociocultural, sin limitarnos, por tanto, a la mera introducción de un léxico especializado. En el Curso de cocina española para hablantes extranjeros, por mencionar un caso concreto, no sólo se introduce el vocabulario necesario sobre alimentos, utensilios y técnicas de cocina; el acto de comer es un acto social por excelencia, sometido a multitud de reglas , convenciones e incluso rituales que cambian en cada país, y por ello las costumbres (horarios de las comidas, presentación de los platos…), los modales (ruidos, por ejemplo el acto de sorber la sopa, tan natural para los asiáticos e intolerable entre nosotros; ademanes o posturas, como poner los codos en la mesa, etc.), las expresiones de cortesía (que aproveche, ¿gusta?, etc.) son también imprescindibles para garantizar que la comunicación se lleve a cabo sin ambigüedades ni asperezas.
Los lenguajes de especialidad se pueden clasificar en tres grandes grupos:
- -argots o jergas: lenguajes de grupos sociales que tienen una finalidad críptica
- -lenguajes sectoriales: utilizados por los profesionales en sus diferentes ámbitos de actividad, pero sin finalidad críptica
- lenguajes científico-técnicos: utilizados por los distintos campos de las ciencias para la descripción de sus objetos
La finalidad de los cursos y materiales didácticos para profesionales extranjeros debe ser la de dotar a los aprendientes de una competencia comunicativa general, y además, de la competencia restringida que se pretenda. El diseño de los materiales debe ceñirse por esto mismo al ámbito al que se destina (el sanitario, el hostelero, el administrativo, etc.) pero atender también todos los aspectos generales de la lengua, como son su gramática, su sintaxis, su prosodia, la adecuación por medio de la introducción de sus diferentes registros formales e informales, etc.
Para conseguir todos estos objetivos, generales y específicos, es importante emplear métodos diversos de trabajo, entre los que destacan las presentaciones audiovisuales para las exposiciones prácticas, las actividades interactivas para la práctica léxica y gramatical, y las presentaciones, preferentemente en forma de hipertexto, de las explicaciones gramaticales, aplicado todo ello al campo específico de la profesión de que se trate. Hay que procurar, en definitiva, presentar materiales auténticos y al mismo tiempo garantizar la comprensión de cada situación de comunicación por medio de la utilización en un mismo texto de todo tipo de recursos multimedia para uso didáctico, atendiendo principalmente a:
- El léxico necesario para poder entender lo relativo a las actividades profesionales y para poder llevarlas a cabo siguiendo instrucciones para ello. El vocabulario debería comprender los siguientes campos:
- los utensilios, herramientas, etc. necesarios
- los elementos materiales o los ingredientes necesarios
- las técnicas más usuales para realizar las actividades profesionales
- los aparatos y maquinaria habitualmente utilizados en una actividad
- Los contenidos gramaticales y comunicativos generales correspondientes a los niveles de referencia (en el caso del español, los niveles A1-A2, B1-B2 y C1-C2 del Marco de Referencia Europeo para la enseñanza y el aprendizaje de lenguas extranjeras).