El estudio constata que el empleo vulnerable (empleos de pocas horas, personas sin contrato o con contratos en negro y protección social muy básica) es uno de los principales retos a los que deben hacer frente los países. El Estado español, con un 12,5% de trabajadores en situación precaria, se sitúa en 5ª posición, después de Grecia (31%), Italia (18,1%), Portugal (16,5%), Chipre (13,8) y Eslovenia (13,6%).
La OIT alerta que, aunque la economía mundial ha crecido y las tasas de desempleo han disminuido en algunos países, la crisis de empleo se mantiene en los países emergentes y en desarrollo. Así, la previsión es que el paro aumente en 2,3 millones de personas en 2016, esto supone que aproximadamente un el 19,5% de las personas en edad y disposición de trabajar estarán desocupadas este año en todo el mundo.
Para mejorar esta situación, el informe de la OIT propone una serie de recomendaciones:
- Incrementar el número de orientadores en los servicios públicos de empleo y capacitarlos para gestionar el Plan de Garantía Juvenil.
- Aplicar medidas políticas que mejoren la cantidad y la calidad del empleo, así como a la lucha contra la desigualdad de ingresos.
- Mejorar los sistemas de protección social para evitar el aumento del paro de larga duración, el subempleo y la pobreza en el empleo.
- En España, subir el salario mínimo interprofesional (SMI) un 10% hasta situarlo en 720,7 euros mensuales en tres años.
- Garantizar que los bancos cumplan con su función de canalizar recursos hacia la economía real y hacia la inversión para el crecimiento empresarial sostenible y la creación de empleo.